obituario

Adiós a Carmen Olivares, catedrática de Filología Inglesa y apasionada del arte

Fue pionera de los estudios de Feminismo y Teología y colaboró con su marido en la creación de la colección de obra gráfica de Román Escolano

En la muerte de Carmen Olivares.
Carmen Olivares, sentada en el centro, entre amigos.
Archivo A. Ratia.

Ha fallecido Carmen Olivares Rivera, la que fuera catedrática de Filología Inglesa de la Universidad de Zaragoza, así como primera responsable de la Relaciones Internacionales de la Universidad de Zaragoza durante el mandato, como rector, de Vicente Camarena. También fue investigadora de temas muy variados: desde la Teología femenina a la gramática inglesa, pasando por William Shakespeare, publicó un curioso artículo ‘Romeo y Julieta como conversación’ (1981), notas sobre ciencia ficción, narrativa oral, literatura irlandesa o un artículo sobre ‘Domingo Miral, precursor de los estudios de Filología de Aragón’ (1979). Dirigió varias tesis doctorales. Una de sus debilidades, que mantuvo durante muchos años, fueron sus trabajos sobre Mujer y Teología. Publicó diversos textos y participó en muchos libros colectivos; en 1999, por ejemplo, publicó ‘Raíces medievales de las Biblias inglesas’ y, como ha recordado su amigo el escritor y crítico de arte Alejandro Ratia, se interesó con entusiasmo en ‘La Biblia de la Mujer’, el texto de Elizabeth Cady Stanton, de 1895. Le gustaba decir que “el Espíritu Santo es mujer” y y bromeaba con otra frase: “Dios es mamá”.

Antes de llegar a la Universidad, dio clases en el Instituto de Teruel, donde coincidió con Juana de Grandes y José Antonio Labordeta, con Marisa Santiago y Eloy Fernández Clemente, entre otros. Amante del arte, especialmente del grabado, fue la compañera ideal, la cómplice curiosa y erudita de su marido Román Escolano. Juntos hicieron una importante colección de arte, en el área de la obra gráfica especialmente, desde los años 60. Viajaban constantemente por todo el país (pero también iban a bienales europeas, en particular a la Bienal de Venecia), a ver exposiciones a museos, galerías, asistían a jornadas y congresos a conocer nuevos creadores, movimientos artísticos y las corrientes de vanguardia, en varios campos: el arte conceptual, en la música contemporánea, en el campo de las revistas o las ediciones de manuales, monografías y catálogos,

Carmen Olivares, atenta e ingeniosa, era clave en la asimilación de nuevas tendencias y nuevos lenguajes, especialmente los que llegaban de afuera, por parte de Román Escolano, que, además, creó una personal biblioteca de libros de arte. Tuvieron un hijo, Román Escolano Olivares, que fue Ministro de Economía en el Gobierno de Mariano Rajoy y sigue siendo una figura en el mundo de las finanzas. En 1996, la pareja donó la colección Román Escolano al Gobierno de Aragón, en concreto al IAACC ‘Pablo Serrano’, y desde entonces ha sido expuesta no solo en sus salas, en varias muestras, sino en otros espacios y ha formado parte de diversas itinerancias. La Fundación Ibercaja presentaba en el Patio de la Infanta, el pasado 26 de febrero, la muestra ‘Transformaciones. Arte y Cultura de finales del XX a través de la Colección Escolano’.

Carmen Olivares, por otra parte, fue una de la animadoras de unas tertulias de mujeres a favor de la democracia, desde mediados los años 70, donde se hablaba de todo: de política, de la democracia, de la cultura, de la implicación de las mujeres en los nuevos tiempos. Era culta, versátil, ingeniosa y divertida. Sabía dejar huella entre el alumnado y en el claustro. Buena prueba de ello es que en 1994 se presentó un volumen colectivo a modo de homenaje. En los últimos batalló con un cáncer. Era atenta, exquisita y le gustaba escribir a mano delicadas cartas, llenas de minuciosidad y afecto y de reconocimiento al trabajo de los demás. Un buen ejemplo fue su carta de elogio, en 2014 y en estas mismas páginas, a la figura de “Maximiliano Bernad y Álvarez de Eulate, catedrático de Derecho internacional, con quien me unen sólidos lazos de admiración y gratitud. Fue pionero en la labor de hacer comprender a la sociedad las repercusiones de la legislación y organización de la Unión Europea en nuestro país”. Y ella, tan detallista, también arrimó el ascua a ese empeño, especialmente en el terreno del arte, de la mujer y de la universidad.

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