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Juan Arnau Jr: "No vamos a escatimar en gastos para el Monegros Desert de 2021"

A sus 38 años, comparte con su hermana Mari Cruz el peso del apellido y del legado de una familia que, desde Fraga, se ha convertido en referente mundial de la música electrónica.

Juan Arnau Lasierra, la nueva generación de la saga fragatina.
Juan Arnau Lasierra, la nueva generación de la saga fragatina.
Elrow

Juan Arnau Lasierra (1982) vivió hasta los 18 años en Fraga. Allí creció admirando las benditas locuras de su abuelo y de su padre. Florida 135 o el Monegros Desert Festival simbolizan ese legado consagrado al entretenimiento a través de la música electrónica. Fiel a ese instinto, capitanea junto a su hermana Mari Cruz la siguiente apuesta familiar: Elrow. Una fiesta que, solo en 2019, llevaron a 40 países y que vendió 1,5 millones de entradas.

¿Cómo está viviendo estos meses tan extraños?

Lo peor está siendo la incertidumbre. Ha sido muy complicado gestionar todo tanto por la parte de la covid-19 como por las decisiones del Gobierno. Nos costó mucho tomar la decisión de cancelar el Monegros Desert Festival. Eso causó mucho estrés en la compañía ya que tuvimos que adoptar medidas a salto de mata, sin saber muy bien qué podíamos hacer y qué no.

Les debió costar cancelar un festival que recuperaban seis años después de su última edición.

Estábamos muy ilusionados. La última edición había sido en 2014. Paramos el festival durante dos o tres años y después comenzamos a pensar en el retorno y a darle forma conceptual y creativa al evento que queríamos relanzar. Por desgracia elegimos un mal año para el relanzamiento. Los fans tenían muchas ganas y nosotros todavía más porque detrás había tres años de trabajo. Tendremos que esperar un año más para que se vea el resultado.

La pasada semana, el mismo día que debía celebrarse el Monegros Desert, retransmitieron en directo los sets de cinco DJs en el mismo desierto monegrino.

Nos sabía mal no hacer nada y quería corresponder de alguna manera a los seguidores que habían comprado muchísimas entradas. Hicimos un ‘streaming’ desde el desierto para que el día que teníamos que estar bailando juntos se quedaran al menos con un buen sabor de boca. A nivel de números fue increíble. Tuvimos más de 650.000 usuarios únicos con tres millones de visitas concurrentes. Agradecemos ese apoyo a la marca.

Además, fueron adelantando la mitad del cartel de 2021.

Queríamos hacer algo diferente. La mayoría de promotores del sector estaban haciendo ‘streamings’ al uso, solo con el DJ. Nosotros quisimos aprovechar el momento y anunciar la mitad del cartel del festival de 2021, con sus cabezas de cartel, para que la gente supiera que el próximo año va a ser todavía más grande que 2020. No vamos a escatimar en gastos ni reduciremos el formato. Al contrario.

A lo largo de estas décadas, su familia ha hecho gala de su capacidad para superar crisis y reinventarse.

Por suerte, he tenido grandes profesores con mis abuelos y mis padres. Han atravesado varias crisis a lo largo de los años y han logrado adaptarse a las nuevas realidades. Obviamente nos ha afectado muchísimo. Tenemos una empresa con más de 140 trabajadores fijos y 6.000 puestos a tiempo parcial. Ahora todo eso está parado. Hemos aprovechado estos cinco meses para generar nuevos productos para el futuro: nuevas ideas, nuevos conceptos formatos.

¿Qué aprendió de su abuelo y de su padre?

Los dos han sido grandes mentores. Tuve la suerte de estar con mi abuelo toda la juventud, hasta después de la universidad. Sus enseñanzas se resumen en innovar, transgredir y sorprender. Nunca hemos intentado copiar en el mundo del entretenimiento. Hemos tratado de entender qué iba a venir o qué iba a gustar al público joven. Este es el secreto para haber sobrevivido en el sector durante tanto tiempo.

Es innegable la fiabilidad de su ‘radar’ familiar. Cuando era el momento de Antonio Machín y cuando fue el de los DJ.

No nos cerramos a un género musical ni a un concepto. Evolucionamos de la mano de la gente joven, que son los que marcan las tendencias y los que lo quieren pasar bien.

Cuenta la leyenda que sus padres visitaron ‘raves’ cuando conocieron la música electrónica.

Ayuda tener unos padres así. Cuando comenzaron a oír de la música electrónica, iban a las ‘raves’ ilegales en el norte de Francia, en Inglaterra y Alemania. Estuvieron unos meses de ‘rave’ en ‘rave’ descubriendo esos artistas y esos sonidos nuevos. Se dieron cuenta de que tenían que traerlos a España y ser los primeros. Así comenzó la historia de Florida 135 con la electrónica. Además, se juntaron con el equipo del Sónar y decidieron hacer el festival en el desierto. Hicieron una ‘rave’ en la finca de mi abuela, a la que tuvieron que pedir permiso para hacer una fiesta con 300 amigos. Eso se convirtió en un festival de 40.000 personas y referencia durante muchos años.

¿Siente ese legado como una presión?

Siempre ha sido una presión muy saludable. En su momento mis padres no querían que siguiéramos en el negocio tanto mi hermana como yo, porque es un mundo complicado. Nos dejaron que escogiéramos nuestro camino, pero inevitablemente hemos terminado haciendo lo que más nos gusta, que es hacer pasarlo bien a la gente. Es una presión que nos invita a mejorar. Así creamos con mi hermana Elrow hace diez años.

Elrow es la aportación de la nueva generación de los Arnau.

Comenzó casi de broma, en un club nuestro de Barcelona al que acudieron 500 amigos. Ahora se ha convertido en una marca a nivel mundial. El año pasado hicimos 140 eventos en más de 40 países y vendimos un millón y medio de entradas. Es un orgullo llevar la marca de Elrow de una familia de Aragón por todo el mundo y que la gente la reconozca y la admire.

Esta semana han publicado un comunicado anunciando el cierre ‘sine die’ de Florida 135, un club emblemático que en 2022 cumplirá 80 años. ¿Les inquieta su futuro?

No nos preocupa tanto por Florida 135 como por el sector. Estamos presentes en 40 países y hay en algunos que ya se puede hacer algo y otros que no. Poder abrir Florida o no, no es lo que más nos preocupa. Por suerte, hoy en día no es el centro de negocio de la empresa. Lo hacemos más bien por una parte emocional de abrir el club 15 o 20 veces al año y permitir que la gente de la zona, de Aragón, Cataluña, País Vasco y Navarra venga a pasarlo bien. Ahí es donde comenzó la familia. Florida se ha quedado como algo romántico. Por desgracia, han cambiado las tendencias y es muy difícil generar beneficios allí. Estamos concentrados en dónde va el mundo del entretenimiento en todo el planeta con relación a la covid.

¿Qué recuerda de su infancia en Aragón?

Estar muy unido a la familia. Como los veranos que íbamos a Aínsa, de donde es mi madre. Viví en Fraga hasta que a los 18 años fui a la universidad en Barcelona. Lo que más recuerdo son los veranos con mis padres yendo a festivales e islas por todo el mundo. Desde los 13 o 14 años ya les acompañábamos a Mykonos, Croacia, a afters, al Pike de Ibiza... Los recuerdos más bonitos que tengo son esos: que mis padres nos llevaran con ellos a sitios tan especiales. 

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