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Análisis de ‘Returnal’, un exclusivo de PS5 en el que no dejar de morir de diversión
Es uno de los primeros exclusivos en llegar a la consola de nueva generación de Sony, un juego de mazmorras con costuras de triple A que hará las delicias de los jugadores a los que no les importe morir una y otra vez.
Acción trepidante en una ambientación de ciencia de ficción de terror, una lluvia de ataques y disparos incesante en un planeta inhóspito, un bucle constante en el que nada se reitera y en el que todo se repite sin cesar. Eso es ‘Returnal’.
Con alma de juego de mazmorras y ‘bullet hell’ y factura de triple A, este nuevo exclusivo de PS5 aprovecha las bondades de la nueva consola para generar de forma aleatoria un sin fin de habitaciones repletas de peligros y desafíos que pondrán a prueba las habilidades de los más avezados ‘machaca pulgares’.
En ‘Returnal’ no se puede guardar la partida y cada vez que mueres el bucle se reinicia, vuelves a empezar perdiendo casi todo lo que habías conseguido hasta el momento, algo que puede resultar desesperante, pero también tremendamente desafiante y adictivo.
Su mayor debilidad es una historia floja, contada de un modo desigual, que genera poco interés y favorece centrarse en la acción.
Los gráficos no dejan con la boca abierta - seguimos esperando ese gran juego que aproveche todo el potencial de la nueva generación - pero las ambientaciones de las diferentes ubicaciones están muy logradas y las recreaciones de las antiguas civilizaciones que habitaban el planeta que explora el jugador recuerdan a lo mejor de la ciencia ficción oscura y misteriosa de Alien.
Lo que sí que aprovecha 'Returnal' son las bondades del nuevo mando de PlayStation 5 y el jugador podrá sentir gracias a la vibración mejorada incluso la lluvia que cae a su alrededor, favoreciendo la inmersión en el título.
Además, esta aventura es ideal para ser jugada con unos buenos auriculares que permitan disfrutar de las bondades el sonido 3D.
En definitiva, 'Returnal' es una vuelta de tuerca al concepto 'Roguelike' (videojuego de mazmorras) que puede llegar a desesperar tanto como engancha.
