LOS ARTISTAS DE MI MUNDO. 'ARTES & LETRAS'

José Beulas llegó a Huesca, se hizo pintor, se casó, viajó y volvió para quedarse

Escogió el paisaje como tema, lo llevó hasta el límite de la abstracción, se obsesionó con dotar al Altoaragón de un museo y lo logró, el CDAN

Los artistas de mi mundo. José Beulas.
Rafael Moneo y José Beulas, el arquitecto y el pintor, amigos desde Roma.
Rafael Gobantes

Tuve conocimiento de la obra pictórica de José Beulas (Santa Coloma de Farnés, Gerona, 1921 – Huesca, 2017) antes que de su persona. Conocí a Beulas por Pepe Escriche allá por 1984, junto a su esposa María Sarrate en su domicilio, en la finca que ahora es el Centro de Arte y Naturaleza (CDAN). Pepe Escriche era concejal de Cultura del ayuntamiento de Huesca y ya se empezaba a fraguar el proyecto que desembocaría en las sucesivas donaciones del artista a la ciudad de Huesca como agradecimiento a la beca que le permitió ir a Madrid a formarse técnicamente en los entresijos de la pintura. Poco después se sucederían otros encuentros con el pintor que acabaron en una relación fluida y de amistad.

José Beulas llegó a Huesca en 1944 a cumplir con el servicio militar, hasta entonces tenía una afición a pintar en la línea de los paisajistas de la Escuela de Olot, como Vayreda o Mir; sus padres lo habían inclinado hacia la profesión de sastre. Conoció a María con quien se casó en 1946 y podemos decir que desde entonces José es un aragonés de adopción. Wikipedia dice que “fue un pintor español vinculado a la ciudad de Huesca”. Se fue formando artísticamente en Madrid, en la Escuela de San Fernando, luego, en 1955 y hasta 1959, vendría su estancia en Roma, becado en la Academia de España, aquel maravilloso edificio junto al templete de San Pietro in Montorio. 

Desde Roma viajó por Italia y expuso también sus obras, allí conoció a otros artistas, a García de Paredes, a Rafael Moneo. En Madrid conectó con los grandes paisajistas de los años cincuenta, Godofredo Ortega Muñoz, Juan Manuel Díaz-Caneja y Benjamín Palencia. Sus paisajes se fueron inclinando por el camino de la sobriedad, por el carácter austero, por la vía de lo esencial. En 1960 se le concede una pensión de la Fundación Juan March de Madrid con la que produce gran cantidad de obra y Beulas pasa a ser considerado como uno de los pintores más conocidos y cotizados del panorama español. La década de los años sesenta supone para el artista una carrera imparable de premios y exposiciones. La Galería Kreisler en Madrid y EEUU, la galería Biosca en Madrid y la galería de Ignasi Lasaletta en Barcelona son grandes promotores de su pintura. A partir de 1973, Beulas se limita a exponer en España. Desde finales de los sesenta siempre trabaja y se proyecta desde Huesca.

José Beulas a partir de los años setenta y sobre todo desde los ochenta practica una pintura de paisajes cada más esencializados, sin elementos distorsionantes. De hecho sus paisajes pasan a ser un cielo, una línea de horizonte y una tierra; a veces un sol. El artista ha asimilado esos paisajes sobrios y austeros de Huesca y los Monegros, de los rastrojos quemados que no representan lo visto sino lo vivido y asimilado. La poética de las obras la han glosado poetas como Salvador Espriu y como José Hierro. 

El artista ha asimilado esos paisajes sobrios y austeros de Huesca y los Monegros, de los rastrojos quemados que no representan lo visto sino lo vivido y asimilado

Los críticos de arte suelen resaltar que Beulas no es un fotógrafo de la Naturaleza, más bien es un intérprete de un paisaje esencial, de un paisaje que se traduce en una visión poética. María Dolores Jiménez Blanco, autora de la publicación “Paisajes esenciales” que acompañó a la exposición del mismo título en el CDAN que recogía obras de Beulas, Palencia, Ortega Muñoz y Díaz-Caneja, dice de nuestro artista: “Quizá a simple vista pueda pensarse que Beulas ha llegado a una propuesta cercana a la abstracción, pero sería un error dada la extraordinaria vinculación de la mirada de Beulas con el paisaje que él mismo escogió como escenario vital.”

María Sarrate falleció en diciembre de 2013, José Beulas continuó pintando y preocupándose por la marcha de la Fundación y del Centro de Arte y Naturaleza, en marcha desde el año 2006. Un edificio diseñado por su amigo el arquitecto Rafael Moneo acoge los fondos reunidos y donados por el matrimonio Beulas-Sarrate y una orientación dirigida a la relación de Arte y Naturaleza. Se recogía así el proyecto iniciado en los años noventa por la Diputación de Huesca por el que se instalaban grandes esculturas de grandes artistas internacionales como David Nash, Siah Armajani, Per Kirkeby, Ulrich Rückriem, Fernando Casás y Alberto Carneiro que otorgaron al CDAN un prestigio internacional importante. Un presupuesto sustancial permitía desarrollar buenos y grandes proyectos. Después vino una crisis y ahora estamos en otra que, como suele ser habitual, afecta negativamente a la cultura y el CDAN se encuentra en estrecheces económicas que no permiten ni siquiera un desarrollo mínimamente decente. El centro pensado por Beulas está en una situación que ni siquiera imaginó.

Los artistas de mi mundo. José Beulas.
Aspecto de la exposición de Beulas en el Museo Salvador Victoria.
Archivo Museo Salvador Victoria.

José Beulas falleció el 3 de agosto de 2017, faltando cuatro días para cumplir 96 años. Su funeral se celebró el día 4 de agosto en la catedral de Huesca. José había contraído, en segundas nupcias, matrimonio con Quimeta Camí, que se preocupó siempre con cariño de su esposo. Mientras tanto se celebraba en el Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora su última exposición organizada en su vida. Me cupo el honor de leer la loa que homenajea siempre a los grandes. Unos años antes Beulas me nombró patrono de la Fundación que lleva su nombre, cosa que acepté sin pensarlo dos veces. El funeral fue oficiado por José María Nasarre, otro patrono de la Fundación. Esto ocurría hace exactamente tres años.

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