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Évole: "Pau Donés me dijo: 'Me muero, quiero que me entrevistes”

El periodista participa este jueves (19.00) en el ciclo ‘La buena estrella’ en el aula magna del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. 

El periodista Jordi Évole.
El periodista Jordi Évole.
Atresmedia

¿Qué lugar ocupa Aragón en su vida?

Tengo muchos amigos en Zaragoza, Huesca y Teruel y a un sobrino que está viviendo en Zaragoza. Es una comunidad que me gusta a lo largo y ancho. Me escapo casi cada verano al Pirineo aragonés, al valle de Bujaruelo.

¿Le nació de pequeño esa curiosidad que denota en todos sus trabajos?

Mi madre ya de pequeño me decía: “No preguntes tanto”. Con el tiempo me ha dado la razón y reconoce que no me ha ido mal haciendo tantas preguntas. La curiosidad tiene que ser algo intrínseco al periodismo. Tienes que vivir con curiosidad para dedicarte a este oficio. Yo he querido ser periodista desde muy pequeño. En el fondo, creo que termina siendo una excusa que tenemos los periodistas para ser un poco chafarderos, cotillas, algo que tiene muy mala fama.

Se caracteriza por no quedarse con la verdad oficial, en ir siempre más allá, incluso hacia lo imposible, como entrevistar al Papa.

Tenemos un punto de ambición loca que nos hace pedir cosas que ni nosotros mismos pensamos que se vayan a lograr, pero que se acaban consiguiendo. Los ejemplos del Papa Francisco o de la entrevista a Nicolás Maduro son los que mejor reflejan ese espíritu a veces muy osado. Hemos tenido suerte, nos ha sonado la flauta, y eso nos envalentona para seguir pidiendo imposibles. Ahí estamos siempre, intentando ver cuál es la próxima marca a batir. Tenemos vocación de atleta en las Olimpiadas, que siempre quiere superar su mejor marca personal.

Habla en primera persona del plural.

Sin mi equipo, sin esa gente que tengo detrás tanto a nivel de redacción, de realización, de producción y de postproducción, no conseguiría nada.

Normalmente es usted el que llama o escribe al invitado, pero en el caso del documental ‘Eso que tú me das’ fue usted el que recibió la llamada de Pau Donés. ¿Cómo gestionó emocionalmente esa conversación y su propuesta/encargo?

La llamada la gestioné como solo se pueden gestionar estas cosas:llorando mucho tanto Pau como yo. Eso nos ayudó a llegar llorados a la charla que él me encargó. Facilitó mucho las cosas para que esa conversación no fuese lacrimógena. La llamada fue durísima. Pau me dijo:«Jordi, me quedan muy pocos días de vida y quiero que me hagas una entrevista antes de que me vaya».

¿Es lo más intenso emocionalmente hablando de su trayectoria profesional?

Sí, lo más intenso y también lo más inédito y singular. Es realmente duro hacer una conversación de estas características, con estas circunstancias.

Pau Donés le hizo este último regalo. Curiosamente, la relación entre ambos comenzó en un programa de Andreu Buenafuente en el que usted le decía que las canciones de Jarabe de Palo «sonaban todas iguales». Eso habla de la generosidad y el sentido del humor del cantante.

Totalmente. Cualquier otro, después de esa broma, me hubiera retirado la palabra o me hubiera partido la cara. En cambio, con Pau se estableció una relación que fue ‘in crescendo’ y que se estrechó mucho precisamente cuando a Pau le diagnosticaron el cáncer.

Cuando volvió a casa después de la grabación del documental, ¿cómo se sintió en esas horas posteriores?

Esas horas, no. Yo diría que han sido semanas o incluso meses. Y todavía está muy presente esa conversación en mi vida. Me hizo ver las cosas desde otro lugar; reflexionar mucho más sobre las pequeñas cosas de la vida, que son las realmente importantes. Muchas veces nos perdemos en estar muy pendientes del trabajo, que no digo que no sea importante, pero nos flipamos un poco y descuidamos pequeñas cosas que tenemos a nuestro alrededor y que son importantísimas.

Estos días también está presentando su nuevo libro, ‘Confinados’.

Quería dejar testimonio de lo que fueron aquellas semanas de confinamiento, unas semanas que han sido seguramente las de mayor intensidad en nuestras vidas. Todos estábamos con el mismo flagelo, como me dijo Ricardo Darín desde Argentina. Quería dejar por escrito toda la reflexión para dejar negro sobre blanco las pretensiones que teníamos en ese momento. Pensábamos que íbamos a cambiar, que nos haría mejores. Pero me parece que, lamentablemente, con el paso de las semanas y de los meses, muchas de esas buenas intenciones han quedado un poco diluidas.

Su actividad es febril. ¿De dónde saca tanto tiempo y energía?

Me gusta mucho lo que hago. A veces parece que hago más de lo que es realmente. Pero debo reconocer que estoy bastante entretenido, pero también intento buscar espacio para otras cosas de la vida. Y mucho más después de la charla con Pau.

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