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José Orús (1931-2014), el pintor de la luz

Evocación de un artista y de un modo de enfrentarse a la creación cuando se cumplen 70 años de su primera exposición

José Orús. 70 años de su primera exposición.
Una pieza de José Orús, que presentó en la galería Skyra en 1970
Archivo familiar Orús.

Este año 2020 se cumplen 70 años de la primera exposición individual del artista zaragozano José Orús (1931-2014), 1950 marca el inicio de su trayectoria como pintor profesional como él explicaba, es el momento de su primera exposición individual en la galería Los siete de Valencia. También se cumplen diez años de la que fue su última exposición antológica en vida, realizada en el Museo Salvador Victoria de Rubielos de Mora (Teruel). Se da la coincidencia de que importantes efemérides en la vida del artista acaecen en finales de décadas.

Se inicia en poesía, desde muy joven, con la Peña Nike, pero compulsiva y secretamente se emplea en la pintura. Un día, muestra lo que hace a sus amigos y compañeros, casi hermanos mayores de la Peña, muchos se burlan, otros le animan, pero como contaba Miguel Labordeta, descubren una pintura imaginativa, onírica, llena de originalidad y fuerza. Comienza haciendo cierto surrealismo para pasar enseguida a una abstracción colorista y orgánica que pronto evolucionará a un informalismo matérico, siendo pionero en esta tendencia, como se puede comprobar por la datación de sus obras.

Posee un dominio total de técnicas y materiales, siempre, desde sus inicios, se ha confeccionado sus propias pinturas, con tierras y pigmentos naturales y metálicos. Se sentía muy cómodo trabajando sobre papel, se trata de un formato muy manejable para transportar. Sus papeles son impresionantes, en 1955 con ellos debajo del brazo y tres mil pesetas prestadas por su novia, que luego sería su esposa, María Luisa Casado, se desplaza a París, ya que en Zaragoza, a pesar de ser la cuna de la abstracción, había tenido que luchar contra la incomprensión de público, de muchos críticos, y con la oposición de sus padres al abandonar la carrera de medicina. A partir de este momento le empezarán a llegar los reconocimientos.

José Orús. 70 años de su primera exposición.
Una pieza de luz negra de 2010.
Archivo familiar Orús.

Otro año muy importante en su vida artística es 1960, en la que podemos dar por comenzada su espléndida etapa dorada, caracterizada por sus composiciones en plata, oro y bronce sobre fondo negro, momento en que empieza a trabajar con pigmentos metálicos, en ocasiones plata y oro en polvo. Comienzan las grandes exposiciones internacionales, París, Bruselas, Nueva York, Oslo, Helsinki, Berlín, Munich, Viena, Roma, Florencia, Milán, Méjico, Rio de Janeiro, bienal de Venecia… Los principales museos del mundo adquieren obra del artista. En 1965, a pesar de su juventud realiza su primera exposición antológica en el Palacio de la Diputación Provincial de Zaragoza.

Muy importante en su trayectoria es el año 1970, aquí da otro nuevo paso en su investigación lumínica. Durante su estancia en Nueva York como artista de la Raydon Gallery entra en contacto con unos laboratorios que están investigando con distintos tipos de luz ultravioleta, infrarroja, negra, para diversos usos. A su regreso a España se trae lámparas de luz negra y diversos materiales para indagar en su pintura. Aunque sigue trabajando con pigmentos metálicos, en septiembre de este mismo año presenta en la galería Skira de Madrid y Raydon de NY Mundos Paralelos, dando dos versiones distintas de un mismo cuadro al someterlo a dos tipos de luz diferente, blanca y negra.

Como apunta la crítica de arte Desirée Orús, en la obra del artista son fundamentales tres ideas: luz-color-movimiento. El dominio del color lo hemos comprobado desde sus inicios con aquellas abstracciones de vibrantes y luminosas gamas, para pasar a las telas y papeles informalistas de tierras y pigmentos naturales, pasando a los pigmentos metálicos, sus fondos negros en todos los momentos, los rojos cochinilla, los poéticos violetas para desembocar en una eclosión de color puro, combinando una misteriosa alquimia y diferentes luces para convertir mágicamente un cuadro en otro inesperado.

José Orús. 70 años de su primera exposición.
Retrato de José Orús, que fue poeta en su juventud.
Columna Villarroya.

El movimiento es otra constante en su obra, desde las suaves oscilaciones de sus abstracciones vegetales, a los trazos rápidos y expresionistas, las explosiones de materia, el efecto absorción de los agujeros negros, la quietud de cuerpos que flotan en el vacío, los que vibran, caen, ascienden o se expanden y la velocidad que parecen alcanzar, que puede llegar a ser vertiginosa.

Y por encima de todo, la luz, la razón de la obra de Orús, que él definía como una aspiración mística, su continua búsqueda de un Dios del Universo. Las grutas, el fuego en las entrañas de la tierra, los dorados y colores metálicos que en contraste con el fondo negro irradian una gran luminosidad, que a la vez recogen la luz exterior y la reflejan consiguiendo efectos mágicos, como los que logra aplicando diversos tipos de luz a sus obras, o incluso con ausencia de luz, en oscuridad, haciendo que la materia de sus cuadros refleje la que ha absorbido con anterioridad, dando una nueva versión del mismo. Entrevistado en el programa ‘Borradores’ de Aragón TV, el artista manifiesta: “Yo soy un pintor vocacional, pinto investigando, luchando, haciendo, porque soy pintor y no sabría hacer otra cosa. Yo pinto como vivo, si no pintara me moriría”. Efectivamente, sus últimos cuadros son de 2014, el pintor fallecía el ultimo día de ese año.

José Orús. 70 años de su primera exposición.
Una obra en papel de 1960.
Archivo familiar Orús.

*María Pilar Sancet Bueno es historiadora del arte y especialista en la obra de Juana Francés

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