La mítica sala Oasis de Zaragoza se reinventa para ser escenario de un crimen

De sala de conciertos a un juego de "escape room" ubicado en un recinto con más de 100 años de historia para sobrevivir a la pandemia. 

Mario Montañés, junto al viejo piano del bar de la sala Oasis de Zaragoza.
Mario Montañés, junto al viejo piano del bar de la sala Oasis de Zaragoza.
Camino Ivars

“La sala ya superó una pandemia -en referencia a la gripe española de 1918-. Vamos a por otra”, afirma Mario Montañés, uno de los dos responsables de la mítica sala Oasis de la capital aragonesa junto a Alfonso Cabeza que, tras casi nueve meses de cierre desde el inicio de la crisis sanitaria, han decidido darle una vuelta de tuerca al proyecto transformando el icónico espacio en el escenario de un crimen. En torno a este suceso, un asesinato basado en un hecho real ocurrido en la sala en la década de los 20, nace este nuevo proyecto: ‘Bambalinas Teatro Escape’.

“Nuestro último fin de semana abiertos tuvimos ‘Sold out’, como también teníamos previsto el 13 y 14 de marzo”, afirma Montañés. Sin embargo, los eventos de ese fin de semana jamás se llegaron a producir. Esa semana -recuerda- las llamadas de preocupación del público asistente fueron innumerables. “Al principio pensamos que el cierre duraría poco tiempo, un mes a lo sumo. Pero ahora mismo la situación es insostenible para la hostelería y la cultura. Este es nuestro último recurso de negocio ante la pandemia”, admite.

Tras varios meses sin poder abrir las puertas de la sala, comenzó a surgir la preocupación de sus propietarios. En junio llevaron a cabo una importante inversión para poner en marcha una terraza al aire libre con más de 50 mesas y 200 sillas, justo al tiempo que se decretaba el cese de actividad de aquellos establecimientos pertenecientes al grupo III -aquel que engloba discotecas, salas de baile y de fiesta-. “Necesitábamos buscar una alternativa urgente para salir adelante porque no sabíamos cuánto más íbamos a poder aguantar”, añade Montañés.

¿La idea? Convertir el teatro en un juego de escape en el que los visitantes, cuyo número se irá adaptando a los aforos marcados por la normativa en cada momento, deberán esclarecer un crimen, en concreto, el asesinato de la Bella Telma. Sin lugar a duda, uno de los atractivos del juego es el espacio. “Los participantes van a visitar zonas completamente desconocidas como los camerinos antiguos o la sastrería”, afirma el empresario.

Mario Montañés, en la sala Oasis, reconvertida en escape room.
Mario Montañés, en la sala Oasis, reconvertida en escape room.
Camino Ivars

Y es que acceder a la sala Oasis es protagonizar un viaje en el tiempo de más de cien años ya que, en sus paredes y rincones encontramos todo tipo de recuerdos como un piano original de la época en la que fue un club de jazz, imágenes de cuando fue la sede de la Asociación Aragonesa de Boxeo o recuerdos del café tanguista, el cabaret de alterne o el tablao flamenco que también albergó la instalación. “La reinvención siempre ha formado parte de la esencia de Oasis. Incluso cuando se produjo un incendio en la sastrería en los años 80 y artistas y trabajadores repararon y limpiaron todo consiguiendo realizar la función al día siguiente. El espectáculo debe continuar”, enfatiza Montañés.

Así, palcos, escenario, bambalinas, tramoyas, carruchas, camerinos, trileros, escaleras con pasadizos secretos, elementos que han guardado todo tipo de historias durante más de un siglo, así como su decoración y curioso atrezzo, se convierten en una parte fundamental de la propuesta de ocio que ofrece la sala y que trasladará al visitante a los mismísimos años 20.

“El 1 de diciembre hemos abierto las inscripciones ya que, por el momento, funcionaremos con reserva”, asegura el gerente. La idea es que, por el momento, se pueda disfrutar de la actividad hasta el mes de febrero y que su puesta en marcha se produzca la segunda quincena de diciembre. La actividad tendrá una duración de 85 minutos -120 si se tiene en cuenta el protocolo de acceso adaptado a tiempos de COVID- y el precio variará según en número de participantes, siendo 160 euros para grupos de 6, 180 euros para grupos de 8 y 200 euros para grupos de 10.

No es tiempo de divertirse, pero sí de distraerse

“Contamos con actores profesionales que dan vida a los personajes principales y hacen las veces de guías, así como con efectos de sonido e iluminación para completar la experiencia”, resume Montañés. Y aunque reconoce que son sabedores de que “no es momento de divertirse”, el empresario asegura que “distraerse en tiempos de pandemia es más necesario que nunca”.

Mario Montañés, ante la puerta principal de la antigua sala Oasis, ahora denominada 'Bambalinas Teatro Escape'
Mario Montañés, ante la puerta principal de la antigua sala Oasis, ahora denominada 'Bambalinas Teatro Escape'
Camino Ivars

Pero, ¿cómo se crea un juego de escape en un local de 800 metros cuadrados en tres meses? Ahí entraron en juego otros dos zaragozanos, Javier Lahoz y Ana Solsona, quienes se encuentran detrás del sello Gran Escape Room. Desde sus inicios, este matrimonio que cuenta con amplia experiencia en el mundo del ocio, decidió apostar por los juegos de escape de grandes dimensiones. “Era un mercado con mucha competencia así que decidimos desmarcarnos de todo lo que había”, explica Solsona.

Su primera experiencia fue su propia sala, ‘La Maldición de la vieja penitenciaria’, en una instalación de 500 metros cuadrados ubicada en Pedrola. “La idea es que los participantes se conviertan en protagonistas de su propia historia y que vivan una experiencia que hasta el momento no se ha visto en Zaragoza”, asevera.

Además, Solsona asegura que se han adoptado protocolos de seguridad exhaustivos para que los participantes, cualquier persona mayor de 14 años, viva una experiencia agradable y segura: “Cumplimos a rajatabla las normativas y, sobre todo, es un ocio divertido, algo muy necesario en los tiempos que corren”. 

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