El poblado ibérico turolense de Els Castellans, recuperado

Los arqueólogos han completado las excavaciones realizadas hace 100 años y han consolidado los restos

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Vista aérea del poblado tomada gracias a un dron
P. Rodríguez

El poblado ibérico de Els Castellans, entre las localidades turolenses de Cretas y Calaceite (la divisoria atraviesa el enclave), se va a incorporar plenamente a la Ruta de los Iberos en el Bajo Aragón. Un equipo de arqueólogos dirigido por Salvador Melguizo y José Antonio Benavente ha excavado lo que quedaba sin estudiar del yacimiento y ha consolidado las estructuras y muros que han llegado a nuestros días.

«El yacimiento se conoce desde finales del siglo XIX y fue excavado a principios de los años 20 del siglo pasado por Pedro Bosch Gimpera y Lorenzo Pérez Temprado –relata Benavente–. Los materiales arqueológicos que aparecieron entonces fueron escasos y en su mayor parte se conservan hoy en el Museo de Barcelona».

El poblado, de reducidas dimensiones (apenas 2.000 metros cuadrados) fue declarado Bien de Interés Cultural en 2001. Estaba incluido en la Ruta de los Iberos en el Bajo Aragón, pero necesitaba una puesta en valor. El año pasado se hizo un sendero para poder acceder a él y este año se han completado los trabajos para hacerlo visitable.

Uno de los aspectos más destacados es lo muy protegido que estuvo, en una zona escarpada, con foso y gruesas murallas de piedra. Quienes lo habitaron tenían mucho miedo. Aunque entre los especialistas se está abriendo paso otra tesis.

Vista de una de las viviendas del poblado ibérico de Les Castellans, entre Cretas y Calaceite
Vista de una de las viviendas del poblado ibérico de Les Castellans, entre Cretas y Calaceite
Salvador Melguizo

«Estuvo habitado entre los siglos V y III antes de Cristo –relata Melguizo–. Hemos encontrado un nivel arqueológico de incendio pero muy poco material vinculado a él, lo que nos hace suponer que sus habitantes lo abandonaron antes de las llamas o pudieron recoger sus pertenencias antes de huir de allí. Que sea un poblado pequeño pero muy fortificado hace pensar que pudiera haber estado habitado por una familia de la élite de aquel momento, que se distinguiría así del resto de la sociedad».

Los trabajos han terminado de hacerlo visitable y han sacado a la luz algunos interesantes hallazgos, como los restos de un hogar con forma de piel de toro o de tipo ‘lingote chipriota’, habituales en Andalucía pero que en los últimos años se están descubriendo también en Aragón, en zonas cercanas a Cataluña. Los especialistas los ponen en relación con el mundo religioso de la época.

Los trabajos se han realizado con cargo a una partida de 110.000 euros del Fondo de Inversiones de Teruel, transferida al Consorcio Patrimonio Ibérico, y con la que se realizan también intervenciones en los yacimientos de San Pedro y El Palomar de Oliete, El Palao de Alcañiz, El Cabo de Andorra, Cabezo de Alcalá de Azaila y Mas de Moreno de Foz Calanda, entre otros

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