Desde 1986, el Colegio de Arquitectos de Aragón entrega anualmente el premio profesional de arquitectura Fernando García Mercadal. Habiendo alcanzado este año 2020 su trigésimo quinta edición, constituye un acontecimiento perfectamente arraigado en la vida cultural aragonesa.

El nombre del premio reconoce la figura de uno de los más relevantes arquitectos aragoneses del siglo pasado, Fernando García Mercadal (Zaragoza, 1896 - Madrid, 1985). Perteneció a la ‘Generación del 25’ que es como fue designado un grupo de jóvenes arquitectos vanguardistas, titulados entre 1918 y 1925 en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Su obra maestra fue el Rincón de Goya de Zaragoza, terminada en 1928 y considerada, tal y como plasmó el ilustre historiador suizo de la arquitectura Sigfried Giedion, «el primer edificio de España capaz de romper con la tradición del siglo XIX». Fue además uno de los artífices de la introducción en España del racionalismo arquitectónico centroeuropeo, el cual impulsó desde el Gatepac (Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea), constituido en el Gran Hotel de Zaragoza en octubre de 1930.

Objetivos y expectativas

Con este reconocimiento se premia a los mejores edificios finalizados el año anterior al de cada convocatoria. Durante sus diez primeras ediciones tuvo un carácter limitado a la provincia de Zaragoza, contando con el patrocinio de la Delegación de Zaragoza del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón. A partir de 1996 el premio se amplió a edificaciones ejecutadas en todo Aragón, bajo el actual abanico colegial.

Según definen las propias bases de la convocatoria, el premio «tiene por objeto servir de muestra de la arquitectura ejecutada en Aragón y reconocer públicamente aquella que haya conseguido dar mejor respuesta con equilibrio y sensibilidad a los problemas técnicos, expresivos, económicos, sociales y medioambientales, teniendo en cuenta tanto la utilización de los recursos disponibles, como el proceso constructivo, los criterios de uso y mantenimiento y la inserción en el lugar».

El fallo anual es esperado como un hito de la agenda cultural aragonesa. Mide, de forma indirecta, el estado de la actividad económica del año previo en el sector de la construcción edificatoria, y de forma directa, los encargos y su tipología recibidos por las distintas empresas y arquitectos ejercientes en nuestra región. Con una arquitectura que cada vez ha de hacer frente a mayores exigencias sociales, en sus últimas ediciones ha incorporado menciones para trabajos de sostenibilidad y medio ambiente, así como para aquellos proyectos que contemplan el fomento de la movilidad y la accesibilidad.

De entre estas menciones y categorías destacan sus cuatro secciones principales: Edificación-uso residencial; Edificación y equipamiento-uso no residencial; Rehabilitación-restauración y Arquitectura interior. El ganador anual del premio es elegido entre los cuatro trabajos seleccionados en cada sección principal. Aunque el galardón carece de remuneración económica, la recompensa del reconocimiento obtenido es suficiente para asegurar una elevada participación que se consolida tras cada nueva convocatoria.

Balance: edificios y tipologías

En los 35 años de existencia el premio se ha declarado desierto en dos ocasiones y en una se ha dado ‘ex aequo’ a dos obras. Se ha otorgado a 27 obras en la provincia de Zaragoza, seis en la de Huesca y una en la de Teruel. Ha premiado 17 edificios situados en Zaragoza capital, tres en Villanueva de Gállego y uno en Binéfar, El Carriú-Bisaurri, Calatayud, Ejea de los Caballeros, El Burgo de Ebro, Figueruelas, Graus, Huesca, Jarque de la Val, Panticosa, Sabayés, Tarazona, Utebo y Zuera. Y esto recordando que las diez primeras convocatorias se referían únicamente a Zaragoza y provincia.

Archivo COA ARAGÓN

Las tipologías edificatorias y usos principales de las obras galardonadas han sido muy diversos, contabilizando seis edificios de viviendas; seis facultades, centros de investigación, edificios educativos o formativos; cinco viviendas unifamiliares; cinco centros culturales, de exposiciones o de interpretación; dos ayuntamientos, dos palacios, dos polideportivos y por último una biblioteca, un centro de salud, un edificio industrial, un edificio de juzgados, una residencia de ancianos y un tanatorio. 23 han sido obras de nueva planta y el resto actuaciones de ampliación, reforma, restauración, rehabilitación, acondicionamiento y/o transformación.

La lista de todos estos edificios premiados y fotografías de los mismos se puede consultar en la dirección: http://www.coaaragon.es/premios-garcia-mercadal.

Del análisis pormenorizado de la lista de ganadores, de accésits y menciones otorgadas, que recogen perfectamente el pulso a la disciplina realizada en Aragón por arquitectos en ejercicio en Aragón y en España y algunos participantes desde ubicaciones internacionales, se puede deducir el elevado nivel de la arquitectura aragonesa, así como de los profesionales que la desarrollan. Como en cualquier galardón relevante, también podrían citarse ausencias notables, como el Auditorio de Zaragoza de 1992, que se presentó al premio pero fuera de concurso, o algún otro edificio del periodo Expo Zaragoza 2008.

El reciente impulso aportado por la existencia de dos universidades con estudios de arquitectura en nuestra región ha de contribuir a que la calidad de las obras galardonadas se incremente más si cabe en el futuro. Sus nuevos egresados están destinados a aumentar la competitividad profesional de la disciplina, elevando sus estándares sociales, medioambientales, técnicos y estéticos para enriquecimiento de la sociedad aragonesa y contribuyendo a que la arquitectura española siga siendo reconocida por autores como Kenneth Frampton, como una de las más influyentes mundialmente.

IMPRESIONES, PROYECTOS Y RECUERDOS

Cinco arquitectos, vinculados de diferentes modos con el Premio García Mercadal, analizan diversos aspectos; cuatro son ganadores del galardón y recuerdan su proyecto y sus sensaciones.

I. Pedro Navarro Trallero

Decano. Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón.

«El Premio se creó con la intención de dar a conocer a los ciudadanos los trabajos realizados por los arquitectos colegiados en Aragón y destacar entre ellos a aquellos que un jurado profesional, al que se invita a un arquitecto de prestigio internacional, considera merecedores de ser señalados y premiados. Este premio ha calado profundamente entre los arquitectos aragoneses que lo consideran de una gran relevancia en sus carreras lo que tiene un gran valor, máxime si se considera que no lleva aparejada una retribución económica».

II. Teófilo Martín.

Arquitecto. Ganador 1ª edición del Premio.

«A lo largo de los 35 años de existencia del Premio García Mercadal, hemos sido seleccionados por Edificios de Vivienda Social en diferentes contextos urbanos, Las Fuentes, Centro Histórico, así como por Edificios de Equipamientos, Harinera de San José y El Túnel de Oliver, todos ellos en la ciudad de Zaragoza.

Estas distinciones han contribuido a reforzar una idea central de nuestro estudio. Contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas, a través de la vivienda donde habitan y de los equipamientos que conforman su ciudad.

Vivimos tiempos de profundos cambios, La Arquitectura y la Ciudad tienen que dar respuesta a las transformaciones que se están produciendo», explica el arquitecto.

II. Basilio Tobías.

Arquitecto. Ganador 8ª y 10ª ediciones del Premio.

«Siendo la Arquitectura el resultado de un trabajo colectivo, la institución en 1985 del premio de arquitectura Fernando García Mercadal por el Colegio de Arquitectos de Aragón, ha permitido celebrar y constatar, a lo largo de estos 35 años, cuánto deben los buenos edificios al esfuerzo conjunto de quienes los promueven, construyen y proyectan. En mi caso, en las ocasiones en que he tenido el honor de recibirlo, una parte importante de la satisfacción ha sido pensar que la confianza depositada por el promotor, la Universidad de Zaragoza en primer lugar, había sido reconocida».

IV. Elena Vallino.

Arquitecta. Ganadora 13ª edición del Premio.

«Nacida mujer de la generación del 63 y arquitecta por vocación, recibir el premio de arquitectura García Mercadal por un edificio de 32 viviendas colectivas en torre, fue un momento de vida emocionante pero sobre todo una inmensa satisfacción por el hecho de que fuera un proyecto construido de viviendas. ‘Habitar’ es una parte fundamental de la vida de las personas y en estos tiempos covid se ha convertido en ‘esencial’. Por ello la ‘arquitectura habitada’ ha sido, es y será un valioso premio para todas las personas».

V. Marie Claude Tourillon.

Arquitecta. Ganadora 35ª edición del Premio.

«Supone para mí una enorme satisfacción este premio, a la vista de que lo conceden los arquitectos, y teniendo en cuenta las obras que han sido galardonadas a lo largo de todas sus ediciones.

Esta vez, el premio ha reconocido una arquitectura de escala reducida, en la periferia, en concreto el Pirineo, donde el contexto tradicional y normativas dificultan la intervención en clave contemporánea.

Me gustaría que su concesión pueda ayudar a que se acepte que el respeto al entorno, desde el cuidado de las escalas, la sensibilidad en las formas y los pequeños gestos, es compatible con los materiales, soluciones y lenguajes propios de la arquitectura de hoy».