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Pardinilla: "No tengo ninguna voluntad de ser minoritario: solo quiero hacer buena música"

El compositor y guitarrista publica la banda sonora del documental 'La escultura luminosa' que dirigió Emilio Casanova sobre el artista Pablo Gargallo

JOAQUIN PARDINILLA ( MUSICO ) / 08/02/2021 / FOTO : OLIVER DUCH[[[FOTOGRAFOS]]][[[HA ARCHIVO]]]
Joaquín Pardinilla acaba de hacer unos de los discos más singulares de su carrera.
Oliver Duch.

El compositor y guitarrista Joaquín Pardinilla (Aínsa, Huesca, 1961), acaba de publicar 'El bronce espera' (Delicias Discográficas), una composición en doce piezas que concibió para el documental de Emilio Casanova: 'La escultura luminosa'. 

¿Qué le dice a un músico la obra del escultor Pablo Gargallo?

La obra de Pablo Gargallo nunca deja de decir cosas. Frecuento el magnífico museo zaragozano y siempre surgen nuevos pensamientos o revelaciones. Valoro su formación, el hecho de que conociera bien el legado escultórico anterior, que conociera también la escultura decorativa, que tuviera, en definitiva, el oficio. Y sobre todo, que fuera capaz de abrir la puerta del vacío, de hacer la más formidable reflexión sobre la materia en el siglo XX. Ese crear sobre un conocimiento sólido.

¿Qué sonidos le sugieren su uso de los metales y sus dibujos?

El metal, la materia, es una de las claves de los sonidos utilizados. Experimenté durante largo tiempo hasta que encontré lo que de alguna manera buscaba. Así que rehusé usar teclados, muestras, o sonidos procedentes de bancos y creé los míos: a partir de guitarras eléctricas y pedales, usé afeitadoras o taladros para excitar las pastillas de la guitarra, también cuchillos, lijas, papeles, todo tipo de percusiones sobre la guitarra… y así conseguí sonidos orgánicos, con dinámica propia, analógicos, sobre los que después construí las atmósferas y los ritmos en edición digital.

"Gargallo hacía escultura pura, la más pura imaginable. Su obsesión era la forma, la expresión, sí, pero del artista en cuanto a problemas estrictamente artísticos"

¿Ha querido hacer una sinfonía minimalista, música contemporánea con ecos dodecafónicos pero también experimentales?

Ante todo quería trabajar sobre el concepto de vacío, así que renuncié casi totalmente a la melodía, a la armonía e incluso al ritmo. La abstracción musical favorece la observación de arte, bien sea pintura o escultura, así el oído no entra en conflicto con la vista; de alguna manera se convierte en los sonidos del bosque cuando paseas por él y contemplas los árboles.

¿Debemos pensar que no hay música?

Ja ja ja. Al contrario: la creación de texturas, dinámicas, ambientes adecuados, es una tarea fascinante y difícil. Por otra parte, pretendía también que la música fuera, dentro de su abstracción, en sí misma interesante.

¿Por qué música electrónica?

En realidad, buena parte de los temas tienen mucho que ver con la música concreta y la primera electrónica, la que se generó antes de la popularización de los sintetizadores, además de Brian Eno y la actual corriente ‘ambient’.

Hablemos del ritmo. ¿Por qué esta estructura pugnaz y sugerente que invita al extravío?

Hay en algún tema referencias a Steve Reich, músico al que admiro y que suelo escuchar. Es un camino al trance, al vacío espiritual, a la contemplación.

"Así que rehusé usar teclados, muestras, o sonidos procedentes de bancos y creé los míos: a partir de guitarras eléctricas y pedales, usé afeitadoras o taladros para excitar las pastillas de la guitarra, también cuchillos, lijas, papeles, todo tipo de percusiones sobre la guitarra"

¿Cómo explica una pieza como ‘Sueño de la mujer desnuda’? 

No es Gargallo el que sueña la escultura, sino la escultura quien sueña por sí misma, poseedora de algo parecido a la vida y ajena a su creador. Esto me permite trabajar con lo onírico, experimentar con la abstracción, con timbres y recursos no diré libres, sino no habituales. Los sueños de las distintas esculturas son la llave de esa gozosa búsqueda.

Pardinilla pone música a Pablo Gargallo.
Pardinilla trabaja en varias formaciones como compositor e instrumentista.
Guillermo Mestre.

¿Cómo emplea aquí la guitarra un instrumentista como usted? Casi no se reconoce...

En este disco de manera poco ortodoxa, aunque de todo hay en los distintos temas. Sobre todo me ha preocupado obtener timbres adecuados, que se ciñeran a lo que me sonaba dentro. No he hecho nada de lo que suelo hacer como guitarrista y, sin embargo, todo está hecho con guitarras y con sonidos analógicos. Quizá sea esto lo que me ha animado a editarlo, creo que el disco tiene algo que decir en su resultado sonoro.

Ha usado materiales muy distintos. ¿Qué sonidos aportan?

Quería obtener una música que existiera ya en el interior del hierro, del bronce. Es lo que oiría si auscultara una obra, por ejemplo, cuando sueña, o cuando recuerda. Así que he hecho una aproximación arbitraria, idealizada, a ese imaginario mundo interior de la materia. Por otra parte, quería que los temas y los sonidos transmitieran luz, serenidad (aunque de todo hay), algo que es también una constante en la obra de Gargallo.

Emilio Casanova habla de 'Escultura musical'. ¿Le dice algo el término?

Con Emilio Casanova existe una gran complicidad creada a lo largo de tantos trabajos y conversaciones. De alguna manera, ese concepto también es algo físico, ya que el sonido, sus frecuencias, organizan el aire, lo mueven creando corrientes que ordenan el espacio, que crean de alguna manera una escultura efímera que nos envuelve. Y como toda escultura, necesita de coherencia y rigor formal.

Víctor Rebullida habla de que esto no se podía oír en un concierto en vivo. ¿Le sorprende esa afirmación?

Tal como está grabado, el disco no se puede llevar al directo, dada la complejidad de sonidos y estructuras, pero sí el concepto si se prepara de manera adecuada. Espero poder hacerlo en la presentación (todavía sin fecha concreta) o, mejor aún, un poco más adelante, cuando la situación se normalice.

¿Qué le debe esta composición, o las doce piezas, a esa mezcolanza de músicas y géneros que suele haber en su obra?

Creo que hagamos lo que hagamos siempre estamos ahí, nuestra personalidad siempre está presente, y también todo nuestro bagaje, nuestra maleta cultural y emocional. Este disco está en deuda con un buen número de músicas que siempre me han atraído e interesado. Los minimalistas, el rock progresivo, las vanguardias del siglo XX, la electrónica, el ambient. La cuestión es la coherencia y la vida o interés que tenga lo creado. Como siempre, la renuncia es lo más necesario y lo más difícil.

Pardinilla pone música a Pablo Gargallo.
La pieza 'Urano', una de las más sugerentes y complejas del artista.
Archivo MPG.

¿Ha cambiado hacia una orientación minoritaria de la música o es solo una apuesta de emoción, riesgo y crecimiento?

Es un disco ajeno a mi trayectoria discográfica, pero necesario, también soy yo al 100%. Lo edito porque estoy convencido de su interés y porque me gusta. Ya estoy preparando el nuevo disco del Sexteto que, más que nunca, va a estar orientado a la melodía. Además, no tengo ninguna voluntad de ser minoritario, todo lo contrario: solo quiero hacer buena música.

¿Le debe algo este trabajo a la pandemia?

Sí. A pesar de que toda la música está grabada entre 2015 y 2016, ha sido ahora cuando he decidido editarlo. Como siempre, y afortunadamente, Jorge Gay y Fernando Lasheras han acudido en mi ayuda. El disco también incorpora dos pequeños clips de Emilio Casanova sobre la obra de Gargallo.

"Este disco está en deuda con un buen número de músicas que siempre me han atraído e interesado. Los minimalistas, el rock progresivo, las vanguardias del siglo XX, la electrónica, 'el ambient"

¿Cuál sería su reflexión final sobre la obra de Pablo Gargallo?

Creo que mi visión es un tanto arbitraria en cuanto que es sobre todo expresionista, cuando es posible que, quizá exceptuando ‘El profeta', Gargallo no lo sea para nada. Es posible también que esa sea una de las causas de que no sea reconocido en todo su valor.  Parece que en el siglo XX se exige ese desgarro o ese trasfondo existencial en la expresión. Y Gargallo hacía escultura pura, la más pura imaginable. Su obsesión era la forma, la expresión, sí, pero del artista en cuanto a problemas estrictamente artísticos. Pero claro, no quería yo hacer música 'modernista', pues esto que le digo lo veo más o menos claro ahora, pero no entonces. Y aun así, de alguna manera es su obra la que me ha llevado a esta música. En fin. Un artista infinito.

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