Juan II, el rey que soñó la unión de las coronas de Castilla y Aragón

La Institución Fernando el Católico publica la primera versión en español de la biografía del monarca escrita en latín por el judío converso Gonzalo García de Santa María

Retrato idealizado de Juan II de Aragón, de la Diputación de Zaragoza
Retrato idealizado de Juan II de Aragón, de la Diputación de Zaragoza
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La Institución Fernando el Católico acaba de publicar ‘Vida de Juan II de Aragón. La guerra en Cataluña, de 1461 a 1472’, un hito editorial porque ofrece la primera versión en castellano de un manuscrito que conserva la Biblioteca Nacional: la ‘Vida de Juan II de Aragón’ redactada en latín por Gonzalo García de Santa María hacia 1510. La edición, bilingüe, ha corrido a cargo de Joaquín Fernández Cacho.

La biografía está escrita siguiendo los modelos de la Antigüedad clásica. Tras narrar brevemente las desavenencias de Juan II con su hijo Carlos, el príncipe de Viana, se relatan los acontecimientos de la guerra civil catalana. Entre 1461 y 1472, las instituciones catalanas se rebelaron contra el rey, al que acusaron de tiranía, y buscaron su independencia. La historia de la antigua Corona de Aragón se entiende mucho mejor tras leer este libro.

La alta política internacional

«Es un encargo que le hizo Fernando el Católico a Gonzalo García de Santamaría en torno al año 1501 -relata Joaquín Fernández Cacho-. Quería una historia del reinado de su padre como obra propagandística para asentar la monarquía en Castilla y Aragón. Hay que tener en cuenta que la monarquía castellana había sufrido tres guerras civiles y que la Corona aragonesa había tenido problemas tan graves como las guerras civiles catalanas. La obra atiende a los criterios sociopolíticos y culturales que los Reyes Católicos desarrollan, tanto internos como internacionales. Esa es la razón por la que se escribe en latín, la lengua que se empleaba en todas las cancillerías europeas, con el compromiso de traducirla al castellano, lo que no se llevó a cabo».

"La obra atiende a los criterios sociopolíticos y culturales que los Reyes Católicos desarrollan, tanto internos como internacionales"

Es una obra puramente humanística, que sigue los preceptos ciceronianos de lo que debe ser el género histórico. «Pero no cuenta la vida de Juan II como se había narrado hasta entonces -subraya Fernández Cacho- sino que arranca el relato cuando el monarca empieza a tener problemas con su hijo, cuando el rey tiene ya 53 años».

Se cuentan la batalla de Aibar, entre Juan II y el Príncipe de Viana, por el reino de Navarra; tres rebeliones que en realidad fueron sendos intentos de golpes de estado; la revolución catalana de 1460 y 1461; la guerra civil catalana de 1462 a 1472... «Este episodio quizá quiera leerse ahora en Cataluña en clave nacionalista -apunta Fernandez Cacho-, pero en realidad fue el levantamiento de la alta nobleza catalana, en alianza con la aristocracia urbana comercial. Los pequeños propietarios agrícolas se unieron al rey, porque se sentían sometidos por la nobleza. Por eso fue una guerra civil».

Y en ese levantamiento contra el rey buscaron la independencia ofreciendo Cataluña, sucesivamente, tras el apresamiento y muerte del Príncipe de Viana, a Enrique IV, el rey de Castilla; al condestable Pedro de Portugal; y a Renato de Anjou. En ese contexto se produjeron varias alianzas y coaliciones. «Hay que entenderlo todo como un juego de alta política internacional en el que todo el mundo tenía sus propios intereses. Coincidían en una cosa: tanto Castilla como Francia y Portugal querían debilitar la Corona de Aragón. Pero también se estaba en un contexto histórico en el que se pasaba de una monarquía feudal a una monarquía autoritaria, la alta nobleza no quería perder poder ante al rey, la burguesía también aspiraba a su parte del pastel... En ese juego todos emplearon las cartas que tuvieron a mano».

La virtud y las tropas

Y Juan II no jugó mal las suyas. «El rey maniobró con habilidad. Gonzalo García de Santa María le describe como un monarca para el que la fortuna siempre le había sido madrastra: había perdido su poder en Castilla, se le enfrenta su propio hijo... Pero, pese a ello, se impuso con su esfuerzo personal, logró asentarse en el poder y ser querido por los catalanes que se le habían rebelado. Y murió amado en Barcelona».

"Si quieres seguir las huellas de los antiguos reyes aragoneses, verás que ellos extendieron su imperio y jurisdicción más con la virtud que con grandes tropas"

Joaquín Fernández Cacho subraya que lo que se cuenta en el libro no puede leerse con los ojos del nacionalismo actual, sea cual sea su color. Juan II fue quien eligió el matrimonio con Castilla, que dio origen a la unión de las coronas de Castilla y Aragón, «Juan II era un Trastámara, había nacido en Medina del Campo, tenía intereses en Castilla y nunca renunció a su visión castellana. Tenía muy claro que la unión de las coronas de Castilla y Aragón era muy importante».

Las enseñanzas actuales de esa crónica de hace 500 años hay que buscarlas en la letra menuda. Como cuando el abad de Ager le dijo al Juan II: «Si quieres seguir las huellas de los antiguos reyes aragoneses, verás que ellos extendieron su imperio y jurisdicción más con la virtud que con grandes tropas. Si deseas ser temido, reinar tiránicamente y ser despótico, a su vez es necesario que tú mismo temas a tus súbditos».

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