La Vitrina de Honor del Ayuntamiento de Zaragoza renueva su contenido

Prescinde de algunos elementos que exhibía e incorpora otros, como una urna fúnebre con restos de Juan de Lanuza, Justicia de Aragón

La bandera de la ciudad de Zaragoza hasta 1868, la espada de Espoz y Mina o una urna con restos de Juan de Lanuza, Justicia de Aragón, conviven en apenas unos metros cuadrados de superficie. La vitrina más importante de Zaragoza es la Vitrina Institucional o Vitrina de Honor y está junto al despacho del alcalde de la ciudad. Allí se exhiben los objetos históricos más representativos de la ciudad. La vitrina acaba de ‘musealizarse’, aligerando su contenido e incorporando cartelas en aluminio ‘dibond’ cepillado que explican las características de cada una de las piezas. El trabajo ha sido realizado por la especialista en museología Myriam Monterde, de Arte por Cuatro, y el diseñador Fernando Lasheras.

¿Qué se puede ver en la vitrina? La pregunta no es banal porque, al tratarse de un espacio emblemático, todo lo que entra y sale de allí puede generar polémica. La generó el crucifijo en el que juraban los antiguos regidores de la ciudad, que presidía los plenos municipales y acabó hallando refugio en la vitrina cuando Juan Alberto Belloch abandonó la alcaldía. Y no la generó, pero podría haberlo hecho, el llamado Protocolo de Mazaleón, un acta notarial de 1640 sobre el Milagro de Calanda, que fue retirado de la vitrina hace unos años. Tras la remodelación actual, el crucifijo sigue allí y el protocolo no ha vuelto.

Catorce piezas, dos de ellas dobles, se han incluido en el interior de una vitrina que es también una obra de arte. "La realizaron en Loscertales en 1974 y es un testimonio de la enorme calidad de sus trabajos –relata Margarita Vela, técnico de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Zaragoza y responsable de la selección de los objetos–. El edificio se había inaugurado 10 años antes y se vio la necesidad de incorporar una vitrina con los principales objetos institucionales. El mueble es enorme, las puertas de cristal pesan mucho y al año siguiente, en 1975, se le pidió a Loscertales que instalara un motor que las accionara. Hoy funciona como el primer día".

Los objetos de la vitrina resumen los principales símbolos de la capital aragonesa
Crucifijo en el que juraban antiguamente los regidores de la ciudad. Es del siglo XVII, aunque en 1861 fue restaurado y enriquecido.
Toni Galán

Las visitas guiadas por el interior del ayuntamiento están suspendidas a causa del coronavirus, aunque se espera reanudarlas en breve plazo. Cuando el visitante pueda acceder a ellas encontrará señalizados varios hitos y los objetos de la vitrina.

Dentro del mueble hay cuatro banderas. La más antigua, que preside la vitrina, es el pendón del Ángel Custodio, que fue bandera de la ciudad hasta 1868. Luego Zaragoza estuvo 50 años sin bandera hasta que adoptó la que se expone a su lado, diseñada por Juan Moneva y que en algunos actos lleva ahora el concejal más joven. Las otras dos son en realidad pendones, uno el de las Proclamaciones Reales, que se paseaba el día en que se coronaba un nuevo rey en España; y el Estandarte de la Guardia Nacional de Zaragoza. "Hemos dejado las más significativas –añade Margarita Vela–, pero somos conscientes de que hay que incorporar alguna de las cuatro que tenemos relacionadas con el 5 de marzo. Pero necesitan ser restauradas".

Antes había varias espadas y ahora solo el sable de Espoz y Mina, que donó su viuda a Zaragoza y que está decorado con una apasionante iconografía: Atenea, varias cabezas de guerreros, palma y laurel... Bajo el sable se han dispuesto dos relicarios, de San Pedro Arbués y de los Innumerables Mártires, las dos llaves de la ciudad y el único ejemplar que tiene el Ayuntamiento de la Cruz del Segundo Sitio de Zaragoza, una condecoración que creó Fernando VII para todos todos los oficiales que defendieron la ciudad en el segundo sitio, pero que poco después hizo extensiva a todos los soldados y habitantes de Zaragoza. También se presenta allí uno de los objetos más curiosos del conjunto, el arca de escrituras y privilegios con sus tres cerraduras y llaves, que debían portar siempre el alcalde, el regidor archivista y el escribano del concejo. Solo con las tres se puede abrir el cofre. 

Los objetos de la vitrina resumen los principales símbolos de la capital aragonesa
Arca de escrituras y privilegios, con tres cerraduras y tres llaves. 
Toni Galán

En la parte inferior de la vitrina se han dispuesto una maza de los maceros, una banda de concejal y otros dos objetos curiosos. Uno es la caja que se usaba para las votaciones de regidores, con sus 40 bolas blancas y 39 negras. El otro objeto no se había exhibido hasta ahora. Es una urna con restos del Justicia Juan de Lanuza, que se construyó en el siglo XIX en apenas 48 horas para el Panteón Nacional de Madrid, proyecto que acabó desechándose. "Con este conjunto se explica bien la simbología de la ciudad –concluye Margarita Vela–. También publicaremos un folleto explicativo e incorporaremos textos en código QR. Quien se apunte a las visitas guiadas tendrá así abundante información sobre estos símbolos".

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