LITERatura. ocko y cultura

Celia Carrasco Gil exhibe en 'Selvación' el conocimiento de la selva del lenguaje

La joven poeta navarra, afincada en Zaragoza, publica el poemario con el que ganó el premio Gloria Fuertes

Retrato de Celia Carrasco Gil en la Feria de Jaca.
Retrato de Celia Carrasco Gil en la Feria de Jaca.
A. C.

Recientemente Celia Carrasco (Tudela, 2000; estudia y reside en Zaragoza) irrumpía en nuestras lecturas presentando un sorprendentemente bien concebido y ejecutado poemario, ‘Entre temporal y frente’ (Olifante, 2020), que se alejaba de los clichés, modismos y de esa falta de tensión superficial en el verso que cabría esperarse de una obra de debut tan temprana. Este año vuelve a colarse en nuestros anaqueles con un segundo título, ‘Selvación’, que —tras ser distinguido con el Premio Gloria Fuertes de poesía joven— llega a las librerías de todo el país editado por Torremozas. Bajo este llamativo título, ‘Selvación’, nos llega un libro que se abre con un poema que quizá marque la episteme con la que los bueyes han trazado la linde de la ciudad poética levantada por Celia Carrasco en la espesura.

La poeta descubre que la selva del verbo desborda su expresión desde el silencio y desde el afuera de los caminos trillados

En él la poeta nos recuerda la importancia del regreso a lo leído, a lo aprendido y aprehendido en el camino, pues la salvación parece encontrarse en esa selva sagrada del pensamiento y de la mudanza volitiva que, a través del pensamiento y la ideación, transmuta lo cotidiano en excepcional. Esa metamorfosis de la realidad —función principal del poema, a mi juicio— aquí nos llega a través de la visión particular de la poeta, quien, y en consecuencia, nos ofrece una visión personal y desasosegante, y que cuestiona el 'panem et circenses' con el que gobernamos la propia disidencia. Pero ¿a qué selva señala Celia Carrasco cuando habla de ‘Selvación’? Puede que se trate de la selva que puebla nuestra lengua, esa lengua que nomadea de voz en voz, y que encuentra en el interior de su espesura el alejamiento necesario con lo nombrado y con lo nombrable.

La poeta descubre que la selva del verbo desborda su expresión desde el silencio y desde el afuera de los caminos trillados (esos que cruzan fácilmente la espesura y la muestran a los turistas del vivir). Sin embargo, la autora sabe adentrarse entre la fronda con conocimiento del medio y con un enorme respeto a la tradición, pero con espíritu aventurero, como al enunciar ese 'lenguaje niño' con el que experimentar, jugar o contemplar los hallazgos.

Otra característica estructural de la poesía de Celia Carrasco es su habilidad para el cierre de cada texto. La poeta sabe que el poema ha de cerrarse como agoniza una pluma al caer, como un portazo

Otra característica estructural de la poesía de Celia Carrasco es su habilidad para el cierre de cada texto. La poeta sabe que el poema ha de cerrarse como agoniza una pluma al caer, como un portazo, acantiladamente, como un cuchillo —oxidado o no—, como un labio carnoso, como sotobosque espinoso, como estremecimiento cegador, como un parto o como adiós verdadero. En las páginas de ‘Selvación’ hay una colección de alegorías a las que merece la pena prestar atención y sentimiento; transliteraciones ejecutadas con la palabra, pero estas palabras —nos propone la autora— son un vacío al que nos hemos de entregar con la esperanza de que otro pecho las llene, las insufle vida al pronunciar, puesto que para otros —para la autora también— ya son territorio de lo pasado, de lo muerto. Esas palabras revividas son las “verdaderas hijas de Harmonía”, pero también son las amazonas dispuestas a luchar por la libertad de cada expresión.

FICHA

‘Selvación’. Celia Carrasco Gil. Torremozas. Premio Gloria Fuertes de Poesía Joven. 2021.

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