LITERATURA INFANTIL. OCIO Y CULTURA

Rafael Yuste y María Felices viajan por el mundo con ‘Silván y los árboles parlantes’

Prames abre una colección de literatura infantil e ilustrados con esta aventura del gigante del Pirineo en la naturaleza más exuberante del planeta

Prames abre la colección Mandarinas.
Una de las páginas del libro de Rafa Yuste, ilustrado por María Felices.
María Felices.

ZARAGOZA. "Silván, en la mitología aragonesa, es un gigante o un ser grandullón de carácter salvaje y tiránico, pero en realidad es la evocación estigmatizada del dios Silvano, una divinidad latina protectora de bosques y actividades agroganaderas. Es el señor de los bosques y es este Silván el que hemos querido recuperar, sin infamias", explica el escritor y editor Rafael Yuste, que acaba de publicar ‘Silván y los árboles silvestres’, en una nueva colección de libros ilustrados en Prames, que se titula Mandarinas, con dibujos de la artista y diseñadora María Felices.

"En un lugar del Pirineo, un gigante sonríe al sol de la mañana. Su nombre es Silván. Es una criatura mágica y, claro, eso lo hace diferente. Los árboles le apasionan", así comienza del cuento. María Felices apunta sobre el joven héroe, procedente del Pirineo: "Hacía tiempo que Rafael Yuste tenía la idea de iniciar una nueva línea infantil-juvenil en Prames y me propuso acompañarle en este proyecto. Él ya tenía muy claro cómo debía ser y la historia que quería contar. Teníamos que encontrar el momento adecuado y llegó durante el confinamiento. Entonces surgió Silván, un ser que paradójicamente es libre y viaja por todo el mundo. Siempre me ha interesado la mitología, aunque solo conocía a Silván un poquito; después de esta aventura ya somos grandes amigos".

Viaje y aventura

El libro, de gran formato, puede leerse de varios modos: es un viaje alrededor de la naturaleza y a la vez es un aventura, cuando el planeta está acosado por el calentamiento global. "En efecto. Es una aventura en la naturaleza, por diferentes paisajes, con el asunto de los árboles como guía, y como tal aventura ha salido un viaje alrededor del mundo. También es un viaje de conocimiento, para el lector y para el protagonista. Todos nos enriquecemos con los árboles, y eso está en el libro", dice Rafael Yuste.

Prames abre la colección Mandarinas.
Detalla de otra de las páginas de 'Silván' y sus viajes.
María Felices.

En su itinerario, Silván conoce el Hiperión (secuoya roja) en América del Norte; los manglares y el angelim rojo en América del Sur; el baobab, la acacia y el cedro del Líbano, en África; la higuera sagrada, el linkgo y el menara (o meranti amarillo) en Asia, y los eucaliptos y las palmeras cocoteras en Oceanía.

El libro, de exuberante colorido y muy imaginativo, no oculta una intención pedagógica y una llamada de atención acerca de los cuidados del planeta. "Es un libro de sensibilización medioambiental. Comienza con la preocupación que tiene Silván ante todas las afecciones que sufren los bosques en distintos lugares del planeta. El objetivo, a través del texto y, sobre todo, mediante las ilustraciones de María Felices, es ofrecer una imagen de la naturaleza fecunda, espléndida, necesaria. De ahí también la presencia de animales coloridos y fascinantes, incluso fantásticos, pues imaginar sirve también para concienciar", explica el autor.

María Felices añade: "La historia transcurre por sitios fantásticos, exuberantes y hermosos, sí. Mi manera de transmitir esa belleza y fuerza de la naturaleza ha sido con una explosión de color. Como ilustradora es una suerte trabajar con el texto de Rafa, que te da la oportunidad de viajar por todos estos parajes maravillosos", dice, y también define su experiencia de artista como exploración y travesía: "Silván ama la naturaleza, se preocupa por ella y quiere conocerla más profundamente para poder ayudarla. Es un viaje por el mundo y también un viaje interior".

Un modesto quejigo

Rafael Yuste, sin renunciar a la fantasía, pone el dedo en la llaga. Llama la atención sobre las deforestaciones en la Amazonia o en las selvas de Borneo, sobre la pertinaz sequía en ciertas zonas de África o las consecuencias de los grandes incendios acaecidos hace unos años en Australia. "Pero el tono nunca es tristón, apocalíptico o sermonero. Predomina el color, la belleza y el asombro ante la vida", advierte.

"Los árboles y animales debían tener una base real, aunque luego el trabajo del ilustrador es llevárselos a su terreno. También hay alguno que nace únicamente de la imaginación", apunta María. No se atreven a decir qué árbol les impresiona más; Yuste duda y señala: "Todos los árboles son majestuosos, hermosísimos, adorables. Pero me quedaría de uno más de ‘andar por casa’: un quejigo de nuestros Pirineos".

Prames mantiene sus colecciones de fondo, pero Mandarinas ha venido para quedarse. "Prames no tenía una línea de álbumes ilustrados para un público infantil-juvenil y la hemos inaugurado con este ‘Silván y los árboles parlantes’. Ha sido un proyecto cocinado en la casa, a partir de una vieja idea que me rondaba la cabeza y que con algún consejo por aquí y por allá, pues yo no había escrito cuentos infantiles, hemos llevado adelante", informa Rafael Yuste.

La ilustradora y diseñadora también está feliz: "Creo que es algo que enriquece más todavía la larga trayectoria editorial de Prames. Una oportunidad para acercar la naturaleza y sensibilizar a los más jóvenes, los futuros cuidadores del planeta", confiesa. Por ahora la idea es publicar uno o dos títulos al año.

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