VIAJEROS POR ARAGÓN

Selina Bunbury, tardes inefables en Benasque y ante la Brecha de Roldán

La escritora irlandesa recuerda su estancia y su admiración por los picos del Alto Aragón en dos
libros centrados en la grandeza de los Pirineos

Viajeros por Aragón. Selina Bunbury.
Ilustración de 'Tardes en los Pirineos' de Selina Bunbury (1802-1882).
British Library.

No es que Selina Bunbury (1802-1882) sea una rareza en esta selección de viajeros del ayer, pero ese nombre –que nos hace pensar en nuestro cantante más internacional– invita a indagar sobre su vida y su aventura aragonesa, como ya hicieron antes estudiosos ya referenciados aquí: Esther Ortas y Juan Gavasa, especialmente. Selina era irlandesa, hija de presbítero y tuvo quince hermanos, uno de ellos gemelo suyo.

Debía de ser muy religiosa y sintió el deseo de promover la Biblia anglicana por Europa. Selina se movió por aquí y por allá a caballo, rebasados los 40 años y, en apariencia, muy segura de sí misma: de su prosa, de sus emociones, de la grandiosidad y de la proyección inefable, religiosa y filosófica, de cuanto veía.

Cosechó fama de «viajera experimentada, observadora y exigente» y debía de tener personalidad: no le importaba discutir con un guía si no conocía bien el terreno. «Nuestro guía parecía conocer peor el camino que nosotros, recurría al dialecto provincial para pedir información sobre nuestra ruta a los campesinos que encontrábamos en el camino, sin que nosotros lo supiéramos», escribió, tal como recuerda Juan Gavasa.

A Aragón propiamente le dedicó, tangencialmente, dos libros que prueban su paso por las elevaciones montañosas: un relato evocador en ‘Paseos por los Pirineos’ (1844), y los cuentos de realidad y ficción de ‘Tardes en los Pirineos’ (1845), que se centran sobre todo en el país vecino, con calas en Aragón, que nacen de la contemplación de este lado de aquí, pero también de sus incursiones. Selina, en su cabalgadura, entró a Aragón por el Puerto de Benasque.

Recuerda Esther Ortas que a lo largo del viaje –se trasladó por «el extremo oriental del Alto Aragón»– experimentó sensaciones de gran intensidad ante las montañas, los cortados, los pasos, el horizonte infinito que se abría sobre crestas de piedra. Autora de un centenar de libros –ficción para niños y adultos, viajes, textos religiosos, etc.–, antes de visitar al alcalde de la localidad (¿en qué idioma hablarían?), sucumbió a la majestuosidad de los paisajes, especialmente ante La Maladeta y la Brecha de Roldán. Primero esboza una suerte de reflexión general que define su actitud: «Apenas puedo decir que eran las glorias de la naturaleza lo que vi, la naturaleza misma; por lo menos este mundo más bajo, estaba escondido de mi vista, pero no por la niebla ni el vapor».

Luego agrega: «Ante nosotros se coloca una undosa y ondulada extensión de montaña y de glaciar, de toda variedad de forma y aspecto, desde la gigante Maladeta, o maldita, con sus nieves perpetuas, en el lado español de los Pirineos; los también diabólicos llamados Monts Maudits, o Montes Malditos, elevándose como su vástago menor», escribió en ‘Paseos por los Pirineos’.

En la Brecha de Roldán usa su mejor prosa. En el mismo libro, traduce Esther Ortas: «La Brecha de Roland es (...) una vasta ventana, de 300 pies de anchura, y pienso que lo mismo de altura, a través de la cual se mira dentro de la tierra de los moros; las llanuras de Aragón están inmediatamente debajo, y los ingleses y los franceses y muchos otros hombres tropiezan con el peligro, la fatiga y la dificultad, al cruzar sus tremendos glaciares para sentarse a horcajadas, con una pierna en Francia y la otra en España». La imagen es sugerente y no es nada difícil imaginarla.

Allí, con los ojos bien abiertos, percibe el sublime espectáculo de la naturaleza: pintoresco, ronántico, místico tal vez. Dice la estudiosa Ortas: «Bunbury se lamenta de una inefabilidad que depende tanto del objeto físico de la descripción como de su especial carácter de ámbito donde el hombre conecta con la infinitud de Dios». Quizá era lo que Selina Bunbury andaba buscando.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión