Francesc Torres expone un bombardero republicano boca abajo y lo compara con la crucifixión de San Pedro

El Museu Nacional d'Art de Catalunya (Mnac) ha presentado este jueves una nueva instalación del artista que incluye las reproducciones a escala real de dos aviones de la Guerra Civil española, y que busca integrarse con las exposiciones temporales y permanentes del museo sobre el conflicto. 

El bombardero soviético Katiuska, que se empareja con una reproducción magnificada de la Crucifixión de San Pedro, de Pere Serra
El bombardero soviético Katiuska, que se empareja con una reproducción magnificada de la Crucifixión de San Pedro, de Pere Serra
EP

El Museo Nacional de Arte de Cataluña (Mnac) ha presentado este jueves una nueva instalación del artista Francesc Torres que incluye las reproducciones a escala real de dos aviones de la Guerra Civil española, y que busca integrarse con las exposiciones temporales y permanentes del museo sobre el conflicto.

Así lo han explicado en una rueda de prensa el propio artista; el director del Mnac, Pepe Serra; y el director del Centre d'Aviació Històrica de la Sènia y creador de los aviones, Joan Ramon Bellaubí, que también es alcalde de La Sènia (Tarragona), donde se ubicó un campo de aviación tanto las fuerzas republicanas como la Legión Cóndor nazi.

En 'Aeronáutica (vuelo) interior', ubicada en la sala oval del Mnac, Torres reflexiona, por un lado, sobre el fenómeno de la guerra y del sacrificio; y por otro explora "el terreno nebuloso entre la aviación y el arte", meditando sobre la ambigüedad entre los objetos artísticos y no artísticos, en palabras del artista.

"Un avión que no vuela es una escultura: es una obra de arte", ha afirmado Torres, que empareja fragmentos magníficados de la 'Crucifixión de San Pedro', un retablo del siglo XIV que representa al santo crucificado boca abajo; con el bombardero Túpolev SB-2 'Katiuska', colgado por cables del techo de la sala y colocado, también, boca abajo.

Torres también ubica en la instalación el caza soviético Polikárpov I-6 'Mosca', junto con bidones originales que los soldados nazis dejaron en La Senia, fotografías de la época, un pequeño audiovisual, un hilo sonoro que transporta al campo y la guerra aérea, y diversos olivos, en recuerdo a los que se arrancaron para construir la pista de aterrizaje.

Todos estos elementos ayudan al artista a "expandir" la idea de la guerra y de los múltiples sacrificios de ideales, de vidas y de sueños que supone; una reflexión que se vincula con las distintas propuestas que ofrece actualmente el Mnac sobre la Guerra Civil y sobre la salvaguarda del patrimonio artístico en este contexto. 

El director del Mnac ha recordado que el museo ha ampliado y mejorado los espacios dedicados a la Guerra Civil y ha destacado la calidad de las dos exposiciones sobre esta temática que se presentan este año: 'La Guerra infinita', sobre el fotógrafo Antoni Campañà'; y 'Museu en perill!', en la que se habla de patrimonio, memoria y conflicto.

Serra ha reivindicado la "potencia con la que el museo ha vuelto tras la pandemia" pese a las dificultades económicas y ha puesto en valor el tejido artístico catalán, las propuestas que están realizando tanto el Mnac como otros museos de la ciudad, y la capacidad de éstas de impactar a nivel internacional.

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