LETRAS NÓRDICAS. ARTES & LETRAS

El misterio del hombre tranquilo y la mujer de rojo

El zaragozano Fabio Teixidó traduce para Volcano ‘A orillas del Sandá’ del escritor islandés Gyrdir Elíasson.

El aragonés Fabio Teixidó traduce a Gyrdir Elíasson.
El escritor islandés Gyrdir Elíasson.
Archivo Volcano.

Hay libros de cuerpo delgado que ocupan en la memoria del lector una extensión a priori insospechada. Pequeños testamentos vitales que le hacen replantearse su lugar en el mundo. Su relación con la naturaleza, con el silencio, con el futuro y sobre todo con los tiempos verbales. Libros de cuerpo delgado que acaban siendo hazañas incontestables. 

Y eso es ‘A orillas del Sandá’, el cuaderno de un observador al que no le importa perder. Un esquema delicioso de lo que significa estar vivo cuando sólo es capaz de contradecir tu porvenir la fuerza inagotable de la naturaleza, de la reflexión y de la confesión: “Solo, pero no necesariamente abandonado”.

A través del paso de dos estaciones, verano y otoño, el protagonista de esta novela va formando su futuro. Un futuro de fruto áspero, pero incontaminado. Un hombre que pasea y fracasa con la misma naturalidad con que el río que acompaña sus horas cambia de color o de textura obedeciendo a las fuerzas invisibles que la naturaleza le tiene designados a cada uno de sus habitantes. 

Instalado en uno de los raros bosques de Islandia el protagonista, de edad indefinida, lee biografías de pintores en un intento feroz de no perder su necesidad de equilibrio. Alterna páginas de la onírica biografía de Marc Chagall con las de la cruel y sulfurosa existencia de Van Gogh. Y entre tanto pasea y escucha a la naturaleza, pinta las hojas de los árboles. Todo parece tranquilo, metódico y hasta irrelevante hasta que un día la figura de una misteriosa mujer vestida de rojo fractura en dos su voluntad. 

Sin embargo Gyrdir Elíasson (Reyjavik,1961) no elabora un misterio denso y laborioso, no, fábrica un asidero inesperado para un hombre tranquilo que sin saberlo, lo ha perdido todo. Las visiones de esa mujer misteriosa reelaboraran su relación con el mundo que le rodea, con la naturaleza, con su profesión, con cada una de las partes que forma el imponente todo de ese bosque en el que la naturalidad insistirá una y otra vez en salvar a todos sus habitantes.

"Las visiones de esa mujer misteriosa reelaboraran su relación con el mundo que le rodea, con la naturaleza, con su profesión"

Elíason se centra en la belleza austera y provechosa que fabrica siempre la sencillez. El agua bañando los cuerpos, el café calentando la boca, el sol rehaciendo el mundo cada vez que sale, la mirada como tabla de salvación, como biografía que añadir al árbol genealógico de los que van a sobrevivirnos: "Pese a haber vuelto sin ningún cuadro, el día no ha sido del todo desastroso. He visto dos animales misteriosos corriendo en la espesura del bosque. Y cada vez me invade más la sensación de que soy un lobo solitario merodeando por las intrincadas tinieblas de mi vida”. O “La calma es un concepto de numerosas aristas: puede ser triste, aterradora, agradable, sublime, solitaria”. Y “Abro una lata de cerveza y reflexiono sobre el autoexilio”.

Todo son frases justas, palabras alejadas de lo inservible. Elíasson presenta con mucha lucidez lo que no le completa, pero al mismo tiempo forma parte de la idiosincrasia de un país, de una sociedad que se mete en los bosques para expiar sus culpas. Consigue incluso que la soledad confraternice con una imaginación, desbordante y necesaria: “Exóticos juncos verdes, unos juncos que no crecen en ninguna parte salvo en una mente humana cansada, alejada de todas la demás”.

Elíasson consigue con su escritura estricta hacer cohabitar los sueños y la vida de un hombre. Hacer irresistible su rutina, atravesar con ella la mirada del lector de esa forma en que atraviesa la luz de un relámpago una oscuridad que se creía eterna. 

‘A orillas del Sandá’ es una historia de una asepsia resolutiva y revolucionaria. La serpenteante odisea de un Ulises que le canta al universo desde la desvencijada terraza de su caravana. Una historia de tuétano hábil alimentada de principio a fin con honestidad. Una historia que no se empeña en contar nada especial, pero que hace especial al mundo que muestra que ha traducido el zaragozano Fabio Teixidó, verdadero especialista en literatura islandesa.

“La calma es un concepto de numerosas aristas: puede ser triste, aterradora, agradable, sublime, solitaria”

FICHA DEL LIBRO

‘A orillas del Sandá. Sonata Pastoral’. Gyrdir Elíasson. Traducción de Fabio Teixidó. Volcano. 130 páginas.

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