Hallada en Teruel una obra de Michel Sittow, pintor de cámara de los Reyes Católicos
La historiadora Carmen Lacarra identifica la pintura, primera de este artista descubierta en España, entre los fondos del convento de las carmelitas
El Museo de Arte Sacro de Teruel, el museo diocesano, acaba de incorporar a sus fondos una obra maestra de primer nivel internacional, una pintura excepcional que, si estuviera a la venta, codiciarían los principales museos del mundo. Se trata de un óleo sobre tabla de madera de roble, de 104 por 75 centímetros, que representa la ‘Intercesión de la Virgen María ante Dios Padre y Jesucristo’, y que la historiadora del arte María del Carmen Lacarra atribuye a Michel Sittow, pintor de cámara de los Reyes Católicos. Hasta ahora no se conocía la existencia de ninguna pintura de este artista en España.
La obra pertenecía al Convento de San José y Santa Teresa que las carmelitas descalzas tenían en la capital turolense. Como ha ocurrido en tantas otras ocasiones, a finales del año pasado la escasez de vocaciones, la avanzada edad de las monjas, las grandes dimensiones del edificio y la dureza del clima llevaron a las religiosas a decidir trasladarse a otro convento de la orden (en Puzol, Valencia), poniendo fin así a 360 años de presencia en Teruel. Las monjas, aun siendo de clausura, participaban en la vida de la ciudad: todos los años bordaban el pañuelo que los peñistas ponen al Torico.
"Antes de trasladarse donaron todo su patrimonio artístico al Museo de Arte Sacro de Teruel –señala su director, Pedro Hernando–. Nada más ver la pintura supe que se trataba de una obra muy importante, porque salta a la vista". Hernando contactó a finales del año pasado con la especialista en pintura gótica María del Carmen Lacarra por ver si podía identificar su autor. Y desde entonces hasta hace unos días la historiadora del arte ha estado estudiando la pieza, buscando datos y similitudes con pinturas del mismo periodo. Y ha llegado a la conclusión de que "puede ser atribuida al taller de Michel Sittow, pintor destacado de su época, nacido hacia 1468 o 1469 en Estonia, aunque tradicionalmente se le considera flamenco".
Sittow es uno de los grandes enigmas del arte europeo. Trabajó en las principales cortes del continente a finales del siglo XV y principios del XVI pero su vida y su obra cayeron en el olvido. Los historiadores del arte no empezaron a prestarle atención hasta el año 1915, cuando en el Museo de Berlín descubrieron similitudes innegables, una mano propia, entre obras maestras atribuidas a otros autores. Y las obras de esa mano comenzaron a atribuirlas a quien en la documentación original aparecía referenciado como ‘Maestro Michiel’, ‘Mychiel Flamenco’ o Michel Sittow. Y en las décadas siguientes fueron desentrañando su vida y obra. En 2011 Matthias Weniger publicó un catálogo razonado atribuyéndole 111 obras, solo 13 de ellas con absoluta certeza.
Su pintura apenas ha aparecido en subastas. Un retrato de 33 por 23 centímetros que se le atribuye, aunque algún especialista cree que es en realidad una obra de juventud de Joos van Cleve, fue vendido en subasta en 2011 en Christie’s de Nueva York por 860.000 dólares.
En la tabla hallada en Teruel está representada la Santísima Trinidad, con el Padre y el Hijo en posición sedente y el Espíritu Santo en forma de paloma. Arrodillada ante ellos, la Virgen María y, en un segundo plano, y alrededor, la Corte Celestial. "No sabemos cuándo llegó la pintura al convento, seguramente por una herencia o donación –apunta Lacarra–. El marco no es tan antiguo como la tabla y en él se aprecian marcas de bisagras, por lo que se puede deducir que era la parte central de un tríptico y los paneles laterales están en otro lado".
"A Sittow lo llamó Isabel la Católica para que fuera pintor de la Corte y realizara retratos –añade–. Trabajó para ella al menos desde 1492 y le pidió que participara con Juan de Flandes en el famoso ‘Políptico’ que, a su muerte, fue desmembrado y vendido para pagar sus deudas".
El políptico, que tenía 47 paneles, estaba dedicado a contar la vida de Cristo y a glorificar a la Virgen María. Lacarra ha encontrado «evidentes similitudes formales» entre una tabla que perteneció al políptico y que se expone actualmente en el Louvre, y la pintura hallada ahora en Teruel.
El Museo de Arte Sacro de Teruel ya ha comunicado el hallazgo a la DGA y Carmen Lacarra publicará próximamente en la revista ‘Archivo Español de Arte’ un estudio sobre la pieza, que necesita ser limpiada por restauradores.
La tabla guardaba una pequeña sorpresa y es que, al darle la vuelta, se descubrió que al dorso llevaba una etiqueta pegada con un texto en buena caligrafía. El texto dice: "Este cuadro de la Santísima Trinidad es de mucha valía. El año 1942 lo tasaron en 200.000 pesetas, por tanto hay que cuidarlo mucho".
Si a los ojos de hoy en día el texto es emocionante, más aún lo es la firma: "Una indigna carmelita descalza de Teruel". "Casi podría escribirse una novela con el texto de la etiqueta", asegura Carmen Lacarra.
Y tanto. Seguramente a esa ‘indigna’ monja, tan humilde que incluso no nos quiso legar su nombre, se debe que el cuadro haya llegado en buenas condiciones a nuestros días; que se ubicara en el coro alto de la iglesia, a buen recaudo; que no se vendiera.
Como no tiene sentido pensar que una comunidad de religiosas de clausura pidiera una valoración del cuadro hace 80 años, esa ‘tasación’ cabe enmarcarla en un triste fenómeno. A la altura de 1942 ya hacía más de 20 años que anticuarios europeos recorrían Aragón de arriba abajo en busca de joyas artísticas con las que nutrir las colecciones de los grandes magnates norteamericanos, como William Randolph Hearst. Uno de esos ojeadores debió ver el cuadro, quizá al comprar otra cosa. Pero, afortunadamente, las monjas rechazaron su oferta.
