entrevista

Luis Lles: "Periferias, bien dotado, hubiera sido una referencia absoluta"

Se jubila el gestor cultural que ha insuflado a Huesca un aliento de contemporaneidad este siglo, apreciado en todo el país. Alguien que sabe contagiar su pasión.

Luis Lles, en el despacho municipal en el que ha trabajado
Luis Lles, en el despacho municipal en el que ha trabajado
Rafael Gobantes

Muñidor de decenas de actividades que se han hecho un hueco fijo en el calendario cultural de Huesca (solo o con la complicidad de Juanjo Javierre, el recordado Javier Brun, Orencio Boix...) , Luis Lles estaba últimamente también al frente de Pirineos Sur.

Vaya año raro le ha tocado para la despedida de la Administración pública. ¿Queda mucho tajo inacabado o que hubiera preferido dejar más atado?

Me ha dolido marcharme sin poder hacer en octubre la edición final mía de Periferias, aunque sí la estoy dejando medio programada para marzo de 2021. Es un proyecto que está muy ligado a mí y es un festival complejo por el hecho de ser temático y multidisciplinar, muy diferente al resto, que exige que quien toma las riendas se implique mucho, que le dé vueltas al coco. Creo que hay voluntad política de que continúe, pero puede ser que le den otro enfoque. No lo sé. También se me ha quedado en el tintero, por culpa de la pandemia, una serie de actuaciones nacionales e internacionales medio apalabradas para los meses entre marzo y octubre pasados. Pero hemos programado mucho este año desde el Ayuntamiento: lo que hemos hecho ha sido apoyar fundamentalmente a la escena local y a la aragonesa.

En un mundillo como el cultural con tanto ego y rivalidad, hay una extraña consideración general positiva sobre su trabajo.

La verdad es que sí. Quizá es por mi forma de ser. Yo soy muy poco conflictivo; al revés, intento conciliar. He pretendido que en Huesca hubiera sintonía entre las diferentes instituciones y personalidades que se dedican a programar cultura. Creo que el papel del Ayuntamiento siempre es subsidiario, de hacer lo que no hacen los demás para darle una visión cultural de conjunto a la ciudad.

¿De qué está más satisfecho?

Fundamentalmente, de que hemos puesto en marcha un montón de iniciativas que han tenido continuidad. Así ha pasado con Romería y Desengaño, ha pasado con Okuparte, ha pasado con Micro, la Primavera Flamenca, Aragón Tierra Abierta, Iberia Folk.... Hemos intentando que hubiera sitio para todos, para la jota y para las vanguardias. También estoy satisfecho de haber apoyado a tope a la escena local y a la aragonesa. Pocos serán los grupos de Huesca que no hayan pasado por nuestras programaciones, pocos los artistas que no hayan expuesto en el Matadero...

¿Y qué más quisiera haber hecho?

Me queda un poco de espina clavada porque no se haya apostado de una forma decidida por Periferias, que me sigue pareciendo una idea magnífica; pese a la ‘festivalitis’ de España, no tiene parangón, no ha tenido rivales. Por ejemplo, queríamos traer a Noam Chomsky, a Zizek, a pensadores importantes, que muchas veces son los que hacen que los diarios principales presten atención al festival. Claro, para eso hacía falta dinero. Periferias ha sido una referencia nacional, pero, con el paso de los años y sobre todo con la crisis, ha perdido capacidad de atracción de cara a los medios y, lógicamente, al público, porque ha ido disminuyendo el presupuesto y cada vez ha sido más difícil que el festival tuviera trascendencia. Bien protegido y bien dotado, pudiera haber sido una referencia absoluta para Huesca y todo Aragón.

Su ciudad es motivo de pasmo por la actividad cultural, del teatro o la música a la gastronomía o el diseño, incomparablemente mejor que en otras de tamaño similar y también mayores. ¿Han logrado crear públicos?

La ciudad tiene poco más de 50.000 habitantes y la pretensión de audiencias masivas es inútil. Pero sí es cierto que la apuesta por unas tendencias más punteras se ha visto recompensada por la existencia de un público que es el que nutre también el festival Periferias. Juanjo Javierre y yo siempre decíamos que, por ejemplo, nos sentimos herederos del espíritu de Ramón Acín, un artista pionero en su tiempo, que intentó que Huesca estuviera imbuida de la modernidad que corría por Europa. Esa vertiente vanguardista de Acín se ha mantenido en muchas cosas. Hay que recordar que se hace desde hace casi 40 años la Feria de Teatro y Danza, muy valorada precisamente por su apoyo a los nuevos lenguajes escénicos, o que se hace el Festival de Cine desde hace casi 50 años y tiene un sólido prestigio sobre todo en el mundo del cortometraje. En Huesca, y hablo ahora de la provincia también, se ha hecho el Monegros Desert o Pirineos Sur, pioneros en España en la electrónica y las músicas del mundo. Por lo que sea, hemos tenido un componente de cultura avanzada.

A un gestor cultural, ¿le ayuda tener pasión por el ‘género’ con que trabaja? ¿O esto le da más papeletas para la frustración? ¿Ambas cosas?

Habitualmente se dan las dos, pero yo, particularmente, soy partidario de que quien se pone al frente de una programación cultural sea un apasionado de ella. Lo digo como espectador: las ideas y las aventuras culturales que más me interesan son de alguien que es un friki, un apasionado absoluto de lo que hace. Así nació Periferias. Hacerlo de otra forma a lo mejor genera menos frustraciones, pero yo creo que el mundo es de los valientes. Me gustan las personas que arriesgan, que a veces fracasan, pero que cuando tienen éxito son sublimes y magistrales.

La música más interesante del mundo, ahora mismo en España

Luis Lles, además de programar cultura, ejerce como crítico musical y, ocasionalmente, DJ. Un radar atento a lo que se hace en cada momento. «Es difícil ser adivino o brujo porque estamos en un ‘impasse’ absoluto en el que ni siquiera sabemos si las actividades serán digitales o virtuales... La gente creativa ha tenido mucho tiempo para pensar y pueden salir cosas maravillosas pero también funestas por el miedo a que los proyectos se te fastidien», dice Lles.

Le cuesta también aventurar tendencias: «Se ha inventado prácticamente todo. Vivimos en un mundo conectado y la posibilidad de seguir explorando cada vez es más difícil». Es tiempo de fusión y valora mucho fenómenos como Rosalía: «Ha conseguido coger el flamenco y llevarlo al campo del reguetón, del trap, de la electrónica más potente, de la música de cámara. Lo ha mezclado todo y con mucha sustancia, con finura y atractivo. Es muy difícil hacer algo que culturalmente sea maravilloso y que, además, atraiga al público. No voy a decir que ha inventado nada, pero sí que ha abierto nuevas vías».

Y la catalana no está sola: «Pienso que lo que se está haciendo en España a nivel musical, quizás por primera vez en la historia, es ahora lo más interesante del mundo. Hay una serie de gente a la que hay que seguir sí o sí: veterana como Víctor Coyote, nueva como Rosalía, intermedia como el Niño de Elche. Hay muchas personas haciendo una música que tiene una raíz clarísima en la cultura de este país pero, al mismo tiempo, es totalmente contemporánea y volcada en el futuro».

Fuera de España, la antena de Luis Lles se orienta hacia artistas como el inglés Shabaka Hutchings o la norteamericana Jaimie Branch. «Y, sobre todo, para mí el foco principal de atractivo está en África. Está siendo el continente salvífico. Hay gente en Egipto, en Congo, en un montón de sitios, haciendo cosas supervanguardistas, superfuturistas, partiendo de sus raíces. Ahí está el futuro».

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