Un viaje de película por Europa del Este en 1969

Ramiro Gil, un ingeniero agrónomo que vive en Zaragoza, publica un anuncio ofreciendo un libro suyo para inspirar un posible filme sobre su periplo por países comunistas.

‘Corría el año 1969’. Ramiro Gil Ortega recopila en su libro recuerdos del viaje de estudios de un grupo de graduados, ingenieros agrónomos, que partieron en julio de 1969 desde Madrid hacia varios países comunistas del telón de acero.
‘Corría el año 1969’. Ramiro Gil Ortega recopila en su libro recuerdos del viaje de estudios de un grupo de graduados, ingenieros agrónomos, que partieron en julio de 1969 desde Madrid hacia varios países comunistas del telón de acero.
R. A. Gil

A finales de la década de los 60, viajar fuera de España en los meses de verano no resultaba algo muy habitual. Menos aún que un grupo de estudiantes obtuviera permiso para cruzar el Telón de Acero y realizar un viaje de estudios por varios países de la Europa comunista.

En julio de 1969, una treintena de universitarios, ingenieros agrónomos en su mayoría, inició un trayecto en autobús que partió de Madrid hacía Francia, Italia, la antigua Yugoslavia y Bulgaria, y a su regreso continuó por Rumanía, Hungría, Austria, Suiza y de nuevo el país galo hasta volver a España.

Cincuenta y un años después, el 21 de junio aparecía publicado un anuncio en la sección de Clasificados de HERALDO que decía: «Ofrezco gratuitamente mi libro para hacer una película versada sobre el viaje fin de carrera de unos jóvenes que tuvieron el atrevimiento de realizarlo a los países del Este de Europa. Corría el 1969. Contra lo esperado, el gobierno franquista lo autorizó». El anuncio incluía un teléfono, al que responde Ramiro Gil, un ingeniero agrónomo de Molina de Aragón afincado desde hace décadas en Zaragoza y ya jubilado desde hace unos años.

En 2014 publicó el libro ‘Corría el año 1969’, en el que recoge la experiencia de su viaje de estudios por Europa del Este, y ahora ofrece esta historia a quien quiera realizar una adaptación cinematográfica sobre sus textos. En sus páginas relata aquella experiencia en 37 capítulos que intercala con recuerdos de su vida.

Gil recuerda aquel largo recorrido, que duró un mes, y cómo mataban el tiempo organizando campeonatos de mus con liguillas durante el trayecto por cada país comunista que atravesaban.

Fue un viaje de conocimiento, con visitas turísticas y técnicas a universidades y centros agrónomos, y también de descubrimientos: en Liubliana (Eslovenia) vieron el primer ‘striptease’ de su vida. Durante aquel verano en que el hombre llegó a la Luna y el príncipe Juan Carlos fue designado sucesor en la jefatura del Estado con título de Rey –noticias que recibieron a través de la prensa extranjera–, los jóvenes universitarios tuvieron la ocasión de ver un mundo distinto al que conocían. Ramiro Gil recuerda el hermetismo entre los países del bloque soviético: «En Bulgaria nos preguntaban qué habíamos visto en Yugoslavia. No sabían nada unos de otros, el hermetismo era total».

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