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La nueva normativa aboca al cierre prácticamente total de la cultura

La limitación temporal se suma a la del aforo del 25%. Un escenario en el que resulta inviable la actividad para cines, teatros y salas.

Operarios desinfectan el Teatro Principal de Zaragoza en abril.
Operarios desinfectan el Teatro Principal de Zaragoza en abril.
Toni Galán/EFE

Las nuevas medidas anunciadas por el Gobierno de Aragón para tratar de contener la segunda ola de la pandemia de coronavirus, significarán un nuevo golpe para el mundo de la cultura en la Comunidad. La puntilla para un sector que ya funcionaba con una intensidad mucho menor de la habitual, con multitud de espacios cerrados y con los que resistían con un aforo extremadamente reducido al 25% de su total.

La nueva normativa, que prohíbe la actividad a partir de las 20.00, significa en la práctica que sean inviables económicamente recintos como los cines, los teatros y los auditorios. Las salas de conciertos ya permanecían cerradas en su totalidad desde el pasado mes de marzo, cuando se declaró el primer estado de alarma.

Especialmente traumático es el golpe para los cines. Desde que comenzaron a reabrir las salas en la Comunidad desde el 8 de junio, han tenido que lidiar con los bajos aforos permitidos –en la actualidad eran del 25%– y con el aplazamiento a 2021 de la mayoría de estrenos más importantes. Con el nuevo límite horario, su radio de acción todavía queda más insostenible ya que se eliminarán más de la mitad de las sesiones. «En estas condiciones resulta imposible mantener abiertas las salas. Ya estábamos haciendo un esfuerzo enorme para no cerrarlas, pero de esta forma no tiene ningún sentido seguir operando, al menos hasta que no cambie este escenario», explicaba anoche el responsable de uno de los principales complejos de la ciudad.

Cierre de teatros

En las artes escénicas, el sentimiento es muy parecido. Sirva como ejemplo Esteban Villarrocha, director gerente de Teatro Arbolé. «Ya no sabemos qué hacer. He oído las medidas que ha anunciado la consejera de Sanidad, pero tampoco ha dedicado mucho tiempo a hablar de la cultura. Los fines de semana tenemos funciones matinales, pero los viernes, suelen comenzar a las 20.30. Tal vez lo mejor es que cerremos, que volvamos al ERTE y esperemos. Este miércoles nos reuniremos en el teatro para decidir qué hacemos», indicó.

Villarocha detalló la situación en la que están viviendo hasta ahora: «Estos días hemos aguantado con el aforo al 25%, se ha llenado (60 butacas), ha ido bien, lo hemos hecho con todas las medidas de seguridad y ahí estábamos, un poco por dar esa idea de normalidad, no porque resultara ni rentable ni necesario abrir con ese aforo. Y ahora, de repente, otra vez para atrás. No lo entendemos. O cerramos o abrimos. Estamos dispuestos a cerrar, a irnos al ERTE, aguantar lo que sea, pero que tomen decisiones concretas, necesitamos certidumbres». Y concluyó reivindicando la labor de su sector: «Hablan de actividades no esenciales. Para mí y para las 15 personas que trabajamos en Arbolé es esencial ir a trabajar, pero así es muy difícil. Se están llenando la boca con las ayudas a la cultura, pero ni llegan ni se hacen efectivas, son ridículas y parecen asistencia social. Hace falta claridad, porque no la hay. No sabemos lo que haremos, pero seguramente lo mejor es cerrar el teatro y la programación hasta que se pueda abrir con cierta normalidad. Hasta ahora no hemos tenido ningún contagio. Hemos cumplido todo, hemos reforzado la plantilla para cumplir con la normativa y hemos gastado dinero en ello».

María López Insausti, gerente del Teatro de las Esquinas, pronuncia un discurso muy parecido. «Es tremendo, lo que más me duele de todo esto es que veo que en comunidades como Cataluña, donde ya han cerrado los teatros, o países como Alemania, Italia y Francia, los cierres van acompañados de ayudas económicas y aquí nos encaminamos hacia un cierre sin más. A día de hoy no hemos recibido ni un solo euro de las administraciones públicas. Las ayudas que acaba de publicar el Gobierno de Aragón para empresas culturales están planteadas de una manera tan torpe que es dificilísimo que se puedan beneficiar la mayoría de las empresas más allá de 1.000 o 2.000 euros, que a mí me parece que no es una ayuda ni a estructura ni a empleo. Cuando toman estas medidas, como sujetar horarios, reducir aforos, lo mejor es que nos cierren el teatro y nos den una compensación económica. Así vamos a la debacle total».

En principio, la función de ‘Historia de una maestra’, prevista para este miércoles en las Esquinas, seguirá adelante a las 20.30.

Las salas municipales

En cuanto a las salas municipales, responsables en estos momentos de la mayor parte de la programación cultural superviviente, todo queda supeditado a una reunión que se mantendrá en la mañana de este miércoles. En cualquier caso, según ha subrayado José María Turmo, gerente del Patronato de Artes Escénicas y cabeza visible del Teatro Principal, «se cumplirán a rajatabla las normativas de seguridad que se publiquen en el BOE». «La situación ya era bastante delicada hasta ahora, tanto, que se han suspendido las funciones que iba a dar Mayumaná (del 10 al 20 de diciembre), para las que ya habíamos vendido entradas, porque prefieren no trabajar con aforo reducido al 25%. Ahora, la limitación horaria supone una nueva dificultad». La próxima cita en el Principal era ‘La Margarita de Federico’, obra dirigida por Blanca Resano, que iba a ponerse en escena del 12 al 15 de diciembre. En el Mercado esta semana están programadas varias citas del Festival Retina de cine y música.

En el Auditorio, la situación era prácticamente parecida. «Mañana por la mañana (por este miércoles) tendremos una reunión y decidiremos qué hacer a partir de ahora –aseguraba Miguel Ángel Tapia, su director–. Se veía venir, en Barcelona han cerrado los teatros y auditorios, los han cerrado también en Milán... si la situación sanitaria es la que es, acaban llegando estas medidas. Porque lo primero es salvar las vidas». Tapia se ha mostrado partidario de mantener en cartel los conciertos adelantando, cuando se pueda, la hora.

Y en la misma línea se ha manifestado la vicealcaldesa Sara Fernández, concejal de Cultura, que ha señalado que «habrá que estudiar con toda rapidez en qué nos afecta de todo lo que teníamos organizado». Y añadía: «Yo, en la medida de lo posible, soy partidaria de adelantar los horarios y salvar todo lo que sea posible salvar. Pero hay que ver qué dificultades plantea el nuevo escenario y hablar con las compañías afectadas. Y si no se puede, no se puede. De momento, y hasta que se publiquen las medidas en el BOA, parece que a nuestros museos y salas de exposiciones no les afecta».

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