música

El octavo de Tachenko

La banda zaragozana de pop afronta la fase final de la grabación del disco ‘Las discotecas de la tarde’, que será editado en 2021 por el sello Limbo Starr.

Sergio Vinadé y Sebas Puente en los estudios El Cariño, en Mozota.
Sergio Vinadé y Sebas Puente en los estudios El Cariño, en Mozota.
Heraldo.es

Tras dieciocho años de feliz trayectoria musical, el fuego de la emoción sigue inextinguible en Tachenko. La banda zaragozana encontró hace mucho el antídoto contra la corrosión del tiempo y la monotonía. A esta edad tan avanzada para un grupo, vuelve a tomar impulso con la grabación del que será su octavo álbum, ‘Las discotecas de la tarde’, cuya edición está prevista para el próximo año en el sello Limbo Starr.

La sociedad que conforman Sebas Puente (guitarra y voz) y Sergio Vinadé (guitarra y voz) ha entregado algunos de los capítulos más soleados del indie español en las últimas dos décadas. Sus letras finas y estilosas, envueltas por los ropajes de un pop de una naturalidad apabullante, constituyen una marca registrada perfectamente reconocible.

Lejos de hacer zozobrar esta nave de himnos de seda, la pandemia del coronavirus la ha fortalecido. Los meses de confinamiento permitieron cincelar, a través de conexiones telemáticas, las canciones que integrarán el nuevo elepé. En junio se efectuó la preproducción y, coincidiendo con las fechas de las Fiestas del Pilar, la acción y la diversión se han trasladado a los estudios El Cariño que Edu Baos regenta en Mozota.

«Las sensaciones son excelentes. Disfrutamos como unos niños con el proceso creativo y de grabación. Estamos muy emocionados con esta vorágine. Nos lo pasamos genial y creo que eso se transmite en los discos. La perspectiva de las canciones te la da el tiempo, pero, en el estudio, estamos contentísimos, muy ilusionados», explica Sergio Vinadé.

La alineación la completan Alfonso Luna (batería), David García ‘Libi’ (bajo), Pit (teclados) y Edu Baos –exmiembro de la formación– en la producción.

«Están siendo unos días muy fructíferos. En Mozota estamos como en casa. Durante las próximas semanas Sergio y yo grabaremos guitarras, algún teclado más y las voces. Edu es un Tachenko más, nos conoce, y estamos dejando la producción en sus manos. Sergio también disfruta con esas labores de producción, y pasan sus ratos mano a mano. Yo, mientras, voy escuchando cómo quedan las canciones y terminando alguna letra», relata Puente, el autor de los versos ‘made in Tachenko’.

Novedades en el estudio

Pese a que han desembarcado en Mozota con el trabajo muy perfilado, el día a día alimenta variaciones y aportaciones por parte de todo el equipo. Un fructífero aliciente. «Es cierto que tuvimos todo el confinamiento para darle vueltas a los temas. Para entonces Sergio y yo ya teníamos compuestas las doce canciones y ya habíamos estado haciendo pruebas con Edu, grabando maquetas y posibles ideas. Algunas de esas canciones sí que quedaron fijadas. Lo que pasa es que luego, en los primeros ensayos con Alfonso, Libi y Pit, antes de comenzar la grabación, muchos de esos conceptos variaron, como es lógico. Sergio y yo componemos el disco pero, para mí, las ‘novedades’ que surgen con las aportaciones del resto del grupo son también parte de ese proceso de composición. Después, cuando se empieza a grabar, va todo muy rápido: son unos fieras», revela Puente.

La hoja de ruta establece que la labor en el estudio concluya a mediados de diciembre y que, tras las mezclas, el disco esté listo a lo largo de enero, aunque sin fecha prevista de lanzamiento debido a lo cambiante de la situación por el coronavirus.

Puente accede a compartir unas pinceladas sobre este repertorio en ciernes. «Para dar  una perspectiva general tendrían que pasar unos meses todavía; el disco aún no está acabado. Por una parte tenemos la sensación de incluir estilos de canciones que no hemos abordado nunca, pero yo nunca me fío de las impresiones que tenemos mientras grabamos un disco porque al final –para bien y para mal– siempre acabamos sonando a nosotros mismos. Lo mismo digo con respecto a las letras: cada vez tendemos más a la sencillez, eso sí».

La portada correrá a cargo de Jesús Jiménez, poeta e ilustrador zaragozano. «Es amigo nuestro desde hace un millón de años. Le dijimos el título del disco, ‘Las discotecas de la tarde’, y enseguida nos mandó una ilustración chulísima», aporta Puente.

Alcanzar un octavo elepé delata la consistencia y la fortaleza de una banda que ha encontrado su lugar privilegiado en el mundo de la música independiente. Un motivo más que justificado de celebración. «También significa que nos hacemos mayores. Pero eso también tiene cosas buenas: digamos que esto se ha convertido en un proyecto familiar, y en ese ambiente se va desarrollando la grabación. Sencillamente, es parte de nuestra vida», concluye Puente. 

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