Los conciertos telemáticos, en 'streaming', se han revelado como la única opción para actuar ante sus seguidores para muchas bandas e intérpretes. La imposibilidad de realizar giras por la pandemia y sus restricciones han impulsado esta tendencia a la que se sumó también el 24 de enero el zaragozano Enrique Bunbury. 

No era un formato nuevo, pero el nuevo escenario creado por la covid ha impulsado los conciertos en 'streaming' a otro nivel, de conexiones caseras y gratuitas para levantar el ánimo de la ciudadanía a producciones colosales que demostraron que también podían hinchar el bolsillo de sus autores.

Ahí están las cifras: se estima que la banda coreana BTS pudo recaudar más de 28 millones de euros en octubre de 2020 tras reunir a cerca de 1 millón de espectadores en sus dos conciertos 'online' de pago, mientras que el 'Studio 2054' que Dua Lipa ofreció en noviembre rompió esas cifras al superar los 5 millones de visionados.

La lista de artistas que se han sumado a este formato se amplía día a día: Nick Cave, Kylie Minogue, Justin Bieber, Alejandro Sanz, Enrique Bunbury, David Guetta... Sin las limitaciones de aforo de un espacio físico, las audiencias se multiplican potencialmente a todo el mundo, especialmente en un momento de parálisis de la música en directo en el que este tipo de productos se convierten en un sucedáneo gustoso.

A lo largo de los años, los conciertos en 'streaming' han abundado cada vez más en su componente visual o conceptual. Coldplay, por ejemplo, escogió en 2011 la vistosidad de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid para presentar telemáticamente su disco 'Mylo Xyloto' con realización del mismísimo Anton Corbijn y hace solo unas semanas Pablo Alborán promocionó la salida de del disco 'Vértigo' desde el helipuerto de la Torre Picasso de Madrid con increíbles planos tomados por drones.

El futuro de este tipo de conciertos quedará en el aire cuando se recupere la normalidad y se puedan retomar las giras por todo el planeta, el auténtico y más importante sustento de los artistas ante la disminución de las ventas de los formatos físicos que antaño eran decisivas.