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El Salón del Cómic de Zaragoza será en diciembre, con menos expositores y "todas las garantías"

Está previsto que la 19º edición se celebre del 18 al 20 de diciembre en la Sala Multiusos del Auditorio, con dos calles de 'stands' en lugar de tres.

El consejero Javier Rodrigo (izquierda) junto a Álvaro Ortiz, autor del cartel.
El consejero Javier Rodrigo (izquierda) junto a Álvaro Ortiz, autor del cartel.
M. García

Menos expositores (se pasará de tres a dos calles) pero todas las medidas de seguridad es lo que ofrece el XIX Salón del Cómic de Zaragoza, que tendrá lugar del 18 al 20 de diciembre en la Sala Multiusos del Auditorio, según ha anunciado este jueves el consistorio de la capital aragonesa. 

Así, la capital aragonesa reunirá durante un fin de semana a los artistas españoles más relevantes del panorama de la ilustración nacional, además de a librerías, editoriales, fanzines y colectivos en el que ya es uno de las citas en torno a este género más importante a nivel nacional, según indicó el consejero municipal de Participación y Relaciones con los Ciudadanos, Javier Rodrigo.

Rodrigo ha reconocido que todavía se desconoce cuál será la situación de la pandemia el próximo mes de diciembre, pero ha recalcado que, en cualquier caso, el Auditorio está preparado para implementar todas las medidas de seguridad necesarias para sacar adelante el salón.

lLa reducción del número de participantes busca un mayor esponjamiento para evitar contagios de covid-19. En todo caso, el responsable municipal de Centros Cívicos, Antolín Terés, ha asegurado que participarán, sin "ningún problema", figuras relevantes de renombre nacional porque el XIX Salón del Cómic de Zaragoza es una "muy buena oportunidad" para todos ellos.

Terés ha apuntado también que la organización se adaptará a cualquier variación que marquen las autoridades sanitarias.

Por el momento, el primer hito de este Salón del Cómic ha sido la presentación del cartel, elaborado por el aragonés Álvaro Ortiz, que muestra un "kaijus" japonés, un monstruo gigante de origen folclórico y apocalíptico que el autor deja claro que ha ilustrado no como amenaza, sino como "motor de creación".

Con esta obra, el ilustrador buscaba salirse de la tónica habitual del estilo de este tipo de salones, a su juicio, "bastante recargadas". En consecuencia, ha optado por una imagen "sencilla" y "potente".

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