"Las primeras clases de aragonés en la universidad se dieron en París y Barcelona hace un siglo"

El investigador altoaragonés Óscar Latas rescata en un libro estas enseñanzas pioneras y valora avances como el título de posgrado creado en 2011 o la Mención de Magisterio puesta en marcha este curso en Huesca.

Óscar Latas ha publicado el libro ‘Precursores en la Enseñanza Superior de la Lengua Aragonesa’.
Óscar Latas ha publicado el libro ‘Precursores en la Enseñanza Superior de la Lengua Aragonesa’.
Rafael Gobantes

"Resulta cuanto menos curioso que las primeras clases de aragonés en ámbitos universitarios fueran en París y en Barcelona hace un siglo y que aquí, en Aragón, hubiera que esperar hasta finales de los años 70 para que hubiera una asignatura de Filología Aragonesa. Parece que hay cosas a las que tienen más aprecio fuera que en casa". Es la reflexión del investigador altoaragonés Óscar Latas, que este jueves presentó en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca el libro ‘Precursores en la Enseñanza Superior de la Lengua Aragonesa’

La Cátedra Johan Ferrández d’Heredia de Lenguas Propias y Patrimonio Inmaterial (impulsada por la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón) ha editado esta publicación junto a la editorial Aladrada y repetirá la presentación el próximo 28 de mayo, a las 19.00, en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.

Latas se congratula al menos de que actualmente en el Campus de Huesca se esté dando un impulso a este lengua romance con el título de posgrado que se puso en marcha en 2011 y, desde este mismo curso, con la Mención en Lengua Aragonesa -primer título oficial- en los grados de Educación Infantil y en Educación Primaria. "Si lo comparamos con otras comunidades, los pasos que se están dando aquí con el aragonés son minúsculos y a una velocidad muy lenta, pero son necesarios e importantes", valora. 

"Si lo comparamos con otras comunidades, los pasos que se están dando aquí con el aragonés son minúsculos y a una velocidad muy lenta, pero son necesarios e importantes"

Coincidiendo pues con el centenario de estas primeras enseñanzas superiores del aragonés, este investigador ha buceado en aquellos inicios y ha identificado como principal pionero a un francés, curiosamente. Se trata del filólogo Jean‐Joseph Saroïhandy, que impartió clases de aragonés entre 1920 y 1924 en París, en la École Pratique des Hautes Études y en el Collège de France. Antes, según explica Latas, estuvo recogiendo materiales en el Alto Aragón entre finales del siglo XIX y principios del XX.

Un interés que le despertó un artículo de Joaquín Costa sobre los dialectos de transición de la zona de Ribagorza. "Al leerlo, vino aquí a comprobar esos datos y estudiarlo. Conoció el aragonés de Graus y luego vino todos los veranos a recorrer el Pirineo. Y aunque no le dio tiempo a escribir una monografía que le hubiera dado la fama de romanista internacional, hemos podido recuperar su archivo y sacarlo a la luz", señala Latas. 

Gracias a archivos conservados en Burdeos y Bilbao, ha podido trascribir los apuntes de Saroïhandy para dar a conocer cómo eran aquellas primeras clases "y completar así el puzle de la enseñanza del aragonés en ámbito universitarios", destaca. Aparte de materiales medievales como el conocido poema de Yuçuf y algunos manuscritos, utilizó otros propios. Y es que había realizado encuestas personales por todo el Pirineo y con esos datos impartía las clases de dilectología con conceptos típicos de gramática, sintaxis...

Un alumnos suyo, el profesor Odón Apraiz, llevó más tarde el aragonés a la Universidad de Barcelona, donde en 1933 impartió un seminario con doce lecciones con motivo de un homenaje a la figura del propio Jean‐Joseph Saroïhandy.

Tras estas primeras experiencias, que concluyen en la década de los treinta, tuvieron que pasar 40 años para reencontrar la lengua aragonesa en enseñanzas universitarias. "Y no por desconocimiento", como subraya Óscar Latas, ya que hubo otros pioneros romanistas de la escuela alemana e inglesa que estuvieron también en los años 30 realizando encuestas en todo el Alto Aragón y publicando trabajos de dialectología y lengua aragonesa. "De hecho, en la universidad de Hamburgo se hicieron tesis doctorales sobre el aragonés", recuerda. Sin embargo no fue hasta finales de los 70 cuando se implantó una asignatura sobre ella en los estudios de Filosofía y Letras en Zaragoza y en 1986 en Magisterio de Huesca.

Ósca Latas hace hincapié en que este libro tiene un claro interés científico por lo lingüístico "pero también social porque creo que es necesario conocer que no son un capricho o una moda estas clases que se dan de aragonés, sino que son un fenómeno cultural y académico con su historia y su interés internacional. Y esto nos enraíza con esa trayectoria". 

"Las clases en aragonés no son un capricho ni una moda, sino un fenómeno cultural y académico con interés internacional"

Este investigador valora muy positivamente la reciente creación de la Mención de Lengua Aragonesa. "Es una apuesta vital y la piedra angular sobre la que luego construirlo todo porque si se forman maestros, podrán dar clases en aragonés en todo el territorio. El posgrado también lleva diez años y se se está formando una generación. La verdad es que se echaba en falta que la Universidad de Zaragoza tuviera una formación específica y profesional para docentes y este es un primer paso", afirma.

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