La jotera María Teresa Pardos vuelve a los escenarios tras dos décadas de ausencia

El 14 de febrero estrenará en el Teatro de las Esquinas el espectáculo musical ‘Para cantarla he nacido’, que llega acompañado de un disco

La cantadora María Teresa Pardos, durante uno de los ensayos de la obra en el Centro Cívico Santa Isabel.
La cantadora María Teresa Pardos, durante uno de los ensayos de la obra en el Centro Cívico Santa Isabel.
Toni Galán

Una enfermedad truncó su carrera pero María Teresa Pardos (Zaragoza, 1965) vuelve. La cantadora de jota que ganó tres premios extraordinarios en siete años, la elegida para inaugurar el pabellón de Aragón de la Expo de Sevilla, está ensayando desde hace unas semanas lo que será su retorno a los escenarios. Se titula ‘Para cantarla he nacido’, y más que un espectáculo folclórico se trata de una pieza escénica cuyo hilo argumental es la propia vida de su protagonista. La obra, que llega acompañada de un disco (será el segundo de la cantadora), quiere ser una biografía sonora, no un ajuste de cuentas. Se estrenará el 14 de febrero, en doble sesión, en el Teatro de las Esquinas.

"Me fui obligada por las circunstancias de la vida, por mi enfermedad –subraya la cantadora–. Pero, en realidad... no me he ido: he seguido en contacto con este mundo, he participado en algún homenaje. El espectáculo, aunque sea una frase hecha, no va a dejar indiferente a nadie. Hay mucha jota pero no es un recital folclórico. Más bien es un musical, una obra de teatro en la que voy a contar ‘mi’ verdad, no ‘la’ verdad".

Nacida en el seno de una familia en la que su madre y su abuelo cantaban, siendo aún niña resultó que en su rellano vivía una figura del folclore, Angelines Hernández, y casi sin darse cuenta se descubrió llamando al timbre todas las tardes. A los 11 años la presentó al concurso de El Cachirulo y lo ganó; a los 16, con numerosos premios ya a sus espaldas, entró en la órbita de José Esteso. Su carrera fue meteórica. Ganó el Extraordinario, el premio más grande que puede conquistar un jotero, en los años 86, 89 y 92.

"Nunca olvidaré mi primer Extraordinario –recuerda–. Era el centenario del certamen oficial y todo se había diseñado para darle un brillo especial. Había concurso de dúos, una docena de jurados, se cantaban las rondaderas con las rondallas que salían de entre bambalinas... Era todo muy emocionante y yo iba totalmente tranquila, a disfrutar. El año anterior había ganado el Ordinario y allí estaban todas las grandes. Ni por asomo pensaba en ganar. Alfredo Longares me animaba y yo le decía: 'Pero cómo voy a ganar, Alfredo, ¡si estoy más verde que una panolla!'. Pero ganó. Ese año era obligado el estilo de ‘la batería’ y en el sorteo salió el de ‘los ramales‘.

"Aquello me cambió la vida –asegura María Teresa Pardos–. Ya había conseguido lo máximo que puede lograr un cantador, y ya no me volví a presentar a los concursos para ganarlos sino para competir conmigo misma y, sobre todo, para demostrar al público y a los aficionados que había aprendido mucho en los 12 meses anteriores. Me presentaba por el disfrute de cantar en el Principal, la única forma de lograrlo era presentarme al certamen. Mis fiestas del Pilar eran eso. Una vez un jurado me dijo: ‘¿Dónde va usted señorita? ¿No ha tenido ya suficientes premios?'. Lo que pasó a partir de ahí lo cuento en el espectáculo. Ha habido algunos que no han entendido nunca que yo me presentaba al certamen solo por el placer de cantar, no para competir contra nadie".

María Teresa Pardos y Begoña García protagonizaron algunos recordados duelos en los principales concursos de los años 80 y primeros 90. No hay malquerencia entre ellas. "Soy amiga de Begoña, aunque no de su maestra, y admiro mucho a su abuelo y a su madre. Los concursos que ganas te dan más satisfacción cuanto mejores son los rivales a los que te enfrentas. Por eso estoy tan orgullosa de los que he conseguido, porque el nivel ha sido altísimo. Todo lo que he ganado lo tengo muy bien ganado y contra grandes cantadoras".

¿Qué se va a poder ver sobre el escenario del Teatro de las Esquinas? Pues María Teresa Pardos químicamente pura. "Hay cosas que he cantado siempre y cosas que ahora he sacado a la luz. Es una obra con su guion y su dramaturgia, que se imponen sobre lo demás, pero no canto ni una sola jota que no sienta dentro de mí".

Esa era una de las características de María Teresa Pardos cuando estaba en activo, y sigue siéndolo ahora en su regreso a los escenarios. Ha podido observar en primera fila el ‘renacimiento’ del folclore aragonés en los últimos años y le guarda un reproche. "Falta algo de personalidad en la interpretación", subraya. "No aparecen muchos cantadores con un sello personal. Cantar una jota no es emitir sonidos de determinada manera, cada uno tiene que aprovechar sus facultades. Si tienes una voz de fuerza, bien; pero no hay que ponerla en todas las jotas. Mucha gente se queda en lo que dicen los cuatro versos, pero hay letras que no son una mera metáfora. “Cómo quieres que la hiedra/en el invierno se seque./Cómo quieres que yo olvide/ a quien he querido siempre”. Esta jota no se canta, se interpreta».

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