pintura. ocio y cultura

Lana Matich: "Necesito la paciencia, el don del detalle y ser optimista»

La artista zaragozana, hija del médico y concejal Zvonimir Matich, lleva 30 años viviendo en Estados Unidos. Cumple un sueño y expone en A del Arte

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Lana Matich Privitera, en su estudio de Nueva York, donde reside.
Archivo Lana Matich.

¿Qué supone para usted presentarse en Zaragoza, donde nació en 1961 y donde su padre fue concejal de festejos?

Poder tener una exposición individual en Zaragoza es algo con lo que he soñado desde que estudiaba en la Escuela de Artes y Oficios, hace ya cerca de 40 años. Pero ya sabe cómo es la vida: a veces hay que dar un gran rodeo para llegar a tu meta. En todas las décadas que llevo viviendo fuera de España, ganándome la vida como artista, nunca perdí ese anhelo de ser un día profeta en mi tierra.

¿Cómo se ha planteado la exposición en A del Arte, qué quería mostrar?

Desde el momento que Montse Navarro, de la galería A del Arte, me propuso tener una exposición individual en Zaragoza, decidí que quería mostrar al público la belleza que existe en todo lo que nos rodea. ‘Instantes en el tiempo’ es una colección de obras que nos enseña que se puede encontrar inspiración y encanto en cualquier momento del día. Desafortunadamente, con esta vida ajetreada que llevamos, generalmente ignoramos la mayoría de lo que ocurre a nuestro alrededor. Yo descubro belleza en cada ser vivo y objeto con el que me cruzo, ya sea un grupo de ancianos disfrutando el sol de invierno, o los juegos de luz y sombra que encontramos paseando por nuestra querida Zaragoza. Con esta exposición quiero conseguir que el público aprenda a observar y disfrutar esos instantes de belleza cotidianos.

"Yo descubro belleza en cada ser vivo y objeto con el que me cruzo, ya sea un grupo de ancianos disfrutando el sol de invierno, o los juegos de luz y sombra que encontramos paseando por nuestra querida Zaragoza".

¿Qué significan Aragón y Zaragoza en su vida y en su pintura?

Aunque llevo ya casi 30 años viviendo en Estados Unidos, seré maña toda la vida. Parte de mi familia está todavía ahí y procuro ir a menudo. Ahora, con internet, estoy consiguiendo nuevos amigos que también están metidos en el mundillo del arte. Así que ahora tengo muchísimas más razones para seguir considerando Aragón, y en especial Zaragoza, mi ‘otra’ casa. Quizá acabaré viviendo aquí de nuevo algún día, aunque solo sean temporadas.

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La obra hiperrealista de la pintora, con querencia por la arquitectura y el matiz.
Lana Matich Privitera.

¿Cómo son sus regresos a la ciudad? ¿Qué le atrapa y le emociona?

Llevo mi virgencita del Pilar y la jota grabada en el alma. Aún me emociono cuando escucho o veo bailar ‘El bolero de Caspe’ o las ‘Seguidillas’. Seis años aprendiendo a bailar la jota en el colegio te marca para siempre. Lo primero que hago cuando vuelvo a Zaragoza es ir al Pilar a escuchar el Ángelus del mediodía y a saludar a Nuestra Señora. Después, seguro, me voy con mis amigos de tapas al Casco Viejo, ja ja ja. Y si no está lloviendo o hace 40 grados, camino sin parar por toda la ciudad desde el paseo de la Independencia al parque Labordeta, o al parque Pignatelli, parándome en cada iglesia que me encuentro para respirar ese aroma único de piedra e incienso. 

¿Por qué le atraen las arquitecturas?

Curiosamente, mi amor por la arquitectura se desarrolló al mismo tiempo que mi amor por la historia, así que van los dos entrelazados. Empecé a pintar edificios cuando era muy joven porque me fascinaba su conexión con las vidas y cultura de nuestros antepasados. En esta exposición quiero que los zaragozanos se den cuenta de que hay verdaderas joyas arquitectónicas en nuestra ciudad que son dignas de aprecio. No solo las ruinas históricas tienen relevancia. 

¿A qué se refiere en concreto?

Hay que levantar la mirada para poder apreciar los diseños en las fachadas de muchos edificios centenarios. Tengo que reconocer también que me sentí impulsada a pintar algunas calles y edificios simplemente porque me traían buenos recuerdos o porque me atrajo la combinación de colores y contrastes que vi en ellas. ‘El Limpia’ en la calle Cuatro de Agosto, Independencia, la plaza de Santa Cruz, la Audiencia... Todos esos cuadros que he pintado para esta exposición tienen un sentido especial no solo para mí, pero creo que también para muchos zaragozanos.

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Sus bodegones llenos de color, de brillo, de preciisión peculiar en la acuarela.
Lana Matich Privitera.

¿Cómo se logra que los bodegones estén tan llenos de vida? ¿Es solo por el color?

Cuando empecé a pintar bodegones, hace ya unos años, decidí que no quería diseñar bodegones tradicionales, ni en la estructura o en el tema, ni en la gama de colores. Siempre compongo mis bodegones muy temprano por la mañana, cuando la luz ilumina de costado.

"Tengo que reconocer también que me sentí impulsada a pintar algunas calles y edificios simplemente porque me traían buenos recuerdos o porque me atrajo la combinación de colores y contrastes que vi en ellas"

¿Díganos cómo trabaja?

Saco muchas fotos de referencia para diseñar cada uno de mis bodegones, pero acabo fijándome solo en partes de ellas. En todas mis acuarelas me invento colores, formas y sombras que no están en mis fotos y que añaden interés al tema. Creo que es la complejidad y abundancia de detalles, bañados en una luz acogedora, lo que hace que la gente se enamore de mis bodegones.

¿Qué le debe la pintora a los animales?

Mucho. Hace unos 20 años me dedicaba casi exclusivamente a hacer retratos de animales. Eso me ayudó a crearme una reputación como acuarelista en la zona donde vivía. Años después, cuando empecé a compartir mis acuarelas en Facebook, el retrato de mi gato Frankie ,‘El cazador’, me dio fama mundial instantánea. Esta acuarela aún sigue apareciendo de cuando en cuando en las redes y en revistas de arte. Para Zaragoza pinté otras dos versiones.  

¿Cuál es el secreto de su técnica?

Necesitas el don de la paciencia, el amor al detalle y ser optimista. Mis gustos y preferencias condicionan cómo uso mi creatividad. Si yo no fuera una organizadora nata y una perfeccionista, no podría componer esas escenas complejas.

Lana Matich Privitera expone en A del Arte.
Un conjunto de ancianos al sol en el parque Pignatelli.
Lana Matich Privitera.

Muchos artistas van a ver su exposición y elogian su exactitud. ¿Qué le dice eso?

Estoy contentísima de ver que los artistas aragoneses encuentran mi obra digna de una visita. He recibido muchísimos mensajes de artistas con críticas muy positivas, que agradezco con toda el alma. En Estados Unidos ha habido un gran cambio en el mundo de la acuarela últimamente y se favorece ahora el realismo y la complejidad de diseño. Eso me ha beneficiado inmensamente porque mis acuarelas han podido ganar premios y se han publicado en varias revistas y libros a nivel internacional. Como mi estilo de acuarelas detalladas y realistas no es muy común en España ahora, parece que los artistas aragoneses están interesados en observar como consigo ese punto casi hiperrealista.

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