José Manuel Matilla: "El afán del Prado es estudiar las obras no descatalogarlas"

El jefe de Conservación de Dibujos y Estampas de la pinacoteca cree que el artista usó la obra gráfica para plasmar sus ideas más personales

Jose Manuel Matilla / 24-02-21 / Enrique Cidoncha[[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
Jose Manuel Matilla / 24-02-21 / Enrique Cidoncha[[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
Enrique Cidoncha

Nacido en Valladolid en 1962, José Manuel Matilla es jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo del Prado. Dirige un amplio equipo de especialistas que trabaja en la catalogación de los dibujos del artista de Fuendetodos.

Usted prácticamente inició su carrera profesional en 1996 en la Calcografía Nacional. ¿Qué le enseñó sobre Goya?

Me lo enseñó prácticamente todo. Es una institución muy intensa y en la que, desde luego, Goya desempeña un papel fundamental. En los años en los que estuve allí, además, se creó el Gabinete Goya para exponer al público una selección de las planchas de los grabados del artista. Se han convertido en objeto museable. Yo estudiaba grabado español del siglo XVII y fui especializándome en técnicas de arte gráfico. A partir de la exposición 'Goya. La década de los 'Caprichos' (octubre del 92-enero del 93) empecé a profundizar en la obra del artista aragonés.

¿En qué situación se encuentran las planchas? Hace ya bastante tiempo se decidió no volver a estampar los grabados. ¿Podría hacerse? ¿Se nota mucho la diferencia entre un 'capricho' de primera edición y otro de la 13ª?

En el caso del grabado, la lámina de cobre se va desgastando de forma evidente con cada tirada. No tiene nada que ver una estampa de primera edición con una de la última, es como comparar un original y una fotocopia, la diferencia es abismal. Y sucede así porque las líneas del aguafuerte, de la punta seca o las sutiles aguatintas son tan delicadas que se pierden. Algunas planchas de los 'Caprichos' ya muestran signos de desgaste al final de la primera edición, en ocasiones en la segunda,. Y no podemos seguir estampándolas, aunque en el siglo XIX se les diera una protección de acero o cromo que ahora se está estudiando cómo revertir. Pero si las estampáramos hoy en día tendríamos una mala edición.

En el 99 pasó al Prado, al Departamento de Dibujos y Estampas. ¿Qué peso tiene allí la obra de Goya?

En el departamento se custodian unos 10.000 dibujos y 6.500 estampas. Dentro de ese conjunto hay 500 dibujos de Goya y, al igual que sucedía en la Calcografía, lo que más se conoce de todos esos ricos fondos es la obra del artista aragonés. A todo ello hay que unir un importante conjunto de cartas, algunas de ellas adquiridas a lo largo de los años por el propio museo.

Usted promovió la compra y el estudio de primeras ediciones de grabados de Goya.

Como en la Calcografía ya estaba trabajando en este artista, poco después de llegar al Prado, en apenas tres años, pude organizar exposiciones dedicadas a las principales series de grabados y acompañarlas de publicaciones con toda la información gráfica e histórica que disponíamos. Hoy siguen siendo referentes. Ahí tenemos la principal base documental del Goya grabador y dibujante.

El conjunto de dibujos de Goya del Prado, ¿cómo se estructura?

Goya tenía cuadernos de dibujo, a los que los especialistas hemos bautizado como 'Cuaderno' A, B, C... El problema es que tras la muerte del artista, a mediados del siglo XIX, se desencuadernaron, se reorganizaron en álbumes y se vendieron. En el Prado tenemos el 'Cuaderno Italiano' completo, y el C, del que solo nos faltan cinco dibujos. El resto está muy desperdigado. Calculamos que poseemos unos 500 dibujos, aproximadamente la mitad del total. Por suerte, en los últimos años hemos adquirido alguna pieza excepcional, como el 'Toro mariposa' o 'Joven barriendo'. Es muy complicado incorporar más piezas: cuando un dibujo de Goya sale a la venta en el mercado internacional, los museos nacionales no pueden competir con los coleccionistas privados.

"Los dibujos de Goya, aunque sean de pequeño tamaño, casi nos dicen más del artista que sus propias pinturas"

Sorprende que se conozcan tan pocos dibujos preparatorios...

Sí. En el Goya dibujante hay una doble faceta. Por un lado, conocemos muy pocos dibujos preparatorios para sus pinturas, y yo creo que los tendría que hacer; y, por el otro, es un artista preocupado por ir confeccionando una especie de diario gráfico con sus dibujos. Pero esa escasez de dibujos preparatorios también se da en otros artistas, como Velázquez o Caravaggio. Goya dibujaba, pero, cuando tenía que hacer grandes composiciones pictóricas, parece que o echaba mano de su tremenda capacidad mental, o destruyó los bocetos. Casi todos los que conocemos son del principio de su carrera.

¿Qué importancia le concede a la obra gráfica de Goya dentro de su producción? Parece muy superior a la mayoría de los pintores.

Es de extraordinaria importancia porque en su obra gráfica es donde quiso poner de manifiesto sus ideas. En cada uno de sus grabados existe la voluntad de decir 'Esta es mi visión de la vida'. No hay otro artista tan comprometido con su tiempo a través de las estampas. Sabe muy bien lo que tiene que decir y cómo.

¿Cuál es, a su juicio, la mejor serie?

Cada una tiene su propia importancia según el momento histórico en el que fuera hecha. Hoy nos interesamos por Goya porque aún hoy nos hablan a nosotros, y son referencias culturales en su campo. Resulta casi imposible hablar de las atrocidades de la guerra o de los toros sin pensar en sus series de grabados. Pero a mi juicio la verdadera revolución está en los 'Caprichos'. Detrás de cada uno de ellos hay un genio con unas capacidades por encima de las de cualquiera de nosotros. Aunque antes de él ya hubo artistas que realizaron estampas con el fin de expresar su arte a través del grabado, como Tiepolo o Rembrandt, lo que él hizo es único. Goya ve, absorbe, procesa... es un hombre que está en la sociedad de su tiempo, leyendo y conversando con intelectuales como Jovellanos o Moratín, es alguien con la capacidad de ver a su sociedad con nuevos ojos. Hay mucho pensamiento detrás de cada una de esas estampas.

Ese Goya lector contrasta con la leyenda, que ha llegado incluso a nuestros días, de que era algo inculto.

Es algo imposible de sostener. Es cierto que en la documentación testamentaria de Goya no nos consta que tuviera algún libro. Existe una pequeña referencia, y es que su nombre aparece dentro de la lista de suscriptores para costear una edición en castellano de la novela 'Pamela', de Samuel Richardson. Y poco más. Pero Goya tuvo que leer necesariamente mucho: por su sordera, por sus amistades, por el fino sentido del humor que destila en sus cartas... ¡Si los títulos de sus estampas son verdaderas joyas literarias! Y podemos estar seguros de que eran suyos porque hay unidad de estilo con los títulos y comentarios que ponía de propia mano a sus dibujos privados. Hay detalles... incluso la forma en que preparaba las facturas para los cartones de tapiz nos revela a un hombre orgulloso de su forma de pensar.

¿Que peso tienen los dibujos de Goya en el Prado?

El Prado es conocido en todo el planeta por Goya, se ha beneficiado claramente de tener la mayor colección de pinturas del mundo de este artista. Y aunque su obra no ha estado aislada, sí que en cierta medida ha constituido un museo dentro del propio museo. Pero los dibujos han sido y son muy importantes, lo que ocurre es que han estado expuestos desde finales del siglo XIX hasta prácticamente los años 70. El público venía a ver 'El dos de mayo de 1808 en Madrid' y los dibujos. Pero no podemos tener los dibujos permanentemente expuestos por razones de conservación. Por eso debemos ser, y somos, restrictivos a la hora de prestarlos para exposiciones temporales. Con Goya ocurre que su obra sirve para prácticamente todo y hay muestras de muy diverso signo para la que nos piden obras. Valoramos con mucho cuidado cada proyecto expositivo. Cada dibujo tiene que estar unos años en la reserva y no más de tres meses en exposición.

Hace ahora 10 años comisarió una exposición que tituló 'No solo Goya', quizá para evidenciar que la pinacoteca adquiere muchas más cosas para sus fondos.

Claro. Es una figura artística tan enorme que a veces tapa un poco a las demás. En el Prado hacemos historia del arte, a veces a través de exposiciones que quizá no tengan el relumbrón que pueda tener una de Goya. También compramos obras que son muy importantes aunque no hayan salido de sus pinceles. Acudimos a él en las conmemoraciones importantes. El bicentenario del Prado, por ejemplo, lo hemos podido conmemorar, afortunadamente, con la exposición de dibujos de Goya.

Estudiando esos dibujos, ¿qué ve?

Un artista de una coherencia extraordinaria. En Goya nada es casual. Hay una mano indiscutible que se puede reconocer, que se puede comparar con los mismos símbolos, en sus dibujos, en sus pinturas y en sus grabados. Hay que mirar con detenimiento los dibujos de Goya, aunque sean pequeños, porque casi nos aportan más del artista que las propias pinturas. Hay que observarlos con mirada contemporánea porque nos hablan de nosotros mismos.

¿Se podría falsificar un dibujo de Goya?

En lo que yo conozco, es absolutamente imposible. Cuando uno ha contemplado muchos dibujos auténticos de Goya, si ve alguno que 'quiere' ser de Goya... ve claramente que es otra cosa. Cuando alguna vez hemos tenido dibujos que nos planteaban dudas, hemos puesto al lado un original y enseguida se han disipado. La mayoría de esos dibujos que 'quieren' ser de Goya están copiándolo, y malamente. Incluso Mariano Fortuny, que era un artista extraordinario, cuando copiaba sus dibujos se le notaba. La mano de Goya es infalsificable.

Jose Manuel Matilla / 24-02-21 / Enrique Cidoncha[[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
El Prado conserva varios ejemplares de las series de grabados de Goya.
Enrique Cidoncha

En los últimos años ha sorprendido un poco el afán del Prado por 'descatalogar' obras de Goya.

No existe ese afán por descatalogar; lo es por estudiar las obras que poseemos, y hacerlo siempre con los mejores criterios y técnicas a nuestro alcance, y sin ningún tipo de prejuicios. Son trabajos en equipo, y en ese afán de estudio a veces se llega a conclusiones que no gustan a todo el mundo. Pero si uno recorre la bibliografía y los catálogos de principios del siglo XX ve una enorme cantidad de pinturas y dibujos atribuidos a Goya que hoy en día no se nos ocurre ni mencionar esa posibilidad. Hay que enfrentarse a la obra de Goya sin estar condicionado por lo que se ha dicho de ella antes. Nosotros estamos todo el día en contacto con las obras, eso hace que te surjan dudas, y la duda, en cualquier aspecto de la investigación, es fundamental. Si crees que ya está todo dicho de algo no vas a avanzar nunca. Y también hay que tener en cuenta que es bueno que exista el debate entre especialistas, y que lo que nosotros digamos no es palabra de Dios. El problema de Goya es que, para bien y para mal, es un artista que 'nos toca la fibra' y se ha convertido en una bandera. En el peor sentido de la palabra, y, claro, eso dificulta las cosas. Se defiende que es taurino y antitaurino, liberal y conservador, afrancesado o español...

¿Cómo va la catalogación de los dibujos?

Se ha publicado el volumen II, que recoge los dibujos más antiguos que conocemos, como el llamado 'Cuaderno italiano', también los dibujos contenidos en las cartas a Martín Zapater, los preparatorios para sus pinturas y cartones de tapices y los que hizo para los grabados basados en pinturas de Velázquez. Luego se publicarán el III y el IV, siguiendo un orden cronológico, y finalmente se editará el I, donde recogeremos los resultados de las investigaciones y se analizarán cuestiones como la técnica o la ideología, pero también la historia de su dispersión y el coleccionismo. Es un trabajo en equipo de todo el Museo del Prado, incluidos los restauradores, y se cuenta con colaboradores externos porque una persona sola no puede enfrentarse a esta tarea. Hay además que compaginar ese trabajo con otras labores propias del museo, así que vamos despacio pero con constancia. No digo una fecha en la que se terminará el trabajo porque me voy a equivocar seguro.

Aquí sí puede haber sorpresas...

Todos los catálogos razonados provocan que afloren obras nuevas, dispersas desde el siglo XIX.

Es el comisario de una exposición en Melbourne. ¿Qué se va a ver alli?

Es una muestra pensada para enseñar al público australiano algunos aspectos fundamentales de Goya. Incluye 40 dibujos de variada cronología y se complementa con las estampas que posee The National Gallery of Victoria de Melbourne, los 'Desastres de la guerra' y 'Disparates', en primera edición. Se inaugura en julio y con ella queremos mostrar el pensamiento tan contemporáneo que tenía Goya.

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