El próximo mes de diciembre se cumplirán 35 años de la 'empanadilla de Móstoles', el -ahora se sabe- improvisado sketch que lanzó a una fama que aún perdura a Millán Salcedo y Josema Yuste: Martes y Trece.

Aunque en realidad hasta ese momento no eran exactamente desconocidos pues ya llevaban a sus espaldas una carrera de 8 años como trío junto al actor zaragozano Fernando Conde, quien poco antes había abandonado el grupo para emprender carrera de actor teatral en solitario.

Fue la primera desavenencia de una entente genial en lo profesional no tan perfecta en lo personal.

Este miércoles, el programa de TVE 'Lazos de sangre' ahondó en los éxitos de estas estrellas del humor patrio pero, sobre todo, en los motivos de su separación en 1997, para muchos temprana e incomprensible, en la cima, que aún hoy lamentan millones de españoles.

Un misterio que ha ido obteniendo respuestas a lo largo de los años porque ni Millán ni Josema se han mostrado nunca particularmente reacios a hablar de aquello. Simplemente, no hubo un solo motivo ni particular detonante.

Con un tono relajado, con la distancia que dan los años, tanto Millán Salcedo como Josema Yuste dejaron traslucir en el programa de manera más o menos explícita las circunstancias que acabaron con el dúo. Parece claro que fue Millán el que decidió poner punto y final a una relación que, ya por entonces, funcionaba mucho mejor sobre el escenario que fuera de él. En 'Lazos de sangre', Josema Yuste fue el que más insistió en el hecho de que sus maneras de ser eran "muy diferentes". Él, más familiar (está casado y tiene 3 hijos), se definió como "trabajador", "ambicioso" y "un gallo de pelea". Millán, siempre con retranca y usando el humor como herramienta de autodefensa, se describió como "talento creativo" y llegó a decir que "no ando bien de la cabeza".

Lo cierto es que en el reparto de papeles, Millán era el genio en ebullición, el más asimilable al tópico del artista creativo y bohemio. Salidor y "noctámbulo". "Iba a tumba abierta", dijo de él su gran amigo el cantante Víctor Manuel. Y todo, en unos locos años 80 que, en su caso aderezados de fama y dinero, le llevaron por derroteros que finalmente le ocasionaron consecuencias para su salud. Un asunto que Yuste dejó entrever en el documental y Salcedo no tuvo inconveniente en admitir abiertamente contando cómo en el 92 se quedó en blanco en el escenario interpretando el famoso 'gag' de Paca Carmona y Lauren Postigo.

"Aquello tenía que explotar en algún momento", dijo Josema. "Millán no podía más de la presión", añadió. Millán: "Nuestra relación se fue enfriando poco a poco". Josema: "Él tenía sus motivos y yo los míos para dejar el dúo". Millán, sobre Josema: "Me da la sensación de que lo sigue sin entender".

Muy ilustrativo fue ver también cómo ambos hablan, a toro pasado, de la verdadera naturaleza de su relación personal. Yuste llegó a decir que "nunca fuimos realmente amigos". Mientras que Millán no duda en que sí lo fueron. Una aseveración en la que incluye también a Fernando Conde: "Le quiero muchísimo". De hecho fue con El Maño, como le llamaban en su juventud, con quien puso en pie Martes y Trece tras conocerse ambos en la mili. De ellos dos surgió la idea de contactar con Josema, con quien pronto comenzaron una carrera que explotó para el gran público en la tele de la mano de José María Íñigo y otro 'sketch' muy popular, el de las trillizas coristas de Julio Iglesias. Si tiene que elegir entre los años del dúo o del trío, Millán se queda con el segundo. 

Como sucedería después entre Millán y Josema, con Conde se estableció una relación guadianesca, con reproches pero a la par educada y cordial, hasta el punto de que el zaragozano fue invitado al especial de Nochevieja de 1997,  el del adiós definitivo de Martes y Trece.

'Lazos de sangre' abordó también otras cuestiones curiosas de la vida de los humoristas. Por ejemplo, su amistad con Isabel Pantoja y Paquirri, que se forjó cuando fueron teloneros de la cantante en una gira y que se rompió por el ya más sonado desencuentro de los humoristas con Encarna Sánchez. Josema y Millán también hablaron de su infancia, dura en ambos casos. Josema perdió a su madre muy niño, con solo 9 años. Millán, por su parte, huérfano de padre, fue internado en un hospicio con solo siete años. No salió de él hasta los 15.

También hablaron del futuro. Ambos ven cerca la jubilación, si bien Yuste admitió que la retrasaría por "un buen papel en el cine". Millán confesó un sueño que aún le queda por cumplir: tener pareja.

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