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La biografía del poeta del 27 Pedro Salinas

Montserrat Escartín le dedica en Cátedra un libro pródigo en detalles y paradojas del autor de 'La voz a ti debida' y 'Razón de amor'.

Biografía literaria de Pedro Salinas.
Pedro Salinas es ensayista, poeta y dramaturgo.
Archivo familiar.

Leí durante el confinamiento la biografía de Pedro Salinas que publicó Montserrat Escartín en Cátedra, en 2019. El libro es apasionante, porque, a diferencia de otras biografías, en ésta el poeta habla con voz propia y es el propio Salinas quien va exponiéndose, perfilándose y definiéndose, pues se transcriben muchos de sus textos, publicados e inéditos; y sobre todo porque se apoya en su numerosa correspondencia y en la de quienes fueron sus principales receptores y mejor lo conocieron: su mujer, Margarita Bonmatí, su amante Katherine Whitmore, sus hijos Soledad y Jaime, o su gran amigo, el otro poeta catedrático del 27, Jorge Guillén.

La riqueza del epistolario de Salinas es tan extraordinaria que la crítica ha llegado a calificarlo de dietario íntimo, a la manera de los diarios de Henri-Frédéric Amiel o Samuel Pepys, pues bastaría recordar que el número de cartas enviadas a Margarita, sólo mientras fueron novios (pues ella vivía en Argel y el poeta en Madrid, entre 1912 y 1915), asciende a 600. Esas cartas serían como las anotaciones de un diario (pues las escribía casi diariamente) al que trasladara sus miedos, preocupaciones o alegrías, sus propias vivencias y su, a veces atormentada, cotidianeidad. Lo mismo ocurre con las cartas que envió a Katherine Whitmore o a Jorge Guillén (una de éstas alcanza las 40 cuartillas), redactadas a veces con una caligrafía endiablada y dificilísima de descifrar, hasta el extremo de que Dámaso Alonso acabaría rogándole que le escribiera a máquina.

Y así vamos conociendo, a través de las cartas y los textos que Montserrat Escartín nos presenta, su relación sentimental con Katherine Prue Reding, luego Whitmore, una alumna suya a la que conoció en Madrid, en uno de los cursos de verano que el poeta impartió sobre la generación del 98; el intento de suicidio de su mujer, en febrero de 1935, al enterarse de los amoríos de su esposo con aquélla; su permanente desvalimiento, «más propio de un niño que de un hombre maduro», llega a escribir su biógrafa, lo que le hizo ser absolutamente dependiente de las mujeres a las que amó; su difícil relación con su hijo Jaime, que no leyó los libros de su padre hasta después de la muerte de éste, y el gran afecto, en cambio, que sintió por su yerno Juan Marichal, en quien tal vez encontró al hijo que hubiera deseado tener; su rigor, pulcritud y perfeccionismo casi enfermizos en su vida profesional; su habitual inseguridad y su facilidad para ruborizarse; su miedo a morir, su ausencia de fe religiosa, su nulo interés por las tareas domésticas, la tristeza de su infancia, en la que no se celebraba ni la Nochebuena, su atracción por el mar, su fidelidad a la República, su defensa apasionada de la amistad, su aversión a madrugar y a las bajas temperaturas, su gusto por la música y el arte, su afición a la buena mesa… 

Esta magnífica biografía hace que conozcamos a Salinas tan bien como si hubiéramos compartido la vida con él.

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