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Confinamiento: puesta en escena: memoria: 'Abrazar la ciudad' en la Gran Vía

Viaje para ver y leer una especie de libro abierto, desplegado al aire libre, con 20 ilustradores y 20 escritores que meditan sobre la pandemia 

Abrazar la ciudad.
Una de las imágenes de la muestra callejera: la obra de Lina Vila y texto de Mariano Anós.
José Miguel Marco.

El tiempo del confinamiento permitió el espectáculo insólito de las calles vacías y de los paseos sin paseantes. Salvo para los perros, el paseo estaba prohibido, es decir, el andar por andar; las aceras se reservaban a la necesidad, las compras, las visitas al médico, pocas cosas más. Es por ello que los paseos, al volver a salir, aunque nos acompañe la inquietud, sean un espacio privilegiado. Está bien utilizarlo por parte de los creadores como una especie de libro abierto, desplegado al aire libre. 

El proyecto de Julia Millán, como comisaria, y resuelto por Fernando Lasheras como diseñador, y que puede verse (recorrerse) en la Gran Vía de Zaragoza, tiene mucho de libro a la intemperie, lo primero por su disposición en el espacio, y lo segundo porque los protagonistas del mismo son escritores e ilustradores. Este proyecto guarda relación con aquel otro que la propia Julia Millán y Daniel Nesquens comisariaron en La Lonja en 2018, y que supuso un censo antológico de los ilustradores de Aragón. Curiosamente, aquella exposición se tituló “Paseando la mirada” y, aunque se realizara a cubierto y en un contexto más convencional, ponía también el énfasis en cambiar la dirección de la mirada (poner de pie las imágenes) y dar noticia de una excelente cosecha de artistas del gremio en la región (tanto en número como en calidad).

En esta ocasión se ha planteado una serie de colaboraciones, o dúos, entre escritores y artistas, con el reciente confinamiento como proveedor de temas. El título ha jugado esta vez con otra frase hecha: 'La casa por la ventana'. Claro que ahora no tiene que ver con el derroche de tira la casa por la ventana, sino con una metonimia que hace de la ventana, la propia casa, y de las vías de comunicación alternativas (como teléfonos móviles, tablets, etcétera) ventanas/casas subsidiarias. Antes se decía que una ciudad tenía tantos o cuantos miles de almas. Es posible que pasemos a contar ventanas.

Uno de los problemas de la pandemia fue el exceso de informaciones y la falta de noticias. Mucho del ruido mediático ha sido redundante y mucho del sentimentalismo desplegado ha sido convencional e impostado. Conducente al aburrimiento, conducente a las ficciones privadas. Uno tenía que apagar el telediario y buscar las 1001 noches en la estantería. O engancharse a una serie televisiva de asesinos psicópatas. Por ello es bueno que, al recuperar los paseos, se encuentre uno por la calle mensajes inesperados, con interpretaciones alternativas de lo sucedido. 

Abrazar la ciudad.
Aspecto general de Gran Vía con los paneles expositivos.
José Miguel Marco.

Entre las que se proponen en la Gran Vía, podemos encontrar, por ejemplo, la interpelación de Grassa Toro. El escritor se refiere a las llamadas telefónicas y las respuestas consabidas a preguntas bienintencionadas. ¡Tantas horas pasadas al teléfono con unos y con otros! No siempre bien aprovechadas. Al preguntar cómo estás, una respuesta más adecuada puede ser que estoy “última ola de la playa antes de volver a casa”. A este breve teatro del (bienvenido) absurdo le acompaña una ilustración espléndida de Elisa Arguilé que también podría haber ilustrado a Antonioni.

El estupendo Maiky Maik, con su dibujo y su color, muestra la vía de darle la vuelta al tópico del “todo irá bien”, acompañando al buñuelesco minirelato de Cristina Grande. De repente nos vimos todos como protagonistas del “Ángel exterminador”. O en la Gran Vía (madrileña) despejada de “Abre los ojos” de Amenábar. De la ciudad vacía, gran imagen (literaria) la de Luisa Miñana, al decir que cruza la avenida “como la cubierta desierta de un gran portaviones”. Jesús Jiménez espía a guantes de plástico que se invitan a un bailecito, animados por el cierzo local. 

Estaría bien hacer una colección de imágenes que conjurasen lo insólito de la situación vivida. Las situaciones impensables, al igual que los sueños, ponen a prueba el talento narrativo. Como Max Ernst en sus novelas gráficas, M. A. Pérez Arteaga recurre a la imaginería rancia y decimonónica, tan evocadora, para representar al colegial confinado, navegando en la soledad de su cuarto bajo la escafandra de la comunicación/incomunicación. La pandemia, hizo de todos nosotros capitanes Nemos y diablos cojuelos, visitadores inoportunos de las viviendas ajenas, conferenciantes a través del zoom y sus variantes, intrusos en unos interiores donde, al final, se bajaba la guardia, y el postureo quedaba en ridículo. Daniel Nesquens nos recuerda esas “estancias decoradas como escenografías de una obra de Darío Fo”.

Por supuesto que las emociones tienen su hueco también en este recuerdo callejero del confinamiento. Lina Vila, una artista que se ha ocupado desde siempre de la memoria y de la sabiduría de los ancianos, es la perfecta pareja para un poema de Mariano Anós, donde se refiere a los “frágiles, dependientes, desvalidos/ obreros de la fábrica del tiempo”.

'LA CASA POR LA VENTANA. HISTORIAS PARA ABRAZAR LA CIUDAD'. Gran Vía. Intervenciones en soportes instalados ad-hoc en el paseo y marquesinas del tranvía. Hasta el 30 de septiembre.

Comisaria: Julia Millán. Diseño: Fernando Lasheras

Textos: Begoña Abad, Ana Alcolea, Mariano Anós, Brenda Ascoz, Iguázel Elhombre, Patricia Esteban Erlés, María Frisa, Mariano Gistaín, Ángel Gracia, Cristina Grande, Grassa Toro, Jesús Jiménez Domínguez, David Mayor, Luisa Miñana, Daniel Nesquens, Julio José Ordovás, Aloma Rodríguez, Mario de los Santos, Pepe Serrano e Irene Vallejo.

Ilustraciones: Elisa Arguilé, Beatriz Barbero-Gil, Blanca Bk, Jesús Cisneros, Coco Escribano, Ana G. Lartitegui, Alberto Gamón, Isabel Garmón, David Guirao, Javi Hernández, Laranoia, Rosa Mai, Maiky Maik, Álvaro Ortiz, M. A. Pérez Arteaga, Alejandro Putze, Blasina Rocher, Pilar Serrano, Lina Vila y Rebeca Zarza.

DESPIECE

SE PUBLICA EL CATÁLOGO DE 'LA CASA POR LA VENTANA'

La vicealcaldesa y consejera de Cultura y Proyección Exterior, Sara Fernández, y la gerente de Los Tranvías de Zaragoza, Ana M. Moreno, presentaban el martes por la mañana el libro de la exposición en la vía pública titulada 'La casa por la ventana. Historias para abrazar la ciudad', que se encuentra instalada en soportes expositivos y en marquesinas del tranvía de la Gran Vía desde el pasado 23 de julio y se puede contemplar hasta el 30 de septiembre.

La muestra, organizada por el Ayuntamiento de Zaragoza en colaboración con Los Tranvías de Zaragoza, quiere reflejar los sentimientos de escritores e ilustradores durante el confinamiento. Recordamos que el proyecto, comisariado por Julia Millán y diseñado por Fernando Lasheras, se desarrolla en veinte soportes expositivos en Gran Vía, que muestran el relato dual de veinte escritores y veinte ilustradores de la ciudad, como experiencia vivida y proponiendo, a la vez, una acción de futuro y de motivación sobre lo que no hemos tenido y ahora necesitamos como comunidad, así como en cinco marquesinas del tranvía en las que se quiere plasmar la voz de ciudadanos y ciudadanas a través de una selección de frases, palabras y expresiones que conforman un relato colectivo acompañado por ilustraciones.

Según la vicealcaldesa Sara Fernández, “la exposición invita a la reflexión de cómo nos ha cambiado esta crisis, y que podremos seguir recordando con la publicación del libro que hoy presentamos, cuya idea surgió el mismo día de la apertura de la muestra y gracias al interés manifestado por los Tranvías de Zaragoza en colaborar y participar con este proyecto y con la cultura de la ciudad”.

Por su parte, Ana M. Moreno añadía que “desde Los Tranvías de Zaragoza hemos respaldado la edición del catálogo de esta exposición, que supone, en cierto modo, prolongarla de una forma definitiva, gracias al formato libro. Desde mi perspectiva ya de lectora, debo decir que este libro de 64 páginas, ha logrado un resultado magnífico y demuestra la enorme energía, talento y responsabilidad que Zaragoza puede generar en situaciones difíciles”.

El catálogo recoge todas las ilustraciones de la exposición junto con los relatos que las acompañan, así como las ilustraciones que se instalaron en las marquesinas del tranvía con frases remitidas por ciudadanos, “para que esta experiencia de escritores, artistas y habitantes de la ciudad perduren en sus páginas, como recordatorio de las incertidumbres, deseos y esperanzas vividas y por vivir”, según la comisaria de la exposición, Julia Millán.

La exposición puede contemplarse hasta el 30 de septiembre en la Gran Vía, y posteriormente irá itinerando por distintos Centros Cívicos, con el objetivo de hacer partícipes de la propuesta a los distritos y barrios rurales de la ciudad. Esta muestra se iniciará a partir del próximo mes de diciembre en el Centro Cívico Esquinas.

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