La familia del escultor aragonés Francisco Rallo Lahoz, Paco Rallo (Alcañiz, 1924 - Zaragoza,  2007) ha solicitado oficialmente al Ayuntamiento de Caspe conocer el paradero de una importante obra del artista, la 'Fuente de un niño con un gran pez', que realizó en 1969. Paco Rallo es, quizá el artista con más presencia en las calles de Zaragoza, ya que es autor de numerosas obras públicas, algunas de ellas tan emblemáticas como los leones del Puente de Piedra, las musas que coronan el Teatro Principal o el globo terráqueo de la plaza del Pilar. También de las dos fuentes de bronce que representan a niños con peces y que están en la plaza de las Catedrales zaragozana. La obra de Caspe, de 1969, sería un antecedente de estas dos fuentes, que son un decenio posteriores. 

Francisco Rallo Gómez, hijo del escultor, y a su vez también diseñador y pintor (fue uno de los creadores del Grupo Forma en los años 70) lleva un tiempo trabajando en el catálogo razonado de las obras de su padre, con vistas a una posible exposición (en 2024 se cumplirían 100 años de su nacimiento). Y fue en su labor de investigación cuando constató que la pieza ya no estaba en su emplazamiento original.

"Yo empecé a trabajar con mi padre en 1969, el año en que le encargaron esa pieza, y creo recordar que le vi trabajando en ella -relata-. Conservamos un boceto en escayola que hizo antes de esculpirla, pero nos ha sorprendido ver que desapareció de la plaza de la Estación, donde se instaló. No sé dónde puede estar. Personas cercanas a mí que viven en Caspe han preguntado y la respuesta es que nadie sabe nada, nadie recuerda nada... Por eso envié una petición oficial al Ayuntamiento de Caspe interesándome por la localización de la obra". La petición la realizó el pasado 23 de enero  y por el momento no ha tenido respuesta. 

La escultura, 'Fuente de un niño con un gran pez' aparece fotografiada en el programa de fiestas de Caspe del año siguiente a su instalación, 1970, y también en un documental que realizó Ramón Negrié para el Grupo Cultural Caspolino. Pero no hay muchos testimonios gráficos de ella.

"Yo lo que quiero es que aparezca -concluye Francisco Rallo-. Y, si está en mal estado, siempre se puede restaurar".