ocio y cultura

Míchel Gracia «Mis greguerías quieren ser semillas motivadoras de reflexión»

Es músico de Los Modos y publicista, pero se siente escritor y publica un libro de aforismos, ‘Palabarismos’, 100 piezas de ingenio, humor y poesía

Míchel Gracia publica 'Palabarismos'.
El músico y publicista con el libro que llevaba acariciando años.
Cristina Castañ

¿Cómo surgió el libro ‘Palabarismos’?

El libro surge por un deseo de tener algo publicado, ya que yo me sentía un escritor, pero era un escritor sin obra.

¿Y qué pasó, qué hizo?

Tras un naufragio vital hace unos ocho años, retomé el deseo de escribir y poco a poco, fui recopilando estas ocurrencias para que no se perdieran en mi olvido. Aparte de la música con Los Modos, nuestro grupo al que le hemos dado nueva vida en estos quince o veinte años últimos, yo he ido escribiendo greguerías, aforismos, poesía y tengo empezada una novela, o una no-novela, como yo la llamo. En todos estos géneros acabo haciendo algo no sé si original, pero sí diferente a lo que es la corriente general y no tanto por deseo de originalidad como porque no puedo hacerlo de otra manera.

¿Tenía en la cabeza a Gómez de la Serna, las ‘chilindrinas’ de Tomas Seral y Casas, a Perec, al propio Cortázar…?

Por supuesto, Ramón Gómez de la Serna ha sido mi modelo, ya que la greguería es un invento suyo y yo siento adoración por su obra y su personaje, al que considero también obra suya, como buen dandi. Creo que primero hay que ser artista y después de que te has convertido en tu propia obra, es cuando puedes escribir, o pintar o lo que sea que hagas. Del género breve, también me ha influido leer a Baltasar Gracián, que a lo mejor no es un referente para muchos aforistas actuales —el aforismo sí que creo que es un género de moda, pero es diferente a la greguería—, pero yo soy filólogo y Gracián es parte de mi bagaje.

¿Qué le debe el libro a su otro oficio: la publicidad?

En mi caso, ha sido importante la impronta que me ha dejado también mi profesión: llevo como 30 años escribiendo publicidad y el arte o el oficio de resumir en un eslogan un mensaje es casi ya una deformación profesional en mi vida diaria. Creo que de alguna manera, confluyen ambos caminos en mis 'Palabarismos'.

Míchel Gracia publica 'Palabarismos'.
Una acuarela con su greguería.
Marta Gracia. 

¿Por qué 100 exactamente y por qué esa mezcla de una página con dos aforismos, o greguerías, y una página doble con un dibujo único y una sola greguería?

El hacer una selección de 100 para esta edición es, en cierto modo, el mismo ejercicio de condensación que lleva a la creación de la greguería. Se puede ser de todo, hasta pedante, pero no se puede ser pesado ni aburrido. Por otra parte, vivimos en tiempos de comunicación breve: titulares de noticias cuyos desarrollos no se leen, pies de foto cargados de intención, 'tuits' sentenciosos que buscan el aplauso y la repicación y en fin, se cae muchas veces en la superficialidad. En este sentido, creo que mi libro es muy contemporáneo pero sin caer en esa banalidad, ya que en general muchas de las greguerías quieren ser como una carga de profundidad arrojada al cerebro, como semillas sugerentes y motivadoras de reflexión. En realidad, tengo muchas más y en estos momentos me estoy planteando, entre otros proyectos literarios que tengo, hacer un segundo volumen de cien 'Palabarismos' más dentro de un tiempo, ya que este está teniendo muy buena acogida.

¿Cómo define formalmente el libro?

Creo que ha resultado ser un objeto muy bonito, se me ocurrió que poner en una página una greguería debajo de otra no solo haría mas pesada y aburrida la lectura sino que le quitaría protagonismo a cada una de ellas. Yo ya señalo en las instrucciones de uso que explico en la introducción que deben saborearse de una en una como caramelos que se deshacen en la boca y no empacharse tragando todo el bote de un bocado. De ahí que eligiera dividir cada página en dos mitades y en cada una colocar un palabarismo separado por un dibujito que ilustra o desarrolla o completa la gracia de la frase. Esto es algo que he podido hacer gracias a que el libro es autodiseñado y autopublicado y autofinanciado. He hecho lo que he querido.

Ha contado con la colaboración de su familia de artistas…

Al final, es un libro ilustrado con los dibujitos a una tinta de Alex Neagu, mi pareja, y las ilustraciones en acuarela en color de Marta Gracia, que es mi hija, que van interrumpiendo la lectura para insistir en esa idea de lectura fragmentaria y en esa independencia de cada 'palabarismo', algo a lo que también ayuda el cambio de tipografía en cada una de ellas, que es algo aberrante en el mundo del diseño, pero que en este caso creo que se justifica por su función de individualizar cada una de ellas. En resumen, ha quedado un libro objeto que mucha gente me está pidiendo para hacer un regalo original y hermoso de cara a estas navidades extrañas que vamos a vivir. Si alegran un rato a alguien con mi librito me sentiré muy satisfecho. Con ese fin he ordenado una reimpresión...

Míchel Gracia publica 'Palabarismos'.
Una de los dibujos que separan dos greguerías.
Alex Neagu.

¿Ya?

Sí. Porque los primeros cien ejemplares ya los he agotado en menos de un mes con mi círculo de amigos y conocidos. Ahora quiero dar el salto a las librerías y de momento estará muy pronto en librería Antígona de Zaragoza y en la librería Arrebato de Madrid y espero poder colocarlo en alguna más para que sea más fácil de adquirir que en mano, como hasta ahora.

¿Cuánto tiempo ha invertido, cómo iban surgiendo las imágenes?

El proceso de redacción ha sido como he dicho muy largo, es decir, no me he sentado a escribir una detrás de otra. Tienen algo de fogonazos, ocurrencias o fuegos artificiales y el esfuerzo ha sido sobre todo verlos brillar, recogerlos y después, revisarlos y pulirlos hasta estar dispuestos para meterlos en el horno de la impresión. Por eso, en las greguerías hay de todo: ocurrencias, ingeniosidades, muchos juegos de palabras que supongo que dificultan una traducción, observación y en definitiva, poesía. Porque yo esto lo considero un juego poético. Las he llamado 'palabarismos', este nombre que me he inventado para ellas, porque como dice la primera de ellas definiendo el género, son “malabarismos con palabras en un circo de papel”. 

Diría que hay varios tipos de inspiración... Hay frases basada en el ingenio, en la sorpresa, en el sentido común, en el contraste, en la intuición, en la metáfora...

Muchas tienen algo inocente, naïf, un recuerdo de la infancia perdida, puro juego superficial, pero hasta esas creo que encierran un mensaje y un contenido que hay que explorar. Como en la poesía, creo que el describir las cosas y el mundo dando un rodeo y usando otras referencias nos permite comprender todo mejor, es una verdadera teoría del conocimiento. Por eso es tan sugerente el uso de recursos retóricos como la paradoja o literarios como la metáfora atrevida que salta en el vacío sin red. Por otro parte, he intentado muchas veces reducir las palabras empleadas al mínimo necesario porque me parece muy enriquecedora la ambigüedad, que no quede claro el mensaje. Esto obliga al lector al esfuerzo intelectual de completarlo como en un pasatiempo y para ello necesita recurrir a sus propias experiencias, recuerdos o sentimientos, con lo que hace la obra suya y quizá llega a conclusiones distintas a las que a mí me guiaron.

¿Cuáles son sus cinco o diez greguerías preferidas?

En cuanto a mis palabarismos preferidos, yo la verdad es que siempre he sido reacio a los famosos rankings de “mis películas preferidas”, pero viendo el libro, sí que tengo algunas favoritas y por distintos motivos.

Michel Gracia publica 'Palabarismos'.
"Las cotorras parecen viejas cantantes de ópera que se han quedado afónicas".
Marta Gracia.

Vayamos con ellas, si le parece...

Una de ellas es “La libélula anda en todos, besándose, los espejos”. Me gusta por el atrevido y violento hipérbaton casi gongorino. Otra que creo que me identifica mucho es “La letra con sopa entra”, no solo porque me gusta mucho la sopa, sino por ese punto ingenuo y naïf. Otro en esa línea es “Mu-danza: una vaca que baila”. Por su brevedad y el juego de palabras me gusta por ejemplo “Amor lo cura”. Me parece muy ramoniana por ejemplo: “Todo columpio tiene mucho de cohete espacial”. O “Las nubes se ruborizan si la noche las sorprende”. Y después, la divertida sección de frutas y verduras: “La escarola es una lechuga a lo loco”. Y “Coliflor: el cerebro de la huerta”. O alguna más trascendente como “La sombra es lo último que se pierde”. En definitiva, y para acabar, hay un 'palabarismo' que creo que explica bien mi intención al publicar este libro y es el que dice: “Tus palabras son pajaritos y cuando los liberas, serán de quien los cace”.

Y “Coliflor: el cerebro de la huerta”. O alguna más trascendente como “La sombra es lo último que se pierde”. En definitiva, hay un 'palabarismo' que creo que explica bien mi intención al publicar este libro y es el que dice: “Tus palabras son pajaritos y cuando los liberas, serán de quien los cace”.
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