Un caluroso pero refrescante Día del Libro

Las librerías registran una afluencia inesperada en una atípica celebración veraniega de esta cita con la literatura.

Las librerías aragonesas celebran este jueves el Día del Libro, tres meses después de su habitual cita, el 23 de abril, que fue aplazada por la pandemia. Desde primeras horas de la mañana, varios de los establecimientos, que en este día ofrecen descuentos del 10% en la compra de libros y firmas en diferido de varios autores, han registrado una inesperada afluencia, teniendo en cuenta las fechas en las que nos encontramos (periodo de vacaciones) y la situación (fase 2 flexibilizada), ya que a priori no se sabía muy bien cómo iban a responder los clientes. En esta jornada de puertas abiertas, el público ha aprovechado para huir del calor y perderse entre los anaqueles para escoger una refrescante lectura para el verano y hasta una mata de borraja de regalo, como tradicionalmente ocurre en la librería Cálamo.

En Zaragoza, tanto las librerías de los barrios como las más populares del centro de la ciudad se han sumado a esta fiesta de los libros. Algunas de ellas han contado con la presencia de autores, como la librería Albareda, donde la escritora Clara Fuertes firma durante todo el día ejemplares de su última novela ‘Mi querida Irene’ (Amazon). “Es un homenaje a Irène Nemirovsky, autora de ‘El baile’ o ‘Suite francesa’, que murió en Auschwitz. He escrito este libro para que se conozca mas sobre ella, sobre su obra y el momento en que escribió ‘Suite francesa’. Es un persona entrañable que me apetecía abordar en esta novela”, explica Fuertes.

“La verdad es que ha venido muchísima gente a la librería. No sé si por la borraja, una de nuestras señas de identidad, y también a por la tarjeta que ha hecho Alberto Calvo con un diseño especial para celebrar este Día del Libro más raro de la historia -bromea Paco Goyanes, dueño de Cálamo-. Viene mucha gente, hay fila porque también se controla el aforo”.

Goyanes señala, además, que se están comprando muchos libros de los autores que iban a firmar y que lo harán a posteriori (Irene Vallejo, Sergio del Molino, Chesus Yuste...) “y hay otros autores como Irene Sola, Manuel Vicent, Marta Sanz y Javier Reverte que han tenido la amabilidad de mandarnos libros firmados”.

En la librería Antígona, la jornada ha comenzado de manera insospechada. “Hemos abierto a las 8.30, y antes de las 9.00 ya estaba viniendo gente. Desde luego ha sido muy inesperado, con este calor y las circunstancias, ver tantas personas entrando a la librería. El confinamiento también ha concienciado sobre el valor de la literatura”, subraya Pepe Fernández, al frente de Antígona.

Lo mismo ha ocurrido esta mañana en la librería París. “Cuando hemos llegado a abrir teníamos clientes esperando en la puerta, por lo que estamos muy agradecidos. Desde que hemos vuelto el público ha respondido estupendamente. No obstante, en el sector estamos preocupados porque todavía no se han reactivado las ventas en el ámbito de las universidades, bibliotecas y colegios, que suponen una parte muy importante de la facturación de las librerías”, cuenta César Muñío, propietaria de la librería París y vicepresidente de la Comisión Permanente del Libro (Copeli).

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