POESÍA EXTRANJERA. ARTES & LETRAS

“Sorprende que los poetas búlgaros estén tan cercanos y que suenen algo exóticos”

Rada Panchovska y Ricado Díez Pellejero ganan el Premio Marcelo Reyes, de Olifante, con la traducción de ‘Poesía búlgara contemporánea’

Rada Panchovska y Ricardo Díez, de pie, con otros dos traductores en la Casa del Traductor de Tarazona.
Rada Panchovska y Ricardo Díez, de pie, con otros dos traductores en la Casa del Traductor de Tarazona.
La Casa del Traductor.

El VI Premio de Traducción Marcelo Reyes, que convoca anualmente el sello Olifante, Ediciones de Poesía, ha recaído en ‘Poesía búlgara contemporánea’, que ha traducido Rada Panchovska, poeta, traductora y editora, con la estrecha colaboración de Ricardo Díez Pellejero, poeta y crítico literario, colaborador de ‘Artes & letras’ de HERALDO. Los dos explican las claves de este libro, muy cuidado, en el que han puesto esfuerzo, cariño y complicidad, que lleva en su interior una rosa búlgara, fotografiada por Juan Moro.

¿Cuál es el momento de la poesía búlgara?

RADA. Se podría decir que, para la poesía, el cirílico se inventó en el siglo IX porque hasta entonces solamente usábamos tres alfabetos: griego, hebreo y latín. La poesía siempre ha tenido muchísima importancia en la cultura búlgara, a la que -se podría decir- ha salvado.

¿Por qué estos poetas y no otros?

RADA. Como cada traductor que sale a trabajar al extranjero normalmente lleva textos de sus autores nacionales, yo llevaba conmigo textos de diferentes poetas, que son los que hemos traducido juntos en La Casa del Traductor de Tarazona. No tenía planeado presentarlos como una Antología, porque para esto se necesita mucho más trabajo y más especialistas, así que los publicamos únicamente como una selección de poesía búlgara contemporánea.

RADA. "La poesía siempre ha tenido muchísima importancia en la cultura búlgara, a la que -se podría decir- ha salvado"

¿Cuál es el eco de la poesía búlgara en Europa?

RADA. El eco de la poesía búlgara en Europa, por ahora, es muy escaso, se podría decir que esta selección es la primera obra más o menos completa de la poesía búlgara que se puede leer escrita y dispersa en alfabeto latino -en distintos idiomas- gracias a los esfuerzos de varios traductores. Por desgracia, en Bulgaria no existen programas para la traducción de nuestra literatura a lenguas extranjeras, como en otros países europeos. De momento sólo tenemos un programa para publicación de obras búlgaras en nuestro idioma. Esperemos que en algún momento haya más presupuesto para poder traducir nuestra rica literatura a otras lenguas.

Una rosa búlgara.
Una rosa búlgara.
Juan Moro.

Ricardo, usted además de ingeniero, es poeta. ¿Cómo ha sido este trabajo?

RICARDO. Ha sido una labor mucho más dura y larga de lo que, en un principio, había calculado. Hemos tenido que consensuar una forma de trabajo y un marco de decisión sólido, al tiempo que nos relacionábamos epistolarmente a través de centenares de correos en los que nos cuestionábamos los textos e íbamos avanzando en una nueva versión “definitiva”. Como te anticipaba, los textos los tradujo Rada, unos seis u ocho por autor, que comenzamos a trabajar en 2018 y de los que seleccioné dos de cada autor para esta obra. Sobre esta selección fuimos trabajando con mayor intensidad los meses posteriores, dando un empujón decisivo durante el verano de 2019, en el que volvimos a compartir unos días juntos en La Casa del Traductor de Tarazona. No obstante, seguimos puliendo durante 2020 y hasta enero de 2021 la selección, que cerramos en esas fechas.

¿En qué ha consistido su colaboración?

RICARDO. Mi labor ha sido la de adaptar los textos. Siguiendo las indicaciones de Rada, para no perder la referencia con el sentido original del texto, nos embarcamos en una reescritura minuciosa que buscará reproducir la diversidad de los aires y voces de estos autores. Allí donde había más misterio hemos querido dejar los poemas más abiertos, donde había más ritmo hemos procurado reproducir esa musicalidad, donde había ironía la hemos dejado patente y donde había rima, se ha mantenido la rima de los versos originales. Esta modificación de la literalidad de la traducción inicial ha llevado a un trabajo de corrección y ajuste interminable, siempre con esas ideas en la cabeza: respetar el sentido, conservar las rimas y no variar los versos, optar siempre por la solución más sencilla y cercana, revisar las palabras claves y sus polisemias y optar por las palabras que se ajusten más a lo que, creemos, era la semántica elegida por el autor en cada caso… Es un trabajo del que he aprendido muchísimo y es una de esas labores que se dicen mucho antes de lo que se hacen.

¿Qué temas y qué voces destacan?

RADA. Se podría decir que los temas son muy diferentes y los abordan autores bien conocidos, como se observa en la propia selección. Predominan los temas actuales, abundan las voces femeninas, como autoras y como traductoras. Todavía se conoce muy poco la literatura de la primera mitad del siglo veinte, porque durante la segunda mitad del siglo durante nuestro así llamado socialismo, estaban casi prohibidos. Ahora se necesitan más críticos literarios para poder destacar los nombres y las tendencias más importantes.

RICARDO: "Creo que el resultado es un libro con una selección muy interesante de autores de primer nivel y que propone muchas ideas desde esa identidad búlgara: los ancestros, el amor, la paranoia, el olvido, el recuerdo, la identidad, el deseo…"

Desde la poesía española y aragonesa, ¿qué llama la atención en cuanto a voces, estéticas, matices?

RICARDO. Me ha resultado muy enriquecedor. Las voces y los tonos son muy diversos, pero al tiempo los temas que abordan son universales. Creo que el resultado es un libro con una selección muy interesante de autores de primer nivel y que propone muchas ideas desde esa identidad búlgara: Los ancestros, el amor, la paranoia, el olvido, el recuerdo, la identidad, el deseo… se recorren con una maestría y diversidad que no pasan desapercibidos a un paladar delicado. Me ha sorprendido mucho que estén tan cercanos a nuestra escritura y que, por otra parte, suenen algo exóticos.

¿Algo más?

RICARDO. También he creído percibir, como un sonido de fondo, una llamada más acusada a un yo y a una identidad personal. Tal vez sea el fruto de esa necesidad de negar una tradición en la que el individuo carecía de importancia, al ser el colectivo el sujeto de la sociedad en la que formaron su identidad y en la que se educaron académicamente.

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