NARRaTIVA ARAGONESA. 'ARTES & LETRAS'

Claudia Almenara: Inés o la jungla zaragozana

La narradora, nacida en 1984, publica su novela 'La cena', que transcurre en los años posteriores a la Expo y gira alrededor de un crimen

Claudia Almenara publica 'La cena'.
Detalle de la portada de la escritora en el sello Avant.
Avant.

Claudia Almenara (Zaragoza, 1984), acaba de publicar 'La cena', su primera novela. Se trata de una novela negra cuya acción tiene lugar en Zaragoza, en los años posteriores a la Expo. La protagonista y narradora es Inés, una universitaria que trabaja como camarera en un restaurante, cuya clientela habitual la componen miembros de un bufete de abogados. Aunque pudiera parecer una novela costumbrista –jotas, huevos tontos, arroz de conejo- apenas se adivina la ciudad con cuatro trazos, Aljafería, Expo, Paraninfo, La Seo. 

El argumento gira en torno a una muerte fulminante en el restaurante La Ninfa, en el que trabaja Inés. 

A partir de ese momento, la trama avanza sobre ese hecho, pero lo que realmente vamos conociendo es toda una galería de personajes secundarios, las amigas o compañeras de trabajo de Inés, y sobre todo, su forma de hablar, su lenguaje coloquial, su jerga adolescente o adulta. Una lucha constante entre experiencia e inocencia. Destacan dos personajes siniestros, bien dibujados, el abogado Emilio y la depredadora Angela.

Quizá el acierto mayor de la novela, su carta mejor jugada, es la investigación amateur de Inés y Fran, un abogado en prácticas, en torno al crimen del restaurante, un presunto infarto que a la postre se descubre como un envenenamiento. Esa pareja de detectives aficionados resulta que son atrapados en la red de una tensión sentimental creciente. Ahí radica la gracia o flechazo de la novela. La autora demuestra ahí su talento narrativo. Vinculada al barrio de Casetas, trabaja en el Primark de Puerto Venecia, y acaba de ser madre. Según su madre, Conchita Olivito Gracia, se trata de una novela escrita en la adolescencia, revisada para su publicación.

Como si de pronto, se dijese, esto es Chicago años 30. Hay un mantra banal que casi constituye un dogma, la realidad supera a la ficción

Para los ojos incautos de la joven Inés, la ciudad es una jungla del trabajo precario, nadie regala nada, nada llueve del cielo, pero donde cada uno, desde tiempo inmemorial, se labra su porvenir contra viento y marea. Hay un par de rasgos frívolos en la protagonista, la coquetería femenina -los trajes, el maquillaje– y la frivolidad burguesa de las urbanizaciones pijas. El propio lenguaje coloquial se convierte en un constante laberinto dialéctico o juego de espejos. Una gran tela de araña léxica, los usos triviales del idioma, entre Spinoza y Wittgenstein, en el que la propia Inés, es simultáneamente el ojeador y la presa, el cebo y el reclamo.

En una novela negra californiana –Chandler- el caos suele ser el personaje fundamental. La policía, la justicia, los picapleitos, los abogados, todo forma parte de la mafia al estilo de Chicago. En la novela de Claudia Almenara, se dice en cierto momento, Zaragoza no es Nueva York. En otro momento, Inés se queda a cuadros, cuando comprende que el despacho de abogados en el que trabaja Fran, son “unos mafias”. Como si de pronto, se dijese, esto es Chicago años 30. Hay un mantra banal que casi constituye un dogma, la realidad supera a la ficción. 

Mientras no se demuestre lo contrario, la realidad es siempre una ficción social, consensuada o no, un cúmulo de hechos contradictorios, un ensayo provisional, basado en lo que publica la prensa, los sumarios judiciales y las teorías políticas. La novela es otro cantar, es el arte de simular con mayor o menor tino y agudeza, el laberinto misterioso de la realidad. La cena ofrece una perspectiva jovial y una interesante exploración generacional sobre la turbulenta Zaragoza de comienzos de este siglo.

LA FICHA

'La cena'. Claudia Almenara. Avant, Barcelona 2020. 185 páginas.

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