El Caixaforum invita a disfrutar (y entender) la magia de los espejos

Una exposición, divulgativa y caleidoscópica, desentraña de forma amena algunas de las claves de la óptica

Ricardo Alfós, director del Caixaforum zaragozano y José Miguel del Campo, coordinador de la muestra, en un túnel de espejos
Ricardo Alfós, director del Caixaforum zaragozano y José Miguel del Campo, coordinador de la muestra, en un túnel de espejos
Guillermo Mestre

¿Quién dijo que la 'nueva normalidad' ha acabado con las exposiciones lúdicas e interactivas? El Caixaforum zaragozano acaba de demostrar que aún son posibles. A partir de este martes se puede visitar allí la muestra 'Espejos, dentro y fuera de la realidad', que invita al visitante a sumergirse en las leyes de la óptica a través de un objeto cotidiano, el espejo, tan útil para las tareas más domésticas como para la ciencia de última generación: es la clave, por ejemplo, de los más modernos telescopios. 

La muestra es una permanente invitación a tocar, participar e intervenir en los objetos expositivos, y por eso se han extremado las medidas de seguridad. Se mantiene un control constante del número de visitantes de la sala, que solo pueden acceder a ella con mascarillas y guantes obligatorios. Se han suspendido además las visitas guiadas, con el fin de que el personal que las conducía se disponga a lo largo del espacio para asesorar al visitante, mejorar su experiencia y garantizar que se respetan las medidas de seguridad. A algunos microespacios de la muestra solo se puede acceder por parejas o unidades familiares. 

'Espejos, dentro y fuera de la realidad' solo se ha podido ver hasta ahora en el Cosmocaixa barcelonés y llega a Zaragoza con retraso por el coronavirus pero podrá visitarse hasta el 24 de enero, por lo que  el calendario propiciará las visitas escolares.

La exposición ha sido diseñada por José Miguel del Campo y tiene dos espacios diferenciados. En el primero se explican los efectos de los espejos y las leyes de la reflexión de la luz; el segundo presenta algunas de sus aplicaciones. Durante el recorrido, el visitante se encuentra con espejos deformantes, efectos mágicos, un caleidoscopio a escala humana, espejos triedros trirrectángulos, espejos cóncavos y convexos, espejos catadióptricos como los que se emplean en las señales de tráfico... Y sale de la exposición con información curiosa, como el hecho de que hay dos localidades en el mundo, Viganella en Itlaia y Rjukan en Noruega, que en determinados meses del año no reciben luz directa del sol y por eso en una montaña vecina han instalado espejos gigantescos que se la proporcionan, lo que les ha convertido en atracciones turísticas. O que dentro de unos meses está previsto el lanzamiento al espacio del telescopio James Webb, llamado a revolucionar nuestros conocimientos astronómicos. A lo largo del recorrido hay varios puntos donde todo el mundo querrá hacerse fotografías porque los efectos son verdaderamente sorprendentes. "Lo bueno de los espejos es que son totalmente previsibles -asegura José Miguel del Campo-. Por eso, conociendo las leyes físicas que los rigen, que en realidad solo es una, la ley de reflexión, se pueden conseguir grandes efectos con ellos. La idea, como en todas las exposiciones que organiza la Fundación La Caixa, es que el visitante salga con más preguntas de las que tenía al entrar y se preocupe por saber más. El objetivo es fomentar el conocimiento científico y el ansia de saber más".

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