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Carlos Tarque: "En los conciertos tocamos hits de principio a fin"

El músico murciano realizará esta noche en el Auditorio Carlos Saura de Huesca un repaso a los himnos que han jalonado la carrera de M-Clan.

Fotos promo TARQUE
Carlos Tarque, la voz de M-Clan, cantará esta noche en Huesca.
José Filemón

¿Cómo ha vivido estos últimos meses tan extraños?

He pasado todo el confinamiento en la casa de mi novia en Tudela (Navarra) porque el estado de alarma nos pilló en Zaragoza. He estado bastante bien dentro de lo flipante que ha sido esta experiencia para todos y de la psicosis que se ha vivido con tantas muertes. Dentro de lo extraordinario de la situación, intenté sacarle provecho a las cosas, escuchando música y buscando en mi interior. También he aprovechado para tocar la guitarra, algo que no se me daba muy bien, y he ido colgando vídeos prácticamente cada día. Personalmente, no me puedo quejar.

Decía que el estado de alarma le cogió en Zaragoza.

Exactamente. En marzo fui a esquiar a Cerler con unos amigos. Y después fuimos a pasar unos días a Zaragoza, y de ahí ya directos al confinamiento en Tudela. Me encanta Aragón, desde el Pirineo a Zaragoza. De hecho, hasta el coronavirus estuve yendo con cierta frecuencia a Zaragoza para asistir a conciertos en la sala Oasis o simplemente para dar una vuelta.

Aragón ha sido un territorio habitual en las giras de M-Clan.

Conozco muy bien Aragón porque hemos tocado allí muchísimas veces. Si algo caracteriza a M-Clan es tocar en directo mucho y en muchos sitios. Hemos actuado en Zaragoza, en Teruel, en Huesca, en las fiestas patronales, en teatros, en plazas de toros… Tengo muchos amigos y muchas experiencias en Aragón y siempre es especial regresar.

Esta noche retorna a Huesca, al Auditorio Carlos Saura, con aforo limitado por las medidas sanitarias. ¿Cómo vive los conciertos de esta ‘nueva normalidad’?

Hacemos nuestro show en formato acústico y reducido con toda normalidad, los músicos hacemos lo mismo de siempre. Lo que cambia es el público, que tiene que adaptarse a las medidas sanitarias y de seguridad. Es un trauma que vamos a pasar en seguida porque no es tan grave. Lo más importante en un concierto es la música y eso se sigue disfrutando. Estar sentado y no poder levantarte no es lo ideal, pero nos tenemos que acostumbrar.

La gira ya les ha llevado a Barcelona, Murcia, Burgos... ¿Cuál ha sido la reacción del público?

Estamos sorprendidos gratamente. Como todo el mundo, estábamos con el prejuicio de lo raro que es todo. Y lo es en apariencia, pero en lo sustancial, que es que el sonido sea bueno y las canciones te gusten, eso sigue ahí. Supongo que si fuera un concierto de funk o de rock & roll muy potente, sería más complicado. Pero al tratarse de un acústico, el formato le va muy bien. Es increíble el poder que tienen las canciones. Evidentemente no hay electricidad y no es tan potente, pero se pueden disfrutar las melodías.

Le acompaña en el escenario su inseparable Ricardo Ruipérez, con quien conforma un binomio clásico del rock en España.

Llevamos casi tres décadas juntos. Los dos somos murcianos y nos conocimos en la mili. Hablábamos de música pero la cosa no fue más allá hasta tres o cuatro años más tarde cuando formamos M-Clan. Hemos hecho muchos discos y mucha música y eso está ahí. Es nuestro legado y lo que tiene valor. En estos conciertos acústicos solo tocamos hits de principio a fin. Todas las canciones las conoce la gente y las corea. Como músico es un privilegio contar con esas armas. Sería muy duro defender un repertorio que no conoce nadie, como nos sucedió en nuestros comienzos. Ahora estamos recogiendo lo que hemos sembrado.

¿Cuándo y cómo se le inoculó el veneno del rock?

De pequeño me gustaba mucho la música, sobre todo por lo que escuchaba en la radio. En aquellos años la música estaba mucho más presente en los medios de comunicación y en la vida en general. De repente, un amigo me pasó una cinta de AC/DC y me volví loco. Me convertí en un auténtico fan. De chaval estaba todo el día pensando exclusivamente en música.

¿Se imaginaba lo que vendría después, con el éxito masivo?

Tuve algún grupo de jovencito y siempre sueñas con triunfar y hacer grandes conciertos. Pero no lo piensas seriamente. De chaval lo que importa es pasártelo bien. Y eso es lo que he intentado mantener en la medida de mis posibilidades: que la música sea un trabajo pero que no se vea como una obligación, aunque a veces es inevitable. Esa pasión es la que hace que no te agobies porque ser músico no es solo oír aplausos, sino estar fuera de tu casa muchísimo tiempo, jugártela en la carretera… A veces es un coñazo. No me quejo de viajar, me quejo de hacer tantos kilómetros.

¿Cómo va a afectar la crisis del coronavirus al sector musical?

Está siendo dramático. Nosotros estamos haciendo una gira pero cobrando muchísimo menos de lo habitual. Es lo que hay. Viendo cómo está la situación, nos sentimos unos privilegiados. El mundo de la música está fatal. Muchos de mis amigos técnicos se han ido a vivir a casa de sus padres. El golpe ha sido brutal y, sin duda, va a ser uno de los últimos sectores en retornar a la normalidad y en salir del pozo. Los conciertos son sinónimo de aglomeraciones y ahora mismo eso es imposible.

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