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Realme y la diferencia del apellido Pro

Parecen gemelos, pero a estos dos teléfonos de Realme los diferencia algo más que los 100 euros de su precio.

El Realme 7 Pro es más rápido, más ligero, tiene carga de 65 W. El Realme 7 normal cuesta 100 euros menos y más batería.
El Realme 7 Pro es más rápido, más ligero, tiene carga de 65 W. El Realme 7 normal cuesta 100 euros menos y más batería.
Heraldo.es

Cien euros se pueden traducir en una gran diferencia, pero el ahorro no siempre compensa. Realme lanzó hace unas semanas dos modelos de su buque insignia económico, el Realme 7, que cuesta solo 180 euros, y el Realme 7 Pro, que alcanza los 280 euros.

Cuando los tienes en la mano parecen calcados. Fabricados en plástico, son dos terminales elegantes y resultones, gracias al degradado imitando al metal de su parte trasera. También son algo pesados, casi 200 gramos para el modelo más económico y 182 para el Pro, la diferencia se nota y se debe a que el más barato tiene un 500 miliamperios más de batería: 5.000, frente a 4.500 mAh.

La batería es, precisamente, el apartado estrella de ambos ‘smartphones’, sus depósitos aguantan sin problemas más de una jornada intensa de trabajo y las horas de pantalla encendida superan con holgura las 9. Por si fuera poco, ambos cuentan con una carga rápida extraordinaria. El Realme 7 va de 0 a 100% en solo 64 minutos y carga el 50% en a penas 25. El modelo Pro es aún mejor, gracias a sus 65 vatios de carga ultrarrápida el usuario podrá ver como el porcentaje de batería crece de manera mágica ante sus ojos: 50% en 12 minutos y el 100% en solo 35.

Pero no todo son buenas noticias. Lo peor de estos dos teléfonos son sin duda sus cámaras. El Realme 7 Pro cuenta con un sensor principal de 64 Mpx que hace fotos buenas con algo de paciencia, mucho mejores, en cualquier caso que las de la cámara de 48 Mpx del Realme 7. Ambas pecan de falta de detalle y colores lavados, pero son errores que encontramos comúnmente en esta gama de precios.

El resto de sensores traseros son comunes a ambos terminales: un gran angular de 8 Mpx que ofrece instantáneas con poca información y definición, un macro de 2 Mpx para fotos de objetos muy cercanos y un último objetivo dedicado al desenfoque que tiene también solo 2 Mpx. 

En la cámara de selfis, también gana con suficiencia el modelo Pro, con un sensor de 32 Mpx y estabilización óptica, frente a los 16 Mpx del Realme 7. Las autofotos no son para echar cohetes pero se salvan, siempre que el usuario tenga suficiente luz en la cara.

En rendimiento, la diferencia entre ambos es también notable. El Snapdragon 720 del modelo pro es un procesador solvente de gama media que se atreve con las ‘apps’ y juegos más exigentes, mientras que el Helio H95 es más modesto y aunque también es capaz de hacer casi cualquier cosa, su comportamiento y fluidez es claramente menor.

En cuanto a la pantalla, es cuestión de gustos. El Realme 7 Pro tiene un panel Amoled de 6,4 pulgadas, con un pequeño orificio para la cámara frontal, que se ve muy bien, pero su tasa de refresco es de solo 60 herzios. El Realme 7 tiene tecnología IPS LDC con colores menos vibrantes y un agujero algo más grande, pero cuenta con 90 Hz. La mayor tasa de refresco no se nota mucho y ambos paneles pecan de unos colores algo apagados y el modo noche automático es en los dos un poco exagerado, tendiendo a una calidad extrema. Aunque se puede desactivar en las opciones.

En definitiva, estamos ante dos terminales solventes y económicos pero que tienen sus defectos. Por 100 euros, más el modelo Pro ofrece una cámara mejor, un panel superior, mejor rendimiento y una carga rápida de escándalo.

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