Mara Ona: "El barro capta el gesto de mis manos"

La escultora zaragozana inaugura una exposición de su obra reciente, en cerámica, en la galería La Casa Amarilla

La escultora Mara Ona (Zaragoza, 1990), inauguró ayer una exposición de su obra reciente en La Casa Amarilla. ‘Visiones de Ediacara’ reúne piezas realizadas en el último año y medio en una técnica, la cerámica, que ha perfeccionado gracias a una beca de la Fundación Bilbaoarte. Ediacara es un famoso yacimiento de microfósiles ubicado en una zona montañosa en la ciudad de Adelaida, Australia.

"Siempre he visto la cerámica como una técnica escultórica más –asegura–, y así he llegado a ella, para que me ayude en mi búsqueda. El barro da mucho juego porque capta todos los gestos de mis manos, además de que luego te ofrece la posibilidad de emplear una gama de colores prácticamente infinita".

Graduada en Bellas Artes por la Facultad de Cuenca, Mara Ona obtuvo el título de Técnico Superior de Escultura en la Escuela de Artes de Zaragoza.

Sus esculturas se han podido ver en múltiples exposiciones desde el año 2009, cuando mostró por primera vez su obra al público en la Escuela de Artes de Zaragoza.

La escultora se desenvuelve siempre en el mundo de lo ancestral, lo primitivo y lo biológico, y en esta exposición ha llevado a la cerámica una serie de microorganismos imaginarios lejanamente inspirados en las coloridas ilustraciones del naturalista alemán Ernst Heinrich Haeckel. "Pero no hay literalidad –subraya–. Son formas imaginadas, que no existen en la naturaleza. El tener un hilo temático conductor me viene muy bien porque tiendo a ser dispersa y necesito centrarme. Pero, en realidad, siempre hago los temas que me interesan, todo está relacionado desde que empecé".

Y tanto. Ya está trabajando en una nueva línea temática, en torno a los demonios. Sin abandonar la cerámica. "En las últimas semanas he empezado a investigar sobre los demonios -señala- y a realizar ensamblajes, en los que uno la cerámica a la tela y a otros materiales". Todavía ve muy lejos el dominio de la técnica de la cerámica, pero tampoco es algo que le preocupe especialmente. "Un ceramista tradicional seguro que se preocuparía más por alcanzar lo más pronto posible un dominio de la técnica. Pero muchas de las piezas que hago, que parecen inestables o frágiles, lo son menos de lo que parecen. Y también me gusta ir 'encontrando' cosas mientras trabajo. Cuando no dominas una técnica te llevas sorpresas negativas, pero también puedes tener alguna positiva. El barro, es muy distinto como materia a la madera, que quizá sea o que más había trabajado hasta ahora. A mí me ha obligado a ser mucho más paciente, a llevar otro ritmo".

La muestra puede visitarse hasta el 19 de junio.  

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