El proyecto musical y audiovisual Pux estrena su canción 'Mi propio infierno'

El proyecto musical y audiovisual Pux, que lidera el compositor zaragozano Alfonso Vicente-Gella, estrena el primer adelanto de su nuevo disco con el tema ‘Mi propio infierno’. “Creo que es de lo más interesante que hemos hecho hasta ahora. Como siempre, estoy disfrutando de hacer lo que me gusta rodeado de gente que además de tener mucho talento, son buenos amigos. En esta canción, por ejemplo, están Jorge Martínez, de Despierta McFly, gran músico, poeta y amigo, y la joven Andrea Lozano, poeta y guitarrista, con su padre Octavio. Y encima grabamos buena parte en casa de la poeta y narradora Olga Bernad y en el estudio del fotógrafo Indio Juan Moro. Así que el arte rebosa por todos lados”, dice.

El coronavirus aplazó el proceso natural de la grabación. Añade Alfonso: "El comienzo de la pandemia coincidió justo con el comienzo de la grabación, lo que ha supuesto posponer su presentación y gran parte de las grabaciones pendientes. Así que hemos optado por ir sacando las canciones según las vayamos terminando, acompañadas de sus correspondientes videoclips. Es nuestra forma de mantenernos activos y en cierta medida contribuir a que la actividad musical no desaparezca del todo, en estos tiempos en los que tan complicado se ha puesto tocar en directo, o simplemente bajar al local a ensayar”, explica.

El tema ‘Mi propio infierno’, cuenta, además de los músicos citados (Jorge Martínez, que hace los coros, Andrea Lozano y el propio Alfonso Vicente-Gella, a la guitarra) con Fernando Font de Los Intrusos, como voz principal, y con los músicos Antonio Giménez, Octavio Lozano y Miguel Sanjuán. Y se cuenta con la colaboración de la bailarina Alba Torres.

El videoclip se ha grabado en India y en Zaragoza entre el 2019 y este año en “el que hemos conseguido terminarlo supliendo con creatividad las limitaciones del momento. No ha sido fácil y ha mermado un poco el resultado, pero al menos seguimos avanzando y manteniendo la ilusión por hacer cosas”, añade Alfonso. Describe así la el asunto y los ecos de la canción: “Es una canción sobre mi infancia. Es agridulce, un poco siguiendo el camino que marcó John Lennon de desnudarse en las canciones sin ningún tipo de filtro. Es muy personal y tiene mucho significado. Todos tenemos nuestras cicatrices”, concluye.