perspectivas 2021

Sergio del Molino: "Si todo sigue por la senda, creo que podemos mirar el verano con cierta esperanza"

El escritor confiesa que al principio de la pandemia pensó que asistía al "derrumbamiento" de la civilización. no obstante, ahora se muestra optimista y desea retomar el ritmo que la covid detuvo.

Sergio del Molino, rodeado de libros, en el estudio de su casa donde trabaja.
Sergio del Molino, rodeado de libros, en el estudio de su casa donde trabaja.
Guillermo Mestre

El coronavirus borró de la agenda de Sergio del Molino todas sus citas. Con el fin del confinamiento llegó a las librerías ‘La Piel’, su último libro. Junto a esta obra espera vivir grandes momentos en 2021, un año que afronta con ilusión, aunque sin olvidar la crudeza de la pandemia.

Le propongo un juego: imaginemos que 2020 es un libro, ¿su título?

‘El primer sello que se rompe’. Por empezar una era, la anticipación de un fin. Nos asomamos a un mundo nuevo y dejamos atrás el viejo.

¿Cómo prevé los próximos capítulos de esta historia?

No tengo la imaginación suficiente, pero no soy tan apocalíptico como al inicio de la pandemia. Pensaba que asistíamos a un derrumbamiento por completo de la civilización. Es posible que salvemos 2021 y que el desastre no sea para tanto, que quede en un enorme susto. Creo que podemos ver cosas muy buenas en 2021, no recuperar la normalidad. Por lo que leo, si todo sigue por la senda, creo que podemos mirar el verano que viene con cierta esperanza.

Estrenamos ejemplar, '2021'. ¿De qué género le gustaría que fuera?

Costumbrista, el más inofensivo. Que estuviera lleno de humor, que fuéramos capaces de reírnos de lo que ha pasado porque eso significaría que tenemos una entereza suficiente para aguantar de pie y encarar el futuro. Sería terrible si fuera un melodrama.

Dicen que hasta en los peores momentos se encuentran oportunidades, ¿da con alguna?

Soy contrario a la idea de que el reverso de la crisis son oportunidades, lo que pasa es que tenemos instinto de supervivencia. Hay gente con mucho talento para ello, pero ahora no soy capaz de verle ningún lado bueno. Además, incluso, me parece frívolo. Considero que hay que encararlo con un poco más de seriedad, la que creo que no están teniendo los gobernantes. Las crisis hay que afrontarlas con su crudeza y, cuando sobrevivimos, no tratar de ver el lado del consuelo, sino celebrar que hemos sido capaces de encontrar la salida.

La literatura ha sido estos meses una escapatoria para la sociedad.

Las ventas se derrumbaron al principio y se paralizó todo el mercado, pero se han recuperado bastante. Se está leyendo mucho y ahora mismo estamos hablando de una caída del 10% que, comparado con otros sectores culturales, es mucho más que salvar los muebles. Para mí no sido un año malo porque he publicado ‘La Piel’, que salió en mayo. Ha funcionado muy bien, está teniendo mucho recorrido internacional y se va traducir a varios idiomas. Tenemos que solidarizarnos con aquellos que lo han pasando muy mal.

¿Qué está en la mano de un escritor para mejorar esta situación?

Defiendo la inutilidad de los escritores, creo que en una crisis lo que se necesita es gente que sepa solucionar problemas inmediatos, tanto en los gobiernos, como en el día a día, como todos lo actores que están a pie del cañón para intentar sacar adelante el país. ¿Qué podemos hacer? Intentar aportar reflexión, mitigar el ruido y ayudar a comprender algo incomprensible.

¿Por qué va a brindar este año?

En 2021 saldrá ‘La Piel’ en muchos países y me gustaría acompañar al libro. Poder reencontrarme con amigos en Latinoamérica. Ese es mi deseo, sería el colmo del lujo, la felicidad absoluta. Para mí eso era la normalidad.

Brindemos por ello. ¡Chinchín!

Soy optimista, parece que hay luces al final del túnel. Eso es, no hay que renunciar al brindis.