literatura

Teresa Ordinas: "Avelino Hernández fue un maestro de la vida, estar a su lado fue un lujo"

La viuda del escritor de Valdegeña ha publicado la biografía 'Desde Soria al mar', donde narra su recorrido vital desde que el compromiso político los unió hasta su prematura muerte a los 58 años. 

Avelino Hernández y Teresa Ordinas.
Avelino Hernández y Teresa Ordinas.
Teresa Ordinas

Han pasado 18 años desde la desaparición de Avelino Hernández (Valdegeña, Soria, 1944-Mallorca, 2003) y es ahora cuando su viuda, Teresa Ordinas, ha puesto el retrovisor para narrar la biografía del autor en un libro, 'Desde Soria al mar',  editado por Rimpego. Acompañan a Teresa en ese viaje al pasado amigos y admiradores de la obra del escritor soriano como  Julio Llamazares, Cristina Cerezales, César Millán o Carmelo Romero.  Aislada en Palma, donde reside, debido a la pandemia, y a la espera de poder viajar a la Península para presentar el libro, Teresa responde a las preguntas de Heraldo.es por vía telefónica.     

¿Cómo ha sido ese viaje al recuerdo de sus 32 años de  trayectoria vital con Avelino Hernández?

Fundamentalmente ha sido feliz. Yo no me atrevía a hacer una biografía suya porque no me considero escritora. He escrito, sí, pero no había publicado nunca. Hubo gente que me animó a ello, y decidí hacerlo, pero a mi modo.

De todas las etapas de esa viva tan nómada con Avelino, porque han sido muchos los lugares por los que han pasado, ¿con cuál te quedas?

Quizá con la última, la de Mallorca, porque las otras también fueron muy bonitas, pero la de la isla fue especial, porque ya era en la etapa de madurez. En Selva vivió siete años.

Es curioso que fuera él quien eligiera echar el ancla en las Baleares cuando eres tú la mallorquina.

Sí, fue él quien se inclinó por Selva. A los dos nos entusiasma Mallorca, pero aunque le propuse ir a Castilla, porque soy una enamorada de Castilla, él dijo que no. Así que aunque pensamos en intentarlo en Segovia, o en Soria que nos apasiona, finalmente lo descartamos.

¿Por qué rechazó instalarse a la provincia que le vio nacer, tan presente en muchos de sus libros?

No hubiera tenido tanta intimidad para desarrollar sus proyectos, porque entonces buscaba tranquilidad y sosiego. Él explicaba en una entrevista en un periódico mallorquín  que estaba feliz viviendo en Madrid, pero "llega un momento en que sientes que haces techo, que ya repites, tanto en el trabajo como en la literatura, ya sabes cómo va a ser el próximo año. Entonces buscas un espacio distinto de proyección personal, te atreves a ponerte ante estímulos nuevos que te obliguen a dar más de ti... Quise expresamente buscar nuevos horizontes contrarios a los míos".

En esa búsqueda de nuevos e inspiradores horizontes, incluso se echó a la mar con un viejo llaüd que, metáforas de la vida, era de madera de pino de Soria, según contaba  el también desaparecido y añorado Pepe Sanz.

Sí, estaba preparando los aparejos y un hombre lo observaba. Avelino creía que lo estaba haciendo mal, y le hizo un comentario en ese sentido, pero el hombre le explicó que lo miraba porque era el armador que construyó ese barco con madera de pino de Soria.

Es ejemplo de su capacidad para acercarse a los demás. En el libro sale otra anécdota de Pepe Sanz: una vez le preguntaron por su curriculum vitae y lo resumió en tres palabras: "Amigo de Avelino". ¿Cuál era su secreto para labrar esas amistades?

Tenía mucho imán, contaba las cosas de una forma muy especial, sabía decir la palabra justa en el momento exacto. Y su capacidad de escuchar era tremenda. Quien estaba a su lado se sentía importante. Era grande físicamente y en todos los sentidos.

De todas sus etapas, parece que donde se le ve más incómodo es cuando ocupó un alto cargo público: secretario general de Educación de la Junta de Castilla y León.

Sí, no te equivocas. Él no se sentía cómodo porque prefería hacer un tipo de cultura que apoyara a gente que estaba empezando.

Aunque dimitió a los nueve meses, también allí dejó buen recuerdo. Cuentas que tras su muerte te llamó el propio Demetrio Madrid, primer presidente de la Junta de Castilla y León, que renunció al cargo por una acusación de corrupción de la que finalmente fue absuelto.

Sí, era gente que lo apreciaba. Cuando estábamos en el homenaje en Valdegeña me llamó expresamente para decirme que lo sentía mucho.

Teresa Ordinas y Avelino Hernández, en su casa de Selva, en Mallorca.
Teresa Ordinas y Avelino Hernández, en su casa de Selva, en Mallorca.
Teresa Ordinas

En el libro se refleja cómo Avelino dejó huella allá donde estuvo. Por ejemplo, ideó el tren de la fresa de Aranjuez que sigue en marcha. ¿Se conoce suficientemente su legado?

Yo creo que se conoce bastante su legado, no sé si suficientemente. En Mallorca se le ha conocido tras su muerte, porque aquí vivió muy al margen de los círculos literarios, expresamente. Y, de hecho, cuando murió hubo escritores que se interesaron mucho por su obra; me escribían a mí, venían a verme. Y lo mismo en los medios de comunicación. En Aranjuez, donde solo estuvo al frente de la cultura del Ayuntamiento, todavía se le recuerda, dejó mucha huella. Igualmente, en Valladolid, donde vivimos unos años.

¿Qué pensaría ahora Avelino del movimiento de la España vaciada?

Estaría encantado y lo apoyaría completamente, en la medida que podía. Al fin y al cabo ya en su primer libro, 'Una vez había un pueblo', auguraba que no iba a quedar ningún pueblo como el que describía ahí. Le daba rabia porque pensaba que había posibilidades de hacer algo por aquella España. Por eso dejó huella como director técnico del proyecto Culturalcampo del Ministerio de Cultura, que promocionaba social y culturalmente a gente del pueblo. Fue una labor muy buena, con un equipo fabuloso formado por personas como Coca López Juderías, hasta hace poco gerente de la Fundación Amantes de Teruel, con quien me sigue uniendo una gran amistad.

A la vista del resultado del libro, que se lee de tirón, ha nacido una estrella literaria. ¿Para cuándo su próxima publicación?

(Risas) Me encanta escribir, desde siempre, pero no sé hacer ficción ni es un tema que me interese. Tengo una hermana, Mari Paz, que es escritora tardía, se puso a ello después de criar a seis hijos, pero ahora con 82 años ya ha sacado una docena de libros con historias preciosas. También mi madre, que murió cinco días antes que Avelino, escribió sus memorias. Fue gracias sobre todo a que Avelino la animaba constantemente a ello, y recogió todos sus recuerdos desde los dos años hasta que falleció. Tras su muerte las hemos editado los hijos en dos tomos que son una delicia. En mi caso, tengo una carpeta que se llama 'Improntus' donde guardo cosas breves, pequeñas anécdotas o historias reales, y sí tengo intención de recogerlos en un libro y autoeditármelo. Respecto a la forma, Avelino me dio pautas de escritura que me han servido muchísimo para enfrentarme a la hoja en blanco. Tener un escritor como él al lado era todo un lujo. Como dice Coca, Avelino fue un maestro de la vida.

Portada de 'Avelino Hernández : Desde Soria al mar'

'Desde Soria al mar'

Autora: Teresa Ordinas Montejo.
​Editorial: Rimpego.
​Páginas. 222

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