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Aragón ultima un plan para la reactivación de los festejos taurinos en la Comunidad

Los empresarios del sector condicionan el regreso de las corridas a la aprobación de aforos del 50%.

El 13 de octubre de 2019 se celebró la última corrida de toros en La Misericordia, con Enrique Ponce en el cartel.
El 13 de octubre de 2019 se celebró la última corrida de toros en La Misericordia, con Enrique Ponce en el cartel.
Raquel Labodía/Heraldo

Aragón ultima el regreso paulatino de los festejos taurinos. La mesa de trabajo del sector, constituida el año pasado para abordar la crisis, ha entregado un borrador de protocolo covid a la Dirección General de Interior, que trabaja en la adaptación de unas medidas que, antes de ver la luz, tendrían que contar con la aprobación de la Dirección General de Salud Pública.

Este documento contempla la programación de todo tipo de actos taurinos (corridas de toros, suelta de vaquillas…) y marca los niveles de aforo permitidos en función del nivel de alerta sanitaria en que se encuentre la Comunidad aragonesa.

Para las plazas de toros o ruedos portátiles, el documento establece aforos del 50% que se puedan ir incrementando si la situación sanitaria mejora. En lo referido a las calles, la mesa del sector, formada por empresarios, ganaderos o veterinarios, incide en que se permitan sueltas de reses en localidades de menos de 10.000 habitantes, puesto que el recorrido (hasta 1.000 metros según el reglamento de Aragón) es lo suficientemente amplio como para garantizar que, a través de un anillo de seguridad o control de acceso, haya "distanciamiento social".

Una vez revisado este borrador, la directora general de Interior y Protección Civil, Carmen Sánchez, se reunirá próximamente con representantes de la mesa del sector taurino, con objeto de ahondar en la viabilidad del protocolo y que, en función de cómo evolucione la pandemia, pueda ver la luz.

Sánchez, que considera que el borrador que le ha sido entregado está "muy trabajado" desde el punto de vista técnico, se muestra "comprensiva" con un sector muy castigado por la pandemia, pero prefiere ser cauta a la hora de establecer unos plazos concretos para la recuperación de la actividad taurina.

En ese sentido, cabe recordar que la programación de festejos en plaza está autorizada en Aragón actualmente, pero los empresarios coinciden en que, con las restricciones vigentes (50% pero con un máximo de 1.000 personas), es "inviable" organizar corridas de toros rentables.

Al margen de Jesús Arruga, que la pasada temporada programó concursos de recortadores en Cariñena y Alagón, el sector permanece paralizado desde 2019. Y la situación, en lo que a festejos mayores se refiere, solo cambiará si se relajan las limitaciones de aforo en las plazas.

Los empresarios, a la espera

Ricla, que se había convertido en la Olivenza de la Comunidad, no inaugurará la temporada aragonesa este año, y la programación de San Jorge, en Zaragoza, depende de una reunión que próximamente mantendrá la empresa (Tauroejea y Circuitos Taurinos) con la DPZ.

De entrada, parece complicado que pueda haber corridas en abril, pero ninguna de las partes lo descarta. La empresa defiende que, si los aforos son reducidos, habría que encontrar una fórmula de compensación económica (bajada del canon, fundamentalmente). Desde la DPZ, señalan que se mantienen a la espera de la propuesta de la empresa y de la evolución de la situación sanitaria.

Y bajo esos mismos patrones, los de la cautela, se mueven las otras plazas de primera. Valencia se marcó el objetivo de organizar la Feria de Fallas al 50% en marzo, pero finalmente los empresarios, con Simón Casas a la cabeza, la han pospuesto a julio.

En Las Ventas, el propio Casas presentó esta semana un informe a la Comunidad de Madrid con varios escenarios para recuperar la actividad en la primera plaza del mundo. "De momento no hay aforo previsto, pero ambas partes estamos de acuerdo en que se den toros", aseguró el productor, que se mueve en la misma sintonía que Ramón Valencia en Sevilla.

La Maestranza ya ha presentado su cartel de la temporada 2021, pero la empresa Pagés ha adelantado que la celebración de las corridas está supeditada a la autorización de esos aforos del 50%, circunstancia que la Junta de Andalucía no confirmará hasta después de Semana Santa.

Dos vertientes empresariales

Puede decirse que el sector taurino actual está compuesto por dos vertientes empresariales. A un lado se sitúan los más conservadores, aquellos a los que les está costando más echar la pata ‘palante’ y programar festejos bajo las condiciones actuales; y por otro los osados que, ya durante la pasada temporada, apostaron por intentar trabajar a pesar de las limitaciones.

Esta división se puso de manifiesto en la última asamblea de Anoet (Asociación Española de Organizadores de Espectáculos Taurinos), en la que José María Garzón y el aragonés Alberto García anunciaron que abandonaban el organismo por discrepancias con su forma de actuar.

Garzón defiende que se pueden dar toros con menos del 50% del aforo, como va a hacer en Morón de la Frontera. García, igualmente, también sostiene que hay plazas en las que se pueden dar festejos con menos del 50%, pero matiza que esa no es la razón que le ha llevado a salir de la patronal.

"Entiendo que estamos en un momento de máxima urgencia y hay que actuar con celeridad. En Anoet va todo muy lento y por eso he decidido salir", explicó ayer a este medio. 

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