CERÁMICA

Fernando Malo exhibe su visión mudéjar en A del Arte

El ceramista de San Mateo abre las exposiciones de Cerco 2020 con obras de 2019 y 2020

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Una de las piezas del ceramista de San Mateo. 
Fernando Malo.

ZARAGOZA. Fernando Malo (Zaragoza, 1957) es uno de los grandes ceramistas de Aragón desde hace años. Mezcla como pocos, con una percepción muy personal, la tradición y la modernidad, y eso le ha llevado a desarrollar una obra compleja y rica que bebe directamente de la historia, de la imaginación y de un variado hontanar del patrimonio aragonés. Acaba de inaugurar, en la galería A del Arte, la muestra ‘Mudéjar del siglo XXI’, que es la primera exposición que anuncia ya el certamen de Cerco de 2020.

Explica el ceramista de San Mateo de Gállego, donde tiene su taller y su museo: "Las piezas son nuevas, y están principalmente realizadas en 2019 y 2020. Es la evolución de mi mudéjar siglo XXI, con nuevos colores, nuevas formas, apareciendo casi siempre la jarra, y la decoración del azulejo mudéjar que, muchas veces, sirve de excusa para reivindicar la idea mudéjar y, otras veces, es pura anécdota".

Si hay un término que le haya obsesionado, y que haya moldeado su senda de alfarero, ese es sin duda ‘mudéjar’, "aquel al que le es permitido quedarse", como le gustaba decir al desaparecido y llorado Gonzalo Borrás.

Explica Fernando Malo: "El mudéjar surgió en mi camino casualmente al restaurar la fachada de la Parroquieta de la Seo 1991. Desde entonces ha sido un constante descubrimiento. Ahora tengo en mi taller un museo donde se puede ver todo ese recorrido".

Lleva 40 años en el oficio, 28 entre cerámica mudéjar y morisca, más de 25 monumentos, las ocho capillas de la Seo de Zaragoza, los 800 metros cuadrados de solerías en el Palacio de la Aljafería; la lista es mucho más extensa. Cualquier interesado en la obra de este artesano y artista esencial, que ha expuesto en Aragón y en diversos lugares del mundo, puede asomarse a su web: https://www.fernandomalo.com/taller-museo/. Ahí, entre otras propuestas, tiene su "Centro de interpretación de la cerámica mudéjar a través de 10 paneles con textos e imágenes, reproducciones de azulejos, solerías de la Aljafería y La Seo, herramientas de trabajo y juegos de geometría mudéjar". Ese espacio da una idea muy aproximada de las constantes de esta exposición de color, forma, tiempo, memoria y fuego.

Fernando Malo suele aludir al concepto ‘tierras aragonesas’: barros, arcilllas, polvo, arenas, sílices. La materia en constante sublevación creativa. Explica, a propósito de ‘Mudéjar del siglo XXI’: "Los materiales tienden a ser cada vez mas sencillos. Ahora utilizo principalmente tierras blancas coloreadas, y mucho óxido de manganeso (como en mis primeras piezas). Y luego mucha temperatura, hasta 1250º".

Forma, objeto, poema

Las piezas hablan por sí solas. Desde la beldad imperfecta y el matiz incontrolable. Se revelan en la forma, en la teoría del objeto, en la poema físico, en la música concentrada, en el color, en los detalles. En la hoja de sala, escribe Sophi Kara y dice que "rinde culto a sus ancestros evocando el añorado terruño, un hogar al que regresar sin necesidad de renunciar a lo nuevo, a lo inexplorado".

Por eso, su obra, materia indeleble o perenne ya, "nos llama a una belleza diversa y generosa cuya evidencia nos seduce sutil y delicada, abriéndose paso a través de los sentidos. Nos llama a un tacto que posee gusto y aroma, que trasciende lo meramente visual y nos susurra el canto del crepitar más auténtico: el del fuego que lame los elementos de una alquimia que solo un artesano hábil ante la incertidumbre, puede manejar", anota.

Fernando Malo, trabajador incesante, paciente hasta el último sorbo de la precisión de la hermosura, busca el último secreto de los azulejos y jarras mudéjares. La muestra permanecerá abierta hasta el día 2 de octubre.

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