hostelería

Zumiko: aire parisino para recuperar el esplendor de la calle Alfonso I

Esta tienda de zumos naturales ha afrontado una segunda reforma durante la pandemia, con un diseño bohemio, para dar servicio en el local.

Janice Labrador y José Miguel Carrasco han diseñado un local con un aire muy parisino.
Janice Labrador y José Miguel Carrasco, en su local de aire parisino, obra del diseñado Jesús Aznar
A. T.

Janice Labrador y José Miguel Carrasco presumen de elaborar los mejores zumos naturales de Zaragoza. Los preparan en Zumiko (c/ Vírgenes, 3. 665 915 933), discretamente ubicados en el casco histórico, desde donde los reparten por toda la ciudad.

Su historia y su proyecto profesional tras llegar a Zaragoza en 2018 hablan de una reinvención permanente. En primer lugar, para definir qué querían hacer con su vida después de salir de Venezuela. La Fundación Tranvía les dio las herramientas para montar su negocio y tras definir el proyecto, el 24 de febrero de 2020 nació Zumiko. “Al principio solo nos planteamos preparar y vender zumos naturales para tomar en la calle”, comenta Janice.

“Lo que tienen de especial nuestros zumos es que los prensa en frío una máquina que no quema la fruta, que es lo que hacen las licuadoras; de esta forma, se aprovechan todos los nutrientes”. José Miguel Carrasco tiene claro que es un producto de primera calidad, “que en Venezuela funciona muy bien y que en Zaragoza también está encajando”.

La montaña rusa en la que ha vivido la hostelería como consecuencia de la pandemia, con cierres, aperturas y horarios restringidos, les llevó a plantearse que su proyecto tenía que seguir creciendo. Así es como en este tiempo se ha consolidado una carta amplia de productos con gran variedad de zumos (somothies, detox, tradicionales...); desayunos que incluyen bagels, cruasanes o sándwiches; dulces meriendas (cupcakes, galletas, tartas o polos de frutas naturales), ensaladas, infusiones o café.

Con este nuevo enfoque, el reparto a domicilio también ha despegado, pero a José Miguel y a Janice lo que de verdad les apetecía era dar vida al local durante todo el año, “que la gente venga a desayunar o a la hora de la merienda; que se siente tranquilamente a comer un trozo de tarta y tomar un café, o que pruebe uno de nuestros polos y sorbetes”.

Así es como en el momento más duro de la pandemia se decidieron a darle una vuelta de tuerca más al proyecto para embarcarse en otra reforma. “Qué podíamos hacer –reflexiona José Miguel Carrasco–, la inversión ya la teníamos y si nos hundíamos en un lamento permanente, mal, así que nos propusimos innovar para resurgir de nuevo”.

Tras definir su idea y ponerse en manos del diseñador Jesús Aznar, el pasado 15 de febrero se metieron en obras y a finales de marzo la nueva casa ya era una realidad. Todos los detalles de la decoración y el interiorismo han seguido una pauta que esta pareja tenía clara: “Estamos muy cerca de la calle Alfonso I, la más elegante de Zaragoza que da acceso al gran salón de la ciudad, y de alguna forma nos apetecía poner nuestro granito de arena para devolverle el señorío que ha perdido en los últimos años con el cierre de tantos negocios”.

Con este objetivo plantearon la reforma y el resultado ha sido un Zumiko con aire parisino y bohemio: la iluminación, los telares, los grandes espejos, la forja de las tres mesas y sillas que hay en el local, los argumentos frutales de la vegetación, el ladrillo de las paredes vistas... Todo suma para crear esa ambientación. “Queremos que la gente disfrute de nuestros productos, pero también de los detalles del diseño y, sobre todo, que se sienta muy cómoda”, concluyen.

Con este impulso, más que nunca el nuevo Zumiko hace honor a su significado en Japón. “Es un nombre de mujer muy popular en el país nipón que significa persona emprendedora”, explica José Miguel, una denominación que encaja a la perfección con lo que esta pareja ha vivido estos últimos años.

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