El 'streaming' permite esquivar la crisis a la industria musical española

El aumento de suscriptores de las plataformas compensó el desplome de la venta de cedés y la caída de derechos de autor por el cierre del ocio nocturno.

Bad Bunny, este jueves, en los premios Billboard.
Bad Bunny, este jueves, en los premios Billboard.
Christopher Polk/Reuters

La música en 'streaming' -las canciones escuchadas a través de plataformas como Spotify, Apple Music, Amazon Music o YouTube-, actualmente la mayor fuente de ganancias de la industria discográfica española, ha convertido al sector en uno de los pocos que ha podido esquivar la crisis de la covid y que aumentó sus ingresos el año pasado.

La industria musical española recaudó en 2020 casi 354 millones de euros, una mejora del 4,4% sobre el ejercicio anterior. Es su mejor resultado desde hace trece años y acumula ocho años consecutivos de crecimiento, según el balance de Promusicae, la organización que aglutina al 95% de las firmas del mercado fonográfico español.

Pese a ser uno de los pocos sectores que se salvó de la quema, las ganancias están muy por debajo de sus previsiones prepandemia. Esperaban un avance similar al de 2019, que fue del 22,5%. Los responsables de Promusicae, de hecho, calculan que la caída general de las ganancias en los tres meses de confinamiento y el desplome de las ventas de cedés y de los derechos de autor durante el resto año (por los cierres de comercios, hostelería y ocio nocturno) les han hecho perder unos 50 millones, pues preveían facturar 400.

La clave del sector para surfear la crisis actual es que, tras una acelerada reconversión tecnológica, es una industria eminentemente digital. La venta física -discos, cedés y vídeos- representó el año pasado solo el 18% del consumo español de música. Ocho de cada diez compras son digitales y casi la totalidad de ellas, el 96,8%, son ingresos por 'streaming'. Las ganancias por descargas digitales permanentes de canciones, lo que hasta hace poco se creía que iba a ser el relevo tecnológico de los soportes físicos, son, sin embargo, algo marginal. El año pasado solo aportaron 5,2 millones de euros, con un descenso del 15%.

El negocio está en el 'streaming' y, sobre todo, en el audio de pago. En España hay ya 3,7 millones de suscriptores que pagan a las plataformas musicales. Significa un crecimiento del 23% en 2020 y permite que las discográficas ingresen por este concepto 157,4 millones o, lo que es lo mismo, el 63% de todo lo que recaudan por 'streaming'. El consumo musical digital sin descarga se completa con la escucha y disfrute de audio y vídeo gratuitos en plataformas, que, no obstante, proporcionan a la industria más de 90 millones vía tarta publicitaria. La escucha digital gratuita de canciones aumentó un 81% en España el año pasado.

La puntilla a la venta física

El cierre de comercios y la limitación de horarios dio en 2020 la puntilla a una venta física que ya no representa ni uno de cada cinco euros ganados por las discográficas. El cedé, de capa caída desde hace años, se desplomó nada menos que un 33% el año pasado. Se vendieron unas 2,3 millones de copias menos que en 2019. Sin embargo, el que parece imbatible desde que resurgió con fuerza en el último lustro es el vinilo. El año pasado, pese a los cierres, se vendieron 1,2 millones de discos de los de toda la vida, un 1,3% más que el año anterior y casi el doble que en 2017. Estos casi 19 millones de facturación representan el 35% de todas las ventas físicas.

La otra gran pérdida del año fue el cobro de los derechos de propiedad intelectual, que retrocedió un 27,6% en doce meses. Estos ingresos, que son los pagos que radios, bares, restaurantes, hoteles, pub y discotecas hacen a los autores y a las discográficas, encogieron por el descenso de la publicidad, las limitaciones a la hostelería y por la práctica desaparición de ocio nocturno.

"Siento una satisfacción especial al presentar estos datos positivos. Es un momento delicado para nuestros artistas, que siguen sin saber cuándo podrán recuperar el necesario contacto con su público después de tantos meses de parón de la actividad del directo. El esfuerzo de las compañías para mantener una parte de los ingresos de los creadores durante la pandemia ha sido fundamental y la sociedad española ha respondido con su consumo diario. Para los artistas y para los que nos dedicamos a dar curso a su torrente creativo es la mejor recompensa", aseguró hoy Antonio Guisasola, presidente de Promusicae.

A la fortaleza de la industria musical española en pleno vendaval económico y social contribuyó una política agresiva de lanzamientos, con incesantes temas nuevos cada semana, "lo que animó el consumo".

El 'top 10' de los discos más escuchados del año en España lo encabeza el rapero portorriqueño Bad Bunny, seguido por David Bisbal, Pablo Alborán, Anuel AA y J Balvin, subrayando el fuerte tirón de los ritmos latinos y de los artistas locales (11 de los 20 primeros lugares).

Algo parecido ocurre si se pone la lupa solo en los 'singles'. El 'top 10' de canciones de 2020 lo encabeza 'Tusa', de Karol G y Nicki Minaj, seguida por 'Se Iluminaba', de Fred de Palma y Ana Mena; 'Blinding Lights', de The Weeknd; 'Hawái', de Maluma; y 'Dance Monkey', de Tones and I.

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