Francisco de Goya (1746-1828) es el modelo que hay que mirar para comprender la gran influencia que ha tenido en el arte moderno y que sigue hoy en día. Bajo esta idea se abre el discurso artístico del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear de Cáceres, que abrió sus puertas el pasado mes de febrero. José María Viñuela, patrono de la Fundación, conservador general de la colección y comisario de la muestra inaugural, ha elegido el volumen encuadernado en piel con hojas de guarda, de la primera edición de los 80, 'Caprichos' de Francisco de Goya como inicio del recorrido museístico. En la misma sala además se exponen los facsímiles de los grabados para que de esta manera se pueda ver la serie completa. La vitrina cerrada, exhibe el ejemplar original y al estar encuadernado solo se puede ver una de las estampas -a modo de libro abierto-.

'Los Caprichos' fue la primera de las series de estampas concebidas por Goya como un todo, como obra completa y cerrada, dotada de sentido y provista de una evidente intención crítica y alentadora. El anuncio de la puesta a la venta se publicó en el 'Diario de Madrid' el 6 de febrero de 1799. Una colección concebida para poner en evidencia los vicios de los hombres y los absurdos de la conducta humana. Aguafuertes que expresan la compleja idea del ser humano.

Esta primera sala del Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear, además pone en relación el trabajo de varios artistas contemporáneos con Francisco de Goya, así como el influjo que ha ejercido en ellos y por extensión en el arte contemporáneo. Como no podía ser de otra manera, esta presente el aragonés Antonio Saura. Para el artista oscense -al igual que Goya-, el arte crea un espacio donde reflexionar sobre la condición humana. En este caso se ha elegido una obra perteneciente a la serie 'Multitudes' fechada en 1959. También en el mismo espacio se encuentra el trabajo del estadounidense Slater Bradley con una impresión en papel y rotulador dorado titulada 'La estatua de Goya' de 2007 y a su lado el canadiense Marcel Dzama con su 'Danza de bufones' de 1974, de grafito, tinta y gouache.

La colección

El Museo exhibe 145 obras lo que supone tan solo un 5% del total de la Colección Helga de Alvear, distribuidas en cuatro plantas -siempre hacia el plano inferior- que suponen unos 3000 m2 de espacio expositivo. La exposición actual reúne pinturas, esculturas, instalaciones, dibujos y vídeo creaciones de más de 100 artistas diferentes de mas de 26 países, sin olvidar la presencia española -cerca de un tercio-. El impresionante "candelabro", tendido en el suelo del chino Ai Weiwei, titulado 'Luz descendiente'  (2007) situado en el hall de acceso, recibe al visitante. Pieza magistral compuesta por 60.000 cristales rojos que aluden a la situación socio política de su país. Tras este impacto llega la calma con la vanguardia histórica con piezas de Kandinsky, Klee, Picasso, Tapies, Arp, Palazuelo o Canogar. A partir de aquí, cada sala es un encuentro visual donde se establecen relaciones y reencuentros como con la obra del artista conceptual estadounidense Dan Graham que se mueve en la frontera entre la arquitectura y la escultura. 

Desirée Orús.

Fue uno de los autores invitados a la Expo 2008 de Zaragoza, cuya intervención basada en espejos cóncavos y convexos distorsiona la perspectiva, pero que sin embargo no tuvo mucha suerte ya que hubo que ser restaurada y trasladada al edificio Seminario por acto vandálicos, en 2011. Aunque el recorrido comienza con Goya, propuesto como el primer artista contemporáneo, más de un 60% de las obras expuestas en este Museo Helga de Alvear fueron ejecutadas en los últimos 20 años. Una colección que no se concibe como un conjunto cerrado y definitivo sino a abierto a las mas de tres mil obras que integran la colección.

Arquitectura

En un principio el proyecto se inició en 2005 con el concurso para la rehabilitación de la Casa Grande de Cáceres, antigua mansión de indianos que se culminó en 2010 y que actualmente acoge la zona dedicada a exposiciones temporales. La nueva edificación realizada por Tuñón Arquitectos -quienes ganaron el concurso anterior- está situada al sur del casco histórico de Cáceres, pegada a la muralla y al citado edificio, sede de la Fundación. Por tanto la obra presenta dos caras. 

En la zona antigua de la ciudad tiene una fachada tradicional con un zaguán y un pasaje que la conecta con la parte nueva. En la zona volcada la ciudad nueva presenta un camino ascendente con esculturas que terminan en una fachada labrada sobre volúmenes sencillos, estructurados con barras blancas verticales que crean una pequeña plaza en la que destaca el 'Árbol blanco' de Rondinone. Las salas del museo se organizan en plano descendente siguiendo el trazado extramuros de la ciudad, con salas ciegas y escaleras luminosas. Espacios dimensionados y una construcción comprensible respetuosa con el entorno.

Helga de Alvear (Kirn/Nahe, Alemania,1936) conoce en1967 a la galerista Juana Mordó en Madrid comienza lo que con el tiempo se convertirá en su colección de arte. En 1980 entra a trabajar en su galería y con la muerte de Juana en 1984, toma las riendas. En 1995 decide abrir su propio espacio expositivo con su nombre junto al Museo Reina Sofía. Helga de Alvear decidió compartir su colección con la sociedad y convertirla en el marco de referencia de un proyecto encaminado a la difusión, producción, investigación y educación relacionados con la creación visual contemporánea. La iniciativa fue acogida favorablemente por el Gobierno de Extremadura junto con otras instituciones como el Ayuntamiento y la Diputación de Cáceres, la Universidad y la Caja de Ahorros de Extremadura, Anteriormente su propuesta había sido denegada por los Ayuntamientos de Vigo, San Sebastián y Granada.