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El Festival Sonna regresará este verano a Huesca con una gran renovación de sus ubicaciones

Se harán unos 30 conciertos en las 10 comarcas altoaragonesas con un cartel cargado de talento local. 

La violonchelista brasileña Dom La Nena actuará el 7 de agosto.
La violonchelista brasileña Dom La Nena actuará el 7 de agosto.
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Ante la incierta viabilidad de los grandes festivales de música a causa de las restricciones acarreadas por la pandemia de coronavirus, la Diputacion Provincial de Huesca (DPH) redobla su apuesta por el Festival de Sonidos de la Naturaleza ‘Sonna’, que se celebrará por segundo año consecutivo en el Alto Aragón desde finales de julio hasta mediados de septiembre. La fórmula se repite: recitales de aforo reducido, gratuitos y ubicados en parajes oscenses emblemáticos al aire libre.

«El Sonna es una propuesta que surgió en un contexto de pandemia sanitaria y su desarrollo puso de manifiesto que se puede mantener cierto nivel de actividad cultural si se compatibiliza con medidas preventivas que eviten la propagación del virus. Por eso lo reforzamos», explica Francisco Mateo, presidente de la comisión de Cultura de la DPH.

Ayer se dio a conocer el primer nombre de un cartel que se revelará en su integridad en mayo. La violonchelista brasileña Dom La Nena actuará el próximo 7 de agosto en la carrasca milenaria de Lecina en Bárcabo. Con sus imponentes dieciséis metros de altura y siete de diámetro, este prodigio de la naturaleza que ha dado bellotas durante más de 1.000 años, opta en este 2021 a Árbol Europeo del Año y qué mejor que el talento de la intérprete como banda sonora.

Apoyo al talento aragonés

Aunque todavía se están negociando algunas contrataciones, el protagonismo de la mayor parte de la programación recaerá en bandas y cantantes aragoneses. Una forma de mostrarles su apoyo en unos momentos tan complicados, sin apenas actuaciones ni giras. En la pasada edición del Sonna, el 85% de los músicos, técnicos y empresas vinculadas con este festival eran de la Comunidad. Una tónica que se repetirá.

Estilísticamente volverá a abrirse el abanico a todo tipo de sonidos: pop, músicas del mundo, clásica, de autor, tradicional, sonidos de vanguardia... y artes escénicas.

Se realizarán unos 30 conciertos repartidos en las diez comarcas altoaragonesas. Como novedad, se hará una renovación drástica en las localizaciones elegidas –como máximo repetirían tres o cuatro– con el objetivo de seguir dando a conocer el territorio y reivindicar su diversidad. En la filosofía fundacional de esta cita se halla la voluntad de abrir el foco oscense más allá de los Pirineos y así redescubrir otros parajes.

Las entradas para cada uno de los recitales volverán a ser gratuitas previa reserva a partir de la fecha que se establezca. Para asegurar la asistencia con esas invitaciones y que no queden inutilizadas, se está explorando la posibilidad de instaurar una tasa de reserva simbólica que se devolvería una vez se celebre y se acuda al acto. 

Pirineos Sur

El Festival Sonna nació el año pasado como reacción de urgencia ante la imposibilidad de realizar el Pirineos Sur debido a las restricciones de aforo impuestas por la pandemia. La DPH concibió esta iniciativa que no necesita de la asistencia de un público tan numeroso y que, además, permite repartir los conciertos por toda la geografía altoaragonesa.

Pese a que todavía nos hallamos a mediados de febrero, todo parece indicar que, salvo una drástica mejora en la situación sanitaria, el escenario volverá a repetirse este verano. La celebración de los grandes festivales es muy dudosa y no debería descartarse un segundo año en barbecho.

«El tipo de medidas sanitarias fueron incompatibles con un formato como el del Festival Internacional de las Culturas Pirineos Sur, una programación que tradicionalmente ha contado con un aforo de entre 3.000 y 5.000 asistentes en un espacio donde la vigilancia del cumplimiento de los protocolos sanitarios que determine la organización es difícil de controlar», explican desde la DPH. La viabilidad económica de un proyecto así es harto complicada –más bien imposible– con unos parámetros como los actuales. «Los conciertos en el escenario flotante de Lanuza están organizados por una empresa concesionaria que asume los costes derivados de la organización, lo cual dificulta la viabilidad de una drástica reducción de aforo. La institución provincial continúa estudiando todas las opciones posibles en función de la evolución de las circunstancias sanitarias», informan.

El Pirineos Sur, uno de los clásicos del calendario nacional, tuvo que posponer el año pasado su vigésimo novena edición y la trasladó hasta julio de 2021 confiando en que la situación fuera bien diferente. Algo que, hasta el momento, no ha sucedido. Los otros grandes acontecimientos musicales de la Comunidad –Monegros Desert y Vive Latino– y nacionales –Primavera Sound, Mad Cool, Festival Internacional de Benicássim o Arenal Sound– se hallan en una inseguridad similar, en espera de lo que dictaminen los acontecimientos.

30º Camino de Santiago

Otra de las apuestas de la DPH, el Festival Internacional en el Camino de Santiago, que está consagrado a la música antigua, tiene asegurada su pervivencia ya que, como acaeció en 2020, se ha readaptado a las exigencias del momento.

«La prioridad de la DPH desde el primer momento ha sido la seguridad y la salud. Por ese motivo, pudo llevar a cabo una edición adaptada del Festival Internacional en el Camino de Santiago, con medidas muy similares a las adoptadas en el Festival Sonna y que con toda probabilidad volverán a aplicarse el próximo verano en el festival especializado en la música antigua que cumplirá este año su trigésima edición», concluyen en la DPH.

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