Ana Bendicho: "Diseñar es pensar, satisfacer una necesidad y transmitir un mensaje"

Es diseñadora, al frente de Estudio Novo, y crea objetos de uso cotidiano. Cree en el trabajo en equipo y en el diseño funcional y estético

La diseñadora Ana Bendicho, ante uno de los cuadros de Pepe Cerdá en su exposición del Museo Goya.
La diseñadora Ana Bendicho, ante uno de los cuadros de Pepe Cerdá en su exposición del Museo Goya.
José Miguel Marco

La crisis le habrá quitado trabajo. ¿O la necesidad de vender acaba conduciendo a las empresas a un estudio de diseño?

Las crisis, sean del tipo que sean, ayudan a mantenernos despiertos, y el oficio de diseñador es uno de los que exige que no te relajes. La crisis anterior, la de 2008, sí supuso un parón tremendo en nuestra actividad, pero a mí en cierto sentido me vino bien porque conseguí tener tiempo para ver la empresa desde otro punto de vista. Durante el confinamiento también he tenido tiempo para pensar y darme cuenta de que hay otras maneras de trabajar. Llamé a mis clientes y empecé a hacer cosas: ferias virtuales para los artesanos, diseños de paquetes y envoltorios de comida para llevar para los restaurantes... El diseño es necesario siempre. Incluso en situaciones tan duras como la que vivimos, alguien tiene que diseñar los envases para gel hidroalcohólico, las mascarillas o incluso los respiradores.

Un buen diseño, ¿es capaz de vender cualquier cosa?

No, pero ayuda mucho a conseguirlo. En algunas ocasiones el cliente, aunque haya recibido un buen diseño, no hace una buena comunicación y no funciona. Y, además, muchas veces no sabes si una cosa está bien diseñada hasta que miles de personas la usan.

Cada vez se les exige más.

Hemos llegado a un punto en el que un buen diseño tiene que cumplir a un tiempo funciones ergonómicas, estéticas y de coste. Esto es así porque los usuarios cada vez somos más exigentes y estamos cuestionándonos todo porque tenemos muchísima información. Últimamente se está valorando mucho el minimizar los procesos de fabricación. Y también tenemos que ‘ecodiseñar’. Es raro ya el proyecto que no exija economizar en las piezas y contaminar lo menos posible. Cuando se diseña un frigorífico ya estamos pensando en cómo deshacernos de él.

Al hablar de ‘marca’, ¿hablamos de estética, de diseño?

No exactamente. La estética es importante en cualquier diseño, y un buen diseño es muy importante a la hora de crear una marca, pero lo fundamental es acertar a transmitir un mensaje. Hay clientes que vienen pensando en innovar y otros que quieren distinguirse. Y tenemos que dar respuesta a lo que plantean. Hemos diseñado varias botellas de aceite: a veces hemos buscado una estética atractiva y llamativa porque el cliente se lamentaba de que su aceite no se distinguía de los demás en los supermercados; y a veces hemos investigado un sistema antigoteo para desarrollar un tapón que acabe con el problema. La diferenciación es parte esencial de nuestro trabajo pero, en el diseño gráfico, lo esencial es enviar un mensaje de forma sencilla y directa.

Hace unos años los diseñadores eran dioses.

Hay muchos tipos de diseñadores. En los años 80 se decía que algo era ‘de diseño’ para señalar que, por su estética, podía acabar en un museo. Fue una distorsión de nuestro trabajo. Diseñar es pensar, satisfacer una necesidad, trasmitir un mensaje. El primer diseñador de la historia fue el hombre prehistórico que hizo un arco para cazar. Luego llegó la Revolución Industrial, que impuso la producción en cadena, y la Bauhaus, que trajo la ergonomía. Hoy, lo que me encantaría que me encargaran diseñar es una cama de hospital.

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